Día soleado y perfecto para nuestro encuentro. Un Renault 5 E-Tech eléctrico de color amarillo se va a ver las caras con su ancestro, un impecable R5 GTL del año 85. Dos generaciones con una misma esencia.
Mi compañero Nacho no pasa de los 30; yo supero los 50. Sí, dos generaciones que cada día disfrutamos en la sección de Motor de elEconomista.es. Y como de algo tenía que servir esta diferencia temporal entre los dos, no hemos desaprovechado la oportunidad que nos ha brindado Renault España de poder revivir y vivir una experiencia a bordo del Renault 5, bueno, de los Renault 5. Porque son 40 años los que separan a nuestros dos protagonistas: un R5 GTL, pintado de color rojo, impecable y exquisitamente cuidado, de 1985, y el nuevo Renault 5 E-Tech eléctrico, que con su llamativa tonalidad amarilla provoca giros de cabezas allá por donde va.
Y hasta la sede del fabricante francés en Madrid llegamos. Ya, frente a los dos modelos, no tuvimos que echar a suertes quién iba a conducir qué. Nacho y yo nos miramos, pero ya lo teníamos decidido. Servidora, el GTL, que curiosamente fue mi primer coche, un fiel compañero durante los cinco años de Universidad. Nacho, con el E-Tech, se frota las manos deseando ponerse a los mandos del recién llegado, eléctrico y con un bonito aire retro-futurista.

Nada más verlos, notamos, cómo no, el paso del tiempo. ¡Aquellos sí que eran coches pequeños! 3,59 metros frente a los 3,92 de ahora. Pero al margen de su tamaño, los dos modelos tienen mucho en común, y es que Renault ha resucitado al R5 con el nuevo E-Tech de la mejor de las maneras.
"Seguro que este GTL, durante nuestro recorrido, llama la atención", le aseguro a Nacho. Y efectivamente, en la sesión de fotos más de un viandante comentó el espectáculo que era verlo circular, porque "ya no se hacen coches como los de antaño". Y es que el GTL era un coche fiable, de esos que nunca dejan "tirados", con su motor de 1108 cc, 45 caballos y sin electrónica. Todo mecánico. Todo alma.
Abro el coche con la llave, porque esta unidad no tiene mando. El primer contacto al cerrar la puerta revela un sonido seco, sin el aislamiento acústico al que hoy estamos acostumbrados. Una vez a los mandos del GTL hay que resetear. Todo es nuevo a pesar de ser viejo, porque uno ya se acostumbra a los coches de ahora. Volante enorme, llave convencional, austero cuadro de instrumentos (muy moderno para la época), hueco para el radiocassete, mechero… y un buen número de teclas y ruedas para manejar la climatización.


Punto muerto, embrague a fondo, giro la llave y comienzan las sensaciones. El motor arranca con un ronroneo metálico, se le nota el carácter. Primera y salimos, aunque me cuesta unos segundos jugar con embrague y acelerador para que no se cale. ¡Cómo va este GTL! Eso sí, cómo echo enseguida en falta la dirección asistida.
Pero, a los cinco minutos, como si el tiempo no hubiera transcurrido. Uno se aclimata rápido. Me muevo tranquila porque impone mucho llevar esta pieza. Siento el volante en las manos, todas las vibraciones del coche, el sonido del motor. La caja de cambios manual, de solo 4 marchas, requiere decisión; no es especialmente precisa, pero da esa satisfacción mecánica de estar realmente conduciendo. El coche se siente ligero (pesa 740 kilos frente a los 1.500 del R5 actual) y reacciona muy bien.
La dirección sin asistencia es dura en parado (nada de girar el volante para aparcar con una sola mano). Los frenos no tienen ABS y el embrague exige suavidad. Pienso para mis adentros, qué sentirá Nacho cuando le ceda por unos minutos ponerse al volante de esta joya.
El interior es simple, casi espartano, sin cinturones de seguridad trasero (ahora nos parece impensable que hayamos viajado sin ellos) y equipa lo justo para cumplir su función. No tiene aire acondicionado, ni pantalla, ni nada que te distraiga. Pero eso es, quizás, lo bonito, que solo te concentras en conducir. Es como volver a escribir una carta a mano.


Turno para un eléctrico muy personal
Entrar al nuevo Renault 5 E-Tech es una experiencia completamente distinta. Y lo aprecias más cuando te acabas de bajar del GTL. El diseño retro del exterior contrasta con un habitáculo moderno, dominado por pantallas y materiales agradables al tacto. Al presionar el botón de encendido, no ocurre ningún sonido mecánico: el coche simplemente está listo.
En movimiento, lo primero que llama la atención es el silencio. No hay vibraciones ni rugidos, solo un leve zumbido eléctrico. La aceleración es instantánea y lineal: pisas el acelerador y el coche responde con suavidad, pero con contundencia. El 0 a 100 km/h para esta variante de 150 CV se hace en 9 segundos.
En ciudad, es ágil y relajante. No hay necesidad de cambiar marchas, no hay tirones. La frenada regenerativa añade una nueva dimensión a la conducción: levantar el pie del acelerador ya es empezar a frenar. La dirección es ligera y precisa, ideal para maniobrar en espacios urbanos. Los sistemas de asistencia te rodean con una sensación de seguridad casi omnipresente. Todo está pensado para que el conductor se sienta acompañado, casi protegido. Quizá demasiado: en algunos momentos, se pierde un poco de la implicación emocional del viejo GTL.

En carretera, el confort prima. La estabilidad es firme, y aunque el peso del coche es mucho mayor que el del original, no se percibe torpe. Se siente sólido. El aislamiento acústico es muy bueno. Y, a diferencia del GTL, el coche no te exige nada. Puedes recorrer kilómetros con un solo dedo en el volante.
Si me dieras a elegir entre uno y otro, está claro que ahora me quedaría con el eléctrico E-Tech, pero con una condición: conservar al "viejo" R5 GTL en mi garaje, para disfrutar con él siempre que quiera.
Los protagonistas

Renault 5 GTL (1985)
Lanzado en 1972, el R5 fue uno de los modelos más populares de Renault. El GTL llegó en 1976 como una versión más económica y racional. Nació en plena crisis del petróleo, se valoraban coches pequeños, eficientes y asequibles. El GTL fue pensado como coche urbano para las clases medias europeas.
Renault 5 E-Tech (2024)
Presentado oficialmente en 2024, el R5 E-Tech es un homenaje retro con tecnología de vanguardia. Nació en plena transición hacia la movilidad eléctrica, con normativas de emisiones más estrictas. Su mercado apunta a consumidores urbanos que buscan sostenibilidad sin renunciar al diseño emocional.
Ficha técnica R5 GTL vs R5 E-Tech
