
Toca decir adiós al Honda Civic más deportivo, que se despide al terminar 2025, con una edición limitada a 40 unidades del Type R, decorada al puro estilo carrerista de Honda.
Lo sugeríamos hace unos días con el Toyota GR Supra Final Edición: hay oportunidades para invertir en coches sin desembolsar una fortuna. Coches que se revalorizarán porque no se volverán a repetir. Serán mejores o no, pero no volverán. En Honda lo saben y por eso han creído conveniente "regalar" a sus seguidores la oportunidad de un Civic Type R conmemorativo, la edición final, el Ultimate Edition. Solo fabricarán 40 para Europa y tendrá una decoración especial. Así que, si los 150 Supra asignados a Europa podrían parecer pocos, ya puedes correr para el Civic.

"La industria está cambiando, y nuestra gama de modelos tiene que evolucionar con ella de acuerdo con la legislación europea", explica la responsable de estrategia y de producto de Honda en Europa. Las normas acaban transformando los gustos. Cambian los requisitos legales de lo que es un coche y ya no se puede matricular "lo de siempre". Por eso llegará a su fin el Civic Type R, ocho años después del lanzamiento de la sexta generación de la variante más deportiva del Civic (y seguro que última dotada de motor exclusivamente térmico).
Para el Ultimate Edition han creado una caja de regalo personalizada con un emblema numerado, un llavero de carbono, alfombrillas hechas a medida y una cubierta para el coche. Se completa con un proyector del emblema al abrir la puerta e iluminación adicional, con el paquete carbono en la consola central, alerón y guarnecido de puerta (el alerón hecho en fibra no decorativa para el Type R de base vale 3825 euros).

El Civic Type R normal cuesta 59.650 euros, pero si sumas todas las opciones a un Type R normal estaríamos hablando de 5000 euros adicionales y aun así no sería la versión conmemorativa final. Sobre todo la distinguirás de una versión "normal" por la línea roja sobre el capó y el techo negro.

Colores años 60
En Honda no se han quebrado demasiado la cabeza con el Ultimate Edition. Han dominado durante los últimos años la F1 con sus motores, pero su imagen ha sido totalmente eclipsada por los colores de Red Bull, la escudería a la que propulsan. ¿En qué tradición apoyarse y qué valores recrear? Para el último Type R han elegido el color blanco de base -como tantos Type R, incluyendo los NSX de los 90- con detalles en rojo. Son los colores de la bandera japonesa, los mismos con los que en 1965 Honda venció por primera vez en una carrera de F1.
El techo es negro, pero han obviado incorporar un techo en fibra de carbono, que encarecería considerablemente la fabricación y el precio final. Tampoco hay modificaciones en el motor, ni en aspectos del chasis, como se puede ver en otras ocasiones, como "traca final" de un modelo. Sin duda, los costes de esta versión se habrían disparado en la puesta a punto de solo un puñado de unidades. Tampoco Honda querrá sugerir que se hayan dejado algo en el tintero durante los años en el mercado de su máximo exponente, un coche con múltiples récords en circuito como tracción delantera de serie más rápido.

El Type R es uno de esos nombres que construyen leyenda, lobos con piel de cordero, aunque generación tras generación, aunque cada vez haya dejado ver más sus colmillos: a medida que aumentan las velocidades, la aerodinámica cobra más importancia y se hace difícil gestionarla. Decían que hay dos cosas difíciles de ocultar, el amor y el dinero, pues en los coches habría que añadir la aerodinámica (que se lo digan a los ingenieros de Fórmula 1 intentando tapar sus coches cuando están detenidos). Otro deportivo de raza, éste para poder llevar incluso a la familia, se despide para siempre, al menos como lo hemos conocido: larga vida a los híbridos.
