
Las cafeteras por cápsulas son una de las grandes tendencias surgidas en la última década. Unas máquinas que con una extremada facilidad permiten preparar uno o dos cafés por tarrina, sin la necesidad de tener que hacer litros de esta bebida con las cafeteras tradicionales o tener que usar café soluble que muchas veces pierde la esencia y el sabor original. Sin embargo, en su constante uso hay un efecto muy contaminante y económico al que Lidl trata de poner remedio con su último y muy barato invento (tan solo 4 euros).
Ya todo un éxito en ventas en la cadena alemana, las cápsulas para café reutilizables de Lidl se han convertido en una de las tendencias más buscadas estos días en los supermercados. Un producto que consiste en un recipiente de acero inoxidable, que simula el tamaño de las cápsulas habituales de Nespresso, y una tapa que evita que el café se desparrame por toda la cafetera.
Con la función simple de que una vez se introduce la cápsula, la cafetera recoge el café en el interior pero sin desperdiciar el recipiente, esta se puede volver a usar durante más días. Algo que no permiten las cápsulas tradicionales, que una vez sale el café de su interior ya solo se pueden tirar a la basura para un posterior reciclaje.
Una función que da a estos recipientes de Lidl la capacidad de un gran ahorro a largo plazo, así como el servicio de que no se tiran a la basura una vez utilizadas pudiendo tener muchos más usos de lo normal. Además, sirven para todas las cafeteras Nespresso, así como para las similares que usan el mismo tamaño de recipiente (3,7 x 2,4 centímetros).
¿Cómo conseguirlas?
Es tanto su éxito dado su precio de 3,99 euros que el set de dos cápsulas se ha agotado en unos pocos días de venta en la web de Lidl. Sin embargo, el próximo 31 de mayo, la cadena alemana las sacará a la venta en todos sus establecimientos físicos para dar así una mejor salida a sus clientes.
Además, junto a las cápsulas, Lidl incluye una cuchara dosificadora para calcular bien las cantidades de café a introducir y un pincel limpiador para no dejar malos restos en el interior. Toda una revolución, cada vez más habitual en diversos establecimientos, para ahorrar y reciclar a la vez sin tener que hacer uso de grandes cantidades de cápsulas en los hogares más cafeteros.