
Conscientes de que la economía va a ser el principal reto del gobierno que salga de las urnas en noviembre y uno de los temas claves de la campaña electoral, Pablo Casado y su equipo, empujados por las sugerencias de los barones y pesos pesados del PP, han iniciado una especie de Operación Rescate de exministros y altos cargos del equipo económico de Mariano Rajoy.
En Génova han tomado buena nota de que los analistas y los empresarios no dejan de alertar sobre la nueva desaceleración económica que infecta ya los indicadores de la macroeconomía y está tocando a la puerta de la economía real de las empresas y los bolsillos de los ciudadanos con sus efectos sobre la inversión, el empleo y el consumo. Las previsiones avanzadas por el equipo económico de la organización empresarial ha rebajado su estimación de crecimiento de la economía española en 2019 a sólo el 2,1 por ciento, cuatro décimas menos que las previsiones iniciales, y "eso en el mejor de los casos, mientras que los resultados del modelo de previsión del PIB de CaixaBank, que estima en sólo un 0,33 por ciento el crecimiento de la economía española durante el tercer trimestre, dos décimas por debajo del registrado en el segundo que, junto con la revisión a la baja de la serie histórica del PIB que acaba de anunciar el Instituto Nacional de Estadística (INE), reduciría el crecimiento final de nuestra economía en 2019 a sólo el 2 por ciento.
La depuración de sorayistas y cospedalistas en las listas de Casado para las generales del 28 de abril dejó a los populares sin referentes en el área económica y que ahora son candidatos a recuperar.
La depuración de sorayistas y cospedalistas en las listas de Casado para las generales del 28 de abril dejó a los populares sin referentes de prestigio y experiencia en el área económica y nombres como los ex ministros Fátima Báñez, Iñigo de la Serna o José Manuel García-Margallo; los ex secretarios de Estado Iñigo Fernández de Mesa y Jaime García-Legaz, o el expresidente del ICO, Ramón Aguirre, entre otros, fueron defenestrados por el casadismo y ahora algunos de ellos figuran entre los candidatos s recuperar tras el desastre electoral. Aunque difícil lo tienen porque muchos de ellos se han reubicado en la sociedad civil, en el ámbito de lo privado, y tienen muy pocas ganas, o ninguna, de volver a la primera línea política, según confiesan ellos mismos o las personas de su entorno. Claro que estamos a más de tres semanas del plazo límite para presentar las candidaturas y alguno puede terminar cediendo a las presiones.
Y también Operación Rescate es la que ha emprendido Iñigo Errejón, aunque en este caso es más un rescate de sí mismo para salir del terreno autonómico que tanto, dijo, que le entusiasmaba por su proximidad al ciudadano, y que ahora ni le interesa ni colma sus ambiciones, tras utilizarlo como trampolín en su estrategia de venganza y destrucción de su antaño amigo Pablo Iglesias.
Mas Madrid arrebató más de 200,000 votos, un 48 por ciento, a Podemos y un 13 por ciento de sufragios al PSOE, y los expertos apuntan que esta situación podría reproducirse en las inminentes generales.
Que por mucho que su portavoz, Inés Sabanés, disfrazara la decisión de presentarse a las generales del 10-N como un rescate de los abstencionistas, la realidad es que la irrupción de una nueva fuerza política en el bloque de la izquierda sólo sirve para dividir el voto y sufrir la penalización con que la Ley D'Hondt castiga la dispersión de los sufragios como ya demostraron las últimas municipales y autonómicas, donde la aparición de Mas Madrid fue clave para que la coalición del PP y Ciudadanos recuperara el Ayuntamiento y conservara la Comunidad.
Los sondeos tras esos comicios revelan que Mas Madrid arrebató más de 200,000 votos, un 48 por ciento, a Podemos y un 13 por ciento de sufragios al PSOE, y los expertos apuntan que esta situación podría reproducirse en las inminentes generales. Incluso hay ya alguna encuesta que predice una pérdida de entre cinco y ocho escaños al PSOE. Difícil, sí; pero no debemos olvidar que, como se ha encargado de recordar Pablo Casado, "las elecciones las carga el diablo".