
Nissan planea vender alrededor de 5.000 millones de dólares (4.264 millones de euros) en deuda para ayudar a financiar el cambio de rumbo que el CEO del grupo, Iván Espinosa, está llevando a cabo en la compañía, como parte de una iniciativa de financiación más amplia para mantener las operaciones en marcha.
En concreto, Nissan ha tomado la decisión este lunes de emitir bonos convertibles con vencimiento en 2031 por valor de 150.000 millones de yenes (1.000 millones de dólares) para invertir en nuevos productos y tecnologías, según ha informado este lunes en un comunicado. También planea emitir 4.000 millones de dólares (3.411 millones de euros) en bonos no garantizados denominados en dólares y euros para fines corporativos generales, según Fitch Ratings, que ha asignado una calificación BB a la deuda.
Esta captación de fondos forma parte de un esfuerzo más amplio de Nissan para recaudar más de 1 billón de yenes (5.680 millones de euros), que incluye ventas de activos y planes de lease-back para su sede de Yokohama. Espinosa, quien asumió el cargo de CEO reemplazando a Makoto Uchida en abril, lanzó en mayo un plan para renovar el grupo que se anotó pérdidas por 4.119,36 millones de euros al cierre de su año fiscal anterior, que tiene una gama de productos envejecida y que se enfrenta a un enorme muro de reembolso de préstamos el próximo año.
"La atención se centrará en cuánto puede convencer al mercado de por qué necesita captar capital", ha dicho Nobuhiko Kuramochi, vicepresidente de la asesora de inversiones Parasol Co. "Será difícil que los inversores tomen medidas hasta que los cambios, incluidas las reformas estructurales y los ajustes de la estructura de capital, sean visibles". Las acciones del fabricante han llegado a caer un 4,9% el lunes tras anunciarse la venta de bonos convertibles, la mayor caída desde el 11 de abril. Las acciones han bajado un 30% este año.
El actual consejero delegado está impulsando una estrategia de recorte en costes que ha llevado al anuncio del despido de 20.000 trabajadores o el 15% del total de su fuerza laboral a nivel global y el cierre de 17 plantas para lograr un ahorro total de 500.000 millones de yenes (3.041,8 millones de euros) en costes fijos y variables.
El problema financiero de Nissan está afectando a su socio europeo, Renault, que hace una semana reconoció que el impacto financiero de las pérdidas de la japonesa están estimadas en 9.500 millones de euros que se contabilizarán en la cuenta de resultados, principalmente en "otros ingresos y gastos de explicación" a 30 de junio de este año. Aun así, la alianza entre los dos grupos automovilísticos de más de 25 años continúa y producirá una variante conjunta del nuevo Twingo que planea el fabricante francés.
Las medidas que está impulsando el directivo mexicano siguen al fracaso de las conversaciones a principios de este año para fusionar Nissan con Honda, lo que hubiera dado como resultado al tercer mayo fabricante del mundo por volumen. Estas conversaciones terminaron en parte debido a desacuerdos sobre la voluntad de Nissan de hacer recortes más profundos en la producción y el personal y perder autonomía frente al otro fabricante nipón. La compañía ha seguido, no obstante, en negociaciones de acuerdos que le arrojen un salvavidas, ya sea con otros fabricantes como el chino Dongfeng o la tecnológica Foxconn, que se ha mostrado interesada en participar en el sector automotriz.