Opinión

Sánchez miente sobre Madrid para subir los impuestos en toda España

  • El presidente engaña con sus acusaciones de 'dumping' fiscal
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

"El mejor plan para las finanzas públicas es gastar lo menos posible y el mejor impuesto es siempre el más liviano". Este sencillo principio, enunciado por el célebre economista francés Jean-Baptiste Say hace casi dos siglos, no solo sigue vigente, sino que resume a la perfección la política fiscal que ha llevado a cabo la Comunidad de Madrid en los últimos años, cuyo éxito resulta indudable, tal y como evidencian los buenos resultados cosechados en crecimiento y creación de empleo.

La combinación de impuestos bajos, estabilidad presupuestaria y libertad económica ha hecho que Madrid se haya convertido en el principal motor de España. Lidera en solitario el avance del PIB, con un aumento del 3,3% interanual en el segundo trimestre, muy por encima de la media nacional y comunitaria, y seguirá encabezando el crecimiento en 2020, siendo la única región que supera el umbral del 2%, según BBVA Research, en un contexto de intensa desaceleración nacional.

Y lo mismo sucede en materia de empleo, registrando, además, una de las tasas de paro más bajas del país, al tiempo que concentra la mayor creación de empresas y la llegada de inversión exterior. Desde 2004, Madrid ha bajado impuestos todos y cada uno de los años, sin aprobar ninguna subida, y el gran fruto de esta senda es que se ha convertido por méritos propios en la región más rica de España, con casi 35.000 euros de PIB per cápita, un 35% superior a la media española, cuando en 1980 era la cuarta.

Un balance brillante

Este balance, ya de por sí positivo, brilla aún con más fuerza cuando se compara con el fracasado y empobrecedor recetario que aplica el PSOE allí donde gobierna. Sin embargo, el presidente en funciones, Pedro Sánchez, lejos de imitar las exitosas políticas que ha desarrollado el PP en Madrid, quiere dañar la economía de la región y el bolsillo de todos los madrileños mediante una "armonización" fiscal que, en realidad, no es otra cosa que una subida generalizada de impuestos a millones de españoles. Y todo ello, empleando como ariete graves mentiras, cuyo único fin es tapar las miserias que han traído consigo las políticas socialistas.

Sánchez, valiéndose en ocasiones de varios de sus ministros, lleva semanas acusando a Madrid de aplicar un "dumping fiscal" que tan solo existe en su imaginación. Todas las CCAA de régimen común poseen la misma capacidad normativa y competencial para bajar los impuestos que tienen transferidos, tal y como ha hecho Madrid en las últimas legislaturas para impulsar el consumo, el ahorro y la inversión, cosa distinta es que no hayan querido. El Gobierno madrileño no ostenta ninguna competencia diferente a las del resto, y aún menos algún tipo de privilegio fiscal que pueda tildarse de "competencia desleal".

Madrid puede presumir de ser la autonomía más solidaria desde el punto de vista fiscal

Sánchez, además, miente al afirmar que la baja fiscalidad de Madrid daña la solidaridad entre regiones, ya que, siendo la autonomía donde más se recauda, no solo financia la totalidad de su gasto público, sino que también es la más solidaria, pues aporta el 70% de los recursos netos del Fondo de Garantía de los Servicios Públicos Fundamentales, del que se benefician otras regiones para financiar su sanidad, educación y servicios sociales. Tanto es así que de los 78.000 millones que se recaudan en Madrid por IRPF, IVA e Impuestos Especiales, las arcas autonómicas apenas ingresan el 22%.

Y, por si fuera poco, Sánchez también engaña a la ciudadanía cuando dice que la fiscalidad de Madrid solo beneficia a los "ricos". En los últimos quince años, los madrileños se han ahorrado más de 48.000 millones de euros en el pago de impuestos, gracias a las rebajas aprobadas, lo que supone una media de 1.100 euros al año, casi 100 euros al mes, y la mayoría de este ahorro se ha concentrado en rentas medias y bajas. Tan solo en la última década, el Gobierno madrileño ha rebajado el IRPF un 25% a las rentas más bajas y un 2,3% a las más altas, consolidándose así como la región con el tipo mínimo más reducido del país, situado en el 9%, frente al 12% de Cataluña.

Lo único que pretende el Partido Socialista con esta nueva artimaña es subir los impuestos a todos los españoles por la puerta de atrás, usando como excusa a los madrileños para imponer su "armonización" fiscal. En lugar de boicotear éxitos ajenos para tapar vergüenzas propias, lo que debería hacer el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, es devolver a la Comunidad de Madrid los 558 millones de euros que se ha embolsado para enjuagar su desnortada política presupuestaria.

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