Opinión

Las tablas a las que se aferra Trump

El presidente de EEUU, Donald Trump

Donald Trump asegura que no piensa en la bolsa justo en el momento en que más sube la gradación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Tras enconarse el conflicto con anuncios como el último paquete de 75.000 millones de dólares de aranceles puesto sobre la mesa por el gigante asiático y la vehemente respuesta del presidente de Estados Unidos elevando los suyos del 25 al 30 por ciento, casi nadie piensa ya en una relajación de la tensión.

Sobre todo después de que La Casa Blanca asegurase ayer que Trump solo lamenta "no haber subido todavía más" los aranceles a China. Fuentes de la primera potencia mundial aclararon que el presidente de Estados Unidos estaba muy lejos de estar incómodo con su decisión del viernes.

Solo la fuerte desaceleración de la primera economía del mundo de aquí a fin de año o comienzos del que viene propiciará un acuerdo suave sobre aranceles. Entre medias Trump juega a dividir y vencerás para no parecer que se adentra en la caverna del proteccionismo económico. Llega a acuerdos con Japón y promete a Johnson entendimiento rápido tras el Bréxit. Para Londres es una tabla de salvación. Abrir un nuevo mercado gigantesco cuando se le cierra otro, el de la UE. Trump, que estaría en posición de fuerza en la negociación, se declara partidario de un acuerdo rápido.

El viento de cara al que se enfrenta Trump tras su irreconciliable posición con China choca con la demostración de bancos centrales y gobiernos de todo el globo de mantener una férrea voluntad de amortiguar el impacto de la guerra comercial en la desaceleración del crecimiento económico. Pero como vino a decir el presidente de la FED, Jerome Powell, en Jackson Hole, cada uno es responsable de lo que hace en referencia a Trump.

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