Motor

Cupra Tindaya, el Seat que miró a BMW, pero se pareció a Lamborghini

Entre la emoción de BMW y la agresividad de Lamborghini, el CUPRA Tindaya quiere ser algo más que un SUV eléctrico al uso.

El nombre le viene al pelo. Un volcán pequeñito, en comparación con sus hermanos en islas vecinas, como el Teide. Tindaya, el de Cupra, no es un RS de Audi, ni un Lamborghini. Pero impone y destaca, en un paisaje árido y ventoso. No, no hablamos de Fuerteventura, donde está el volcán, sino del segmento de los SUV eléctricos medios, el de los 4,7 metros, pensados para las familias progresivas, racionales. Al lado de ellos, aunque solo es un modelo para la exhibición, el Tindaya, el Cupra, se presenta como un volcán esperando su erupción, con una agresividad desconocida en su diseño.

Y si Tindaya tiene algo sagrado para los más antiguos del lugar, el Tindaya de Cupra quiere reivindicar algo sagrado para los amantes de los coches: poner al conductor por delante de la tecnología que se emplea.

Aunque sea CEO interino, no tiene pelos en la lengua. Para Markus Haupt, "Mientras muchos se alejan del conductor, nosotros apostamos por lo que más importa: la conexión al volante", dice la nota de prensa.

No esperes las gigantescas llantas de 23 pulgadas cuando pase a la serie… que llegará, según los directivos de Cupra
No esperes las gigantescas llantas de 23 pulgadas cuando pase a la serie… que llegará, según los directivos de Cupra

Ese guiño no es casual. "Te gusta conducir" fue durante años el eslogan que definió a BMW, la marca que convirtió el placer de estar al volante en su identidad. Cupra nació con esa intención y la recupera a su manera con el Tindaya, en un momento en el que la industria parece obsesionada con los coches autónomos y las pantallas infinitas. En cambio, el SUV de Martorell dice poner el foco en la emoción pura de la conducción, envolviendo al piloto en un cockpit pensado para que cada gesto importe.

Por donde se mire, el Cupra Tindaya no deja indiferente. Habrá que ver cuánto puede conservarse al llegar a la producción en serie
Por donde se mire, el Cupra Tindaya no deja indiferente. Habrá que ver cuánto puede conservarse al llegar a la producción en serie

La manera de contarlo en un coche, sin usar palabras, es con su diseño. Se diría que Cupra ha recibido genes de Lamborghini, uno de sus "hermanos mayores" en el Grupo Volkswagen. Los hermanos son referentes, y abren la puerta para que los más pequeños lo tengan fácil. Proporciones musculosas, líneas afiladas, un frontal agresivo; ni siquiera un Urus se ha permitido tanto. El Tindaya luce un morro de tiburón, hombros traseros tallados y una silueta que, si el Toyota CH-R hizo arquear cejas la primera vez que se veía, al lado del Tindaya parece discreto. Si Cupra quería llamar la atención en nuevos mercados -hablan de una seria expansión de la marca en Oriente Medio-, no se equivoca con un SUV que parece más cercano a un SUV superdeportivo que a uno convencional.

El interior no se queda atrás. Una arquitectura centrada en el conductor, llena de planos inclinados hacia delante -el truco visual habitual de los coupés superdeportivos para dar sensación de velocidad-, pero también vertiendo hacia el conductor: su psique sentirá que él es lo importante. El Tindaya es un coche-espectáculo, no hay que olvidarlo, y así habría que entender ese volante de diseño limpio, pero lleno de funciones, que parece sacado de la competición, pero de la de dentro de diez años. ¿Y si con la dirección by-wire llegara a la serie?

Como un cockpit de un superdeportivo: así se plantea el puesto de conducción -y la experiencia- del Tindaya
Como un cockpit de un superdeportivo: así se plantea el puesto de conducción -y la experiencia- del Tindaya

Los asientos deportivos se bautizan con ingenio -CUPBucket-, son flotantes, anclados a una espina central: Renault ya lo intentó, otros siguieron, pero en algún momento este concepto quizá podría llegar a la serie. Al alcance de la mano derecha sobre esa viga que recorre y divide el habitáculo, en la consola, un prisma regula modos de conducción, luz y sonido.

Un centro de experiencias individualizado para cuatro ocupantes. No podrías dejar nada en el piso del coche sin riesgo de entorpecer al conductor, pero ¿qué mejor que un eléctrico con batería plana para plantear asientos flotantes?
Un centro de experiencias individualizado para cuatro ocupantes. No podrías dejar nada en el piso del coche sin riesgo de entorpecer al conductor, pero ¿qué mejor que un eléctrico con batería plana para plantear asientos flotantes?

Swarovski ha trabajado mucho en desarrollar cristales para el automóvil como para que no acabemos viendo que este material encaja en el coche del futuro. Alrededor de esta pieza, esta joya -"The Jewel", aquí no han dado con el nombre- se entra el concepto phygital, esa fusión entre lo físico y lo digital para intentar convertir al habitáculo en una experiencia inmersiva. Todo envuelto en un discurso de sostenibilidad y de modernidad responsable, donde se combina aluminio impreso en 3D con fibra de lino Bcomp, cuero bio y microfibras enceradas.

Hay coches que los miras y ya lo has visto todo. El Tindaya es una colección de elementos de diseño característicos, que lo hacen reconocible en cada detalle, pero obliga a concentrarse y abstraerse. Puedes encontrar rasgos aquí y allá que te recuerden a alguno de los últimos modelos de otras marcas más arriesgados, pero no se parece a ninguno. Si llega a tu garaje, porque prometen que llegará, será el coche al que se acercarán todos los vecinos, y cada día se sorprenderán.

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