Opinión

La financiación en las subastas de los fariseos

Sánchez sigue buscando aliados para poder formar Gobierno.

Mientras la atención mediática está centrada en las negociaciones entre el PSOE y el grupo de los Frankestein para hacer posible la investidura, lo que realmente interesa en estas conversaciones es el precio que Sánchez está dispuesto a pagar para seguir en La Moncloa.

Un único objetivo es el que mueve al presidente en funciones, consciente de que su única posibilidad de supervivencia política es mantenerse en el Gobierno. Sabe que en la misma noche del 10-N hubo ya voces significativas del partido que pidieron su dimisión, tras perder tres diputados y 700.000 votos. Por eso ha convertido el diálogo político en una subasta, en la que se vende España en porciones y en la que pujan descaradamente aquéllos que quieren destruirla.

Una licitación entre nacionalistas, independentistas, populistas y cantonalistas, que en un alarde de hipocresía y de fariseísmo cierran ahora los ojos ante la sentencia de los ERE y se arrojan en brazos del partido condenado por el mayor caso de corrupción en la democracia española, incluida esa Ana Oramas y su Coalición Canaria que, como el resto, abjura de todos sus principios para negociar su parte del botín. ¡Quién la ha visto y quién la ve!

Y en esta puja de dineros y prebendas, la parte del león está en las manos de Esquerra Republicana. El partido de Junqueras y Rufián, cuya abstención es imprescindible y que, más allá de una mesa de partidos y de esa consulta a las bases que no es vinculante, en Moncloa están dispuestos a pagar con una reforma ad hoc de la financiación autonómica. Voces autorizadas de la sede socialista de Ferraz apuntan que Sánchez estaría dispuesto a pactar una fórmula de financiación mixta entre la general y el cupo vasco para Cataluña, que permitiría a ERC salvar la cara y ofrecer un triunfo ante las cada vez más inminentes elecciones autonómicas y pactar un Gobierno bipartito con el PSC de Iceta en esa co-munidad autónoma.

El referéndum quedaría en segundo plano y la salida de los presos no es imperativa. "Viven a cuerpo de rey en las cárceles catalanas y en breve van a acceder al tercer grado penitenciario", me dicen, por lo que estarían ya en condiciones de casi libertad.

Sánchez ofrece a ERC un Gobierno bipartito con el PSC tras las elecciones en Cataluña

Una carta, la de la financiación, que Sánchez oculta en esa pantomima de referéndum que ha organizado entre sus bases, con una pregunta ambigua y sin explicar el contenido de los acuerdos con Podemos, que Alfonso Guerra ha calificado ya de "drama", y que, unido a las concesiones a los minoritarios, supone un rejón de muerte al principio de igualdad entre los españole,s consagrado en la Constitución, ya bastante vulnerado, y en la que castellanos (incluidos los madrileños que también lo son), andaluces, murcianos, asturianos, extremeños o riojanos, serán nuevamente humillados y perjudicados, solo por el hecho de mantenerse fieles al Estado y a la Carta Magna y no disponer de partidos regionales o uniprovinciales, a los que privilegia una ley electoral injusta.

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