¿Recuerda lo que estaba haciendo el 14 de febrero? ¿Dónde se encontraba y con quién? ¿Fue a trabajar, cogió un metro, besó a alguien? Ese día, una de las familias del coronavirus SARS-CoV-2 ya se encontraba en España, reproduciéndose miles de veces en las células de cada persona en la que se instalaba como un huésped sin invitación. La transmisión comunitaria comenzó aquella jornada, exactamente 30 días antes de que fuera decretado el estado de alarma ante su imparable estallido en el país. | EN DIRECTO: Todos los detalles de la evolución del coronavirus
Un estudio llevado a cabo por investigadores españoles del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, liderados por el doctor Francisco Díez-Fuertes, ha revelado cómo nunca llegó a existir el famoso paciente cero en nuestro país, de la misma manera que Italia tampoco lo encontró en los primeros días de los contagios masivos en poblaciones de Lombardía y Véneto.
Como si se tratara de un trabajo detectivesco, el equipo del Instituto Carlos III ha realizado un rastreo genómico del patógeno, en un intento de reconstruir sus pasos hasta aquel instante en el que explotó su naturaleza infecciones en nuestro país.
Aquel 14 de febrero, con muchas parejas saliendo a cenar a restaurantes y otros tantos ciudadanos decidiendo si ese fin de semana irían al cine o a la sierra, el coronavirus comenzó a reproducirse miles de veces en cada célula que conquistaba de su huésped. Su disfraz de catarro común en plena temporada de gripe le valió un camuflaje excepcional que complicó todo el proceso.
Tres familias de coronavirus camparon en España
El estudio revela que en España se introdujeron entre el 14 y el 18 de febrero, a través de múltiples entradas, y alejando la existencia de un paciente cero, tres familias del virus denominadas S, G y V. La S y la G fueron las que provocaron las transmisiones locales masivas.
En el caso de la familia S, su origen coincide con un ancestro localizado en Shanghái, aunque los epidemiólogos españoles apuntan a que no aterrizó en España de manera directa, sino que transitó por otros territorios antes. La evidencia apunta a que la única difusión probable de la familia S entre Asia y Europa se produjo desde China a Países Bajos. En otro análisis diferente en el que solo se incluyeron secuencias de Europa, los antepasados comunes más recientes de esta familia se localizaron en Inglaterra y se dataron alrededor del 18 de enero.
La familia G, detectada en Inglaterra el 20 de enero y con origen en Alemania, fue detectada en España el 18 de febrero. La información de cómo apareció la versión V del SARS-CoV-2 en nuestro país continúa siendo un misterio para los científicos.
El estudio explica cómo el patógeno S de España se diseminó posteriormente hacia seis países más: Estados Unidos, Brasil, Países Bajos, Francia, Georgia y Chile
"No hubo claramente un paciente cero en España porque ese incremento que se produjo en marzo se debió a la entrada de varios casos; no sabemos si fueron 20, 15 o 50. Si no, no hubiera sido tan explosivo como fue ni tan inmediato el crecimiento exponencial", ha explicado este jueves Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas Sanitarias. Simón ha admitido que, pese a haber afirmado lo contrario en aquellos días de febrero, hoy queda probado que existía una circulación del virus a través de "casos asintomáticos que se nos escaparon". "Si existía esa circulación no fue detectada por los servicios sanitarios de ninguna comunidad autónoma", ha justificado.
El estudio explica cómo el patógeno S de España se diseminó posteriormente hacia seis países más: Estados Unidos, Brasil, Países Bajos, Francia, Georgia y Chile.
En esta labor detectivesca de la búsqueda del pasado del virus, el estudio expone que los primeros síntomas de una neumonía de origen desconocido fueron detectados en un paciente de Wuhan el día 1 de diciembre, una semana después de que el patógeno hubiera dado el salto de un animal a un humano -se establece del día 24 de noviembre como ese momento-. A partir de ahí, el seguimiento científico demuestra el "extraordinario potencial" del SARS-CoV-2 en una rápida expansión geográfica apoyada por la consolidación de la naturaleza globalizada y en continuo movimiento del mundo. Los investigadores ponen de relieve que el tráfico aéreo de Wuhan incluía seis vuelos directos a la semana a París, y tres a Londres y Roma, respectivamente. La importante circulación de ciudadanos facilitó al patógeno un pasaporte excepcional.
En la historia particular de su circulación española, la investigación recuerda que los dos primeros casos de coronavirus advertidos en España por los servicios sanitarios tuvieron lugar en la semana del 2 al 8 de febrero, uno de ellos en La Gomera, relacionado con un cluster alemán del patógeno; el otro, en Mallorca, a través de un turista inglés en contacto con un contagiado en Francia. Los siguientes cinco casos estuvieron vinculados con viajes a Italia, y se localizaron en Tenerife, Madrid, Castellón y Cataluña antes del 26 de febrero. En la primera semana de marzo, 261 contagios fueron comunicados en todo el territorio nacional.