
CPR Classic, un concesionario de vehículos en California, Estados Unidos, se había consolidado por más de cuatro décadas como un referente en la restauración y venta de coches de la marca alemana Porsche. Sin embargo, hoy, su reputación se encuentra en crisis tras enfrentar decenas de demandas en su contra que suman un total de 11,1 millones de euros, según informes desvelados en una publicación de NBC. Esta situación ha dejado a muchos de sus clientes frustrados y desamparados, entre ellos Hans Claassen, un hombre mayor de 80 años de Colorado, Estados Unidos.
Claassen estuvo casado durante más de medio siglo con Christine, una mujer que padecía demencia y que falleció hace un tiempo. Para pagar todos los costes médicos de ella, tomó la dolorosa decisión de vender su Porsche 911 plateado, un regalo que la propia Christine le había hecho en 1970.
"Esa fue la manera en que ella me compensó por gastar todos mis ahorros en un anillo de compromiso", narró Claassen a NBC. Para él, el coche no solo era un medio de transporte, sino un símbolo irremplazable de su amor y los recuerdos compartidos.
Según cuenta el medio, desesperado por cubrir los costosos cuidados médicos de su esposa, Claassen contrató a CPR Classic en 2022, acordando un precio de venta de 128.000 euros por el coche, con una comisión del 10% para el concesionario. Después de entregar su amado vehículo, Claassen sintió que finalmente estaba haciendo lo correcto, aunque sabía que jamás lo volvería a ver. "Ver que el coche se iba fue un momento difícil", manifestó.
Después de varios meses sin saber nada de la empresa donde dejó su coche, Claassen empezó a temer lo peor cuando le comunicaron que el comprador se había echado atrás en el trato. Al darse cuenta de que las semanas se transformaban en meses sin ningún tipo de respuesta, Claassen contactó a Mark MacHale, un voluntario de un programa para personas mayores, quien había ayudado a otros en situaciones similares.
"Las mentiras y las excusas comenzaron a surgir", dijo MacHale, quien intentó, sin éxito, presionar a Andrea Doherty, la propietaria de CPR Classic, para que honrara su acuerdo con Claassen. Finalmente, Doherty accedió a enviarle una parte del dinero, 9.500 euros, como parte de un plan de pago mensual, pero luego cesaron los pagos. MacHale, frustrado, decidió buscar ayuda en los medios de comunicación. Así llegó a NBC.
La gran estafa
De esta manera, el equipo periodístico de estecanal de televisión se unió a la causa y comenzó una investigación sobre CPR Classic. Al examinar las demandas presentadas, descubrieron que muchas historias eran alarmantemente similares a la de Claassen. Aquellos que habían confiado en el concesionario para vender sus vehículos afirmaban que nunca recibieron el dinero que se les debía, mientras que los compradores informaban que habían realizado pagos significativos, pero nunca recibieron los coches.
De acuerdo con los documentos revisados, las quejas suman, en total, más de 11 millones de euros. En particular, un caso indicaba que CPR Classic había vendido un 356 Roadster de 1960 que no tenía derecho a comercializar, dejando a un cliente sin el vehículo y sin reembolso tras un pago de 150.000 euros. Otros compradores se quejaron de haber recibido vehículos sin títulos, impidiendo su registro y uso.
Ante el creciente número de demandas, NBC intentó contactar a Doherty para obtener una declaración. Tras varias semanas de intentos, finalmente se comunicó, pero su abogado le aconsejó que no hablara con los periodistas. La situación se volvió aún más alarmante cuando los reporteros visitaron el concesionario y encontraron que había sido desalojado.
Hans Claassen, mientras tanto, se siente cada vez más resignado. "He empezado a aceptar que quizás nunca volveré a ver un centavo", lamentó. Su dolor se agrava con la reciente muerte de su esposa Christine, quien le regaló el coche. A pesar de todo, Claassen sabe que los recuerdos que creó junto a su esposa nunca podrán ser borrados, aunque el legado de su unión se vea empañado por una estafa que ha dejado a muchos en la misma situación de desamparo.