
El Fondo de Reserva de la Seguridad Social contendrá unos testimoniales 1.500 millones tras abonar la paga de navidad a los pensionistas. De hecho, ese plus no sólo exigirá 3.600 millones de la hucha de las pensiones, sino también otro préstamo a fondo perdido del Estado, el segundo de 2019.
Conviene subrayar que se recurre a esta financiación extraordinaria en un año en que los ingresos por cotizaciones crecen un 8 por ciento. Pero ni siquiera un alza récord así alcanza a compensar el fuerte ritmo al que avanza el gasto. En una situación así, resulta temerario volver a plantear el blindaje de la vinculación de las pensiones al IPC o desterrar el factor de sostenibilidad. Si no se ponen límites al crecimiento de este desembolso, la situación de la Seguridad Social será crítica.