
Hacienda ya ha dado con la solución que prometió a las autonomías para abordar, antes de fin de año, el problema del bloqueo de las entregas a cuenta (el porcentaje de la recaudación tributaria que corresponde a los Gobiernos regionales) pendientes en 2019. La medida a la que recurrirá al Ministerio consiste en dar por entregadas esas cantidades a efectos de contabilización del déficit de este nivel de la Administración.
En otras palabras, se pone en marcha un nuevo mecanismo por el que las autonomías verán perdonada una parte de los abultados números rojos con los que ya se prevé que cerrarán el presente ejercicio. Ése es el único resultado esperable de una decisión que en nada contribuye a resolver los problemas de fondo que la parálisis de las entregas a cuenta planteó desde el principio. La ley es clara en cuanto a la imposibilidad de que un Gobierno interino haga tales desembolsos.
El bloqueo de las entregas a cuenta no justifica que se perdone a las autonomías una parte del abultado déficit del año
Esa barrera no desaparece por el hecho de que el Gobierno se acoja a un pago que se podría calificar de virtual o en diferido de esas cantidades. Mientras el Ejecutivo esté en funciones tiene que asumir esa limitación con todas sus consecuencias. De igual modo, las autonomías tienen que adaptarse a la situación, adelantando el cierre de sus ejecuciones presupuestarias para poner coto al fuerte alza que su gasto público presenta desde comienzos de año. De hecho, antes de que se iniciara la actual situación de parálisis institucional, ya eran once los territorios cuyos desembolsos rebasaban los límites que la regla de gasto definida por Bruselas reclama. La respuesta, por tanto, no pasa por dar una especie de autorización a ese política de mayor dispendio, sino en que las autonomías ajusten sus cuentas.