
¿Dónde estaba el GTI eléctrico de Peugeot? Se estaba haciendo esperar. Un coche eléctrico que tocase el corazón. ¿O ha escocido la llegada del Renault 5 eléctrico, versión Alpine A290, para volver a sacar pecho?
Aceleración de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos, una potencia de 280 caballos, suspensión rebajada, vías anchas, lo que sería la versión deportiva de un coche urbano… ¡pero con cero emisiones! Un coche que puede mover corazones y "apetecer". Mucho estaban tardando.

¿Golpe de efecto de jefe nuevo?
Hace poco más de 10 años, un Carlos Tavares recién aterrizado al frente de lo que hoy es Stellantis, se ponía el volante de un prototipo de Peugeot 308 muy especial. Era un híbrido enchufable que acabarían llamando 308 R HYbrid, con unos 500 caballos. Un "etiqueta CERO" que incluso hoy dejaría boquiabierto a cualquiera.

Apenas llegado su sustituto, Antonio Filosa, y coincidiendo con su participación en las 24 horas de Le Mans, han desvelado el Peugeot E-208 GTi. De nuevo, un guiño a la deportividad. Mucho menos potente que el 308 R HYbrid, pero también llamativo y sobresaliente entre los conceptos de coche eléctrico actuales.
Tavares era un aficionado a la competición, participaba en rallies, parecía que se volvería a poner el acento en coches emocionantes, aunque electrificados. Sin embargo, el negocio del automóvil es difícil y no se alimenta de los verdaderos aficionados a los coches, salvo en unas pocas marcas. El 308 R Hybrid nunca salió al mercado.

Deportivo, pequeño, eléctrico… atractivo
El nuevo Peugeot E-208 GTi debuta con una ambición: recuperar el alma de los GTi clásicos, pero movido por batería. Ser un deportivo eléctrico no consiste en un guiño de marketing y el dominio de una nueva tecnología: requiere un cambio sustancial, atraer al inconvencible, al amante del sonido del motor, de jugar con el cambio, de sentir que domina el coche mejor que nadie. Para este dominio, han recurrido a sus ingenieros de Peugeot Sport, curtidos en competición, responsables también de notables versiones para calle, las evoluciones especiales de Peugeot RC-Z o de los deportivos 208 y 308 GTis. Ingeniería fina para garantizar agilidad, control y disfrute.
Los ingredientes son serios: motor de 280 CV y par máximo de 345 Nm, con un diferencial de deslizamiento limitado para mejorar tracción en curva. La receta no es solo potencia. Incorpora unos discos de freno de 355 mm con pinzas de cuatro pistones. El chasis se ha afinado con suspensiones específicas, rebajadas 30 mm respecto al E-208. La vía delantera se ha ensanchado en 56 mm (27 mm la trasera), aumentado la estabilidad, pero también la agilidad. Para rematar, monta neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2.
Ingeniería sólida pero acompañados con la conexión visual emocional. Para tocar el corazón de quienes conocieron el 205 GTI incorporan pasos de rueda ensanchados, enfatizados con filetes rojos. Las llantas perforadas (de 18 pulgadas) evocan las del modelos de los 80 y se replica un interior con tonalidades rojas.

El volante forrado en Alcantara es un signo moderno para evocar deportividad. Hay alguna impostura, como el sonido, generado digitalmente, pero esto es algo a lo que casi todas las marcas de eléctricos han tendido para potenciar la experiencia de conducción.
Aún no es tarde para el eléctrico
Hace un año se celebraron los 40 años del 205 GTI, un coche pequeño, ligero, potente, muy presente en la generación de los "boomers". GTI era un logo que se extendió entre varias marcas como símbolo de deportividad. Aplicaban inyección al motor (de ahí la "I"), y aunque de "Gran Turismo" tenían poco, eran pequeñas bombas deportivas, ágiles y rápidas.


El año 2024 habría sido ideal para lanzar una versión conmemorativa, un Peugeot urbano vestido de deportivo. Pero no, los números del coche eléctrico no estaban como para alardes: "tenemos el producto, pero si el comprador no lo demanda, qué vamos a hacer…". Ya Henry Ford explicó que el público no sabe adelantar lo que quiere: vino a decir que, si se hubiera preguntado a los clientes cómo mejorar los coches de caballos, habrían contestado cualquier cosa, menos "colocar un motor de combustión".
En un momento en que el coche eléctrico suele sonar a obligación más que a pasión, el E-208 GTi plantea una alternativa: placer sin culpabilidad, emoción sin humo. El rugido parece que quiere volver… aunque ahora no se escuche.