
Podemos reactiva su negociación con el PSOE para desbloquear la investidura de Pedro Sánchez, pero se topa con la negativa de los socialistas. Se trata de un resultado previsible, considerando que el partido morado no ha modificado prácticamente nada respecto a la propuesta que Ferraz ya rechazó en julio.
Así, continúa insistiendo en un Gobierno de coalición para el que impone su reparto de ministerios, de modo que Podemos se quedaría con Trabajo, Transición Ecológica o Vivienda. En el único campo en el que el equipo de Pablo Iglesias ha hecho una modificación fue en sus propuestas de subidas fiscales, con el objetivo de llevarlas más lejos. Junto a la intención ya conocida de elevar el tipo mínimo de Sociedades e imponer impuestos específicos a las grandes tecnológicas y a las transacciones financieras, ahora resurge el proyecto de crear una tasa específica para los bancos. Podemos vuelve así a abogar por un gravamen muy dañino, no sólo para las entidades, que perderán competitividad frente a sus rivales europeos, sino especialmente para los usuarios de servicios de banca, en quienes inevitablemente recaerá parte del coste de esta tasa.
Podemos ahonda sus reclamaciones de subidas de impuestos de modo que su impacto roza ya los 7.000 millones de euros
De hecho, el conjunto de la economía se resentiría si llegan a aprobarse unas alzas fiscales cuyo impacto total se ve incrementado hasta rozar los 7.000 millones. Se trata de un peaje demasiado alto para cualquier economía, pero sus efectos amenazan con ser aún más nocivos en el caso de España, ahora que su PIB se desacelera y la creación de empleo se frena. La entrada de Podemos en el Gobierno implica concesiones insostenibles económicamente. Por ello, si ésa fuera la única vía para salvar la investidura de Sánchez, resulta preferible convocar elecciones.