
Con un parque móvil cada vez más viejo, los propietarios no están dispuestos a pagar los precios de los talleres legales y recurren, cada vez más a menudo, a profesionales que trabajan fuera de todas las normas.
Según CETRAA (Confederación Española de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines), se estima que un 20% de los talleres que operan en España son ilegales, es decir, trabajan sin licencia, sin estar dados de alta, no tienen acceso a información técnica de los vehículos en los que intervienen y no pueden ofrecer ninguna garantía de sus reparaciones, además de no pagar impuestos, una de las razones por las que muchos usuarios los utilizan y así ahorrarse el IVA de los trabajos, es decir, están fuera de la legislación vigente.

En un reciente estudio de GANVAM, la asociación de la distribución (venta y reparación) de vehículo de España, en 2024 había registradas un total de 42.855 empresas dedicadas al mantenimiento y reparación de vehículos a motor y 14.230 de ellas no contaban con asalariados, es decir, una única persona se encarga de ese negocio. De acuerdo con la estimación de CETRAA debe haber unos 8.500 talleres ilegales en nuestro país por lo que es conveniente tener mucho cuidado a la hora de dejar nuestro coche a reparar en un taller que ofrezca precios especialmente baratos.

¿Cómo distinguir un taller ilegal?
Un taller o un mecánico ilegal nunca va a proporcionar un presupuesto detallado de las reparaciones a realizar, no podemos saber qué tipo de piezas, materiales y recambios va a utilizar en nuestro coche, tampoco nos va a dar una factura legal con IVA, que será nuestra única garantía ante un posible problema con la reparación. Normalmente estos talleres suelen estar en zonas que no son accesibles desde la calle y trabajan a puerta cerrada, por lo que es fácil desconfiar de un local que parece escondido. Otro detalle importante es la cantidad de residuos que se acumulan dentro y fuera del local, lo que indica que algo no se está haciendo bien.
Todos los talleres legalizados tienen junto a la puerta una placa identificativa con varias informaciones. En la parte superior y con unos grafismos grandes, veremos unos iconos que indican las especialidades a las que se dedica el taller, mecánica, electricidad, carrocería y pintura. Debajo, con unos iconos más pequeños, se muestran las áreas más especializadas, como neumáticos, lunas, equipos de sonido, etc. En la parte inferior aparece el código de la provincia y un número de registro oficial del taller otorgado por el Ministerio de Industria, algo así como la "matrícula" del taller.

El otro problema, medioambiental
En un taller clandestino nos pueden instalar piezas y recambios de dudosa calidad o incluso usados, con el consiguiente riesgo no solo para el buen funcionamiento de nuestro coche, también para nuestra seguridad. Los talleres ilegales tampoco realizan un procesado correcto de residuos y piezas desechadas, como hacen los talleres legalmente registrados. Algunos elementos como aceites lubricantes, líquidos refrigerantes y materiales aislantes, son muy contaminantes y no se desechan de manera correcta. En algunos polígonos industriales es habitual ver junto a los contenedores de basura restos de aceite de motor, neumáticos viejos y piezas de carrocería y motor, elementos que deberían haber sido procesados de una manera correcta.
La proliferación de los talleres ilegales no es solo un problema empresarial porque no paguen impuestos y no estén debidamente registrados, los talleres ilegales son también una seria amenaza para la seguridad vial y medioambiental.