
Los precios inmobiliarios en el mercado de segunda mano desaceleran en España, al crecer ahora a ritmos del 4,2 por ciento. Es una evolución previsible considerando que tasas tan altas como las que la vivienda usada mostraba hace un año (25 por ciento) difícilmente podían sostenerse.
Pero, además, este cambio tiene consecuencias para el conjunto del mercado inmobiliario. Durante los últimos años, la segunda mano ha sido su motor más potente, ya que aún existe un importante stock de promociones nuevas sin vender que mantienen la oferta en niveles elevados. A esa situación se suma ahora un crecimiento más lento de la vivienda usada, lo que contribuirá a moderar la evolución del mercado inmobiliario en su conjunto y a alejar aún más el miedo a burbujas.