
El Land Rover Santana, un coche que se fabricaba en Linares y que ha formado parte del ADN automovilístico histórico de los españoles, por estos días ha tomado protagonismo dentro de la tragedia causada por la DANA. Y es que, junto con un Mercedes W123 y un 600, han sido de los coches clásicos que menos han sufrido a las inundaciones.
Entre las ruinas que dejó la DANA aparecieron los llamados coches "indestructibles" que pudieron rescatarse pese a quedar parcialmente sumergidos en barro y que fueron viralizados en las redes sociales. Entre ellos, un Land Rover Santana, que se ha convertido en una suerte de emblema español de esperanza en medio de la catástrofe.
Ubicado en un garaje en Paiporta, uno de los lugares más devastados, el vehículo pertenece a Cristófol Albert, quien colocó un cartel que decía "No retirar. Tiene reparación". Esta frase se ha popularizado en las redes, con miles de usuarios brindando su apoyo y admiración por el coche y su historia.
"Uno de estos no se encuentra todos los días", comentó un usuario en la plataforma X (anteriormente Twitter), donde la publicación ha generado un aluvión de reacciones. La percepción positiva hacia este Land Rover se transforma en un símbolo de la resistencia del pueblo valenciano frente a la adversidad.
Pide que no retiren su viejo Land Rover inundado en Paiporta ya que funciona perfectamente pic.twitter.com/oJFZULjkfm
— José Miguel (@PSOEfobo) November 6, 2024
La historia de este vehículo resalta la robustez y durabilidad que caracteriza a los todoterrenos clásicos de antes. Diseñados para enfrentar condiciones extremas, estos automóviles tienden aparentemente a resistir mejor las inundaciones. Sin embargo, incluso los más fuertes pueden sufrir daños significativos si permanecen sumergidos durante demasiado tiempo. El Land Rover de Cristófol, un modelo Serie II fabricado en 1965, es parte de esta fortaleza.
En un contexto post-DANA, la situación se torna crítica para miles de damnificados que han visto cómo sus vehículos quedaron arruinados. La calamidad ha ocasionado que muchas infraestructuras se vean afectadas y que los coches queden atrapados en un mar de barro y escombros, lo que genera una pérdida económica considerable para las familias.
La solidaridad y el apoyo a quienes han padecido esta catástrofe se hacen necesarios. Además de la ayuda inmediata, las instituciones y empresas deben colaborar para ayudar a las víctimas a recuperar tanto sus vehículos como su normalidad diaria.
El golpe a la panadería familiar
La historia de Cristófol no se limita a un agridulce rescate de su Land Rover español. Además del vehículo, su panadería familiar fue aniquilada por las aguas, un duro golpe que ha hecho que su vida cambie radicalmente. Sin embargo, su determinación de reparar el todoterreno refleja esperanza en un panorama desalentador.
La inclusiva comunidad de entusiastas de la mecánica ha respaldado a Cristófol en la recuperación de su "reliquia". Al compartir su experiencia en el grupo de Facebook del Club Land Rover Santana, los mensajes de ánimo y sugerencias no han dejado de llegar. "Lo intentaré, se lo merece", se comprometió, reafirmando su deseo de restaurar el vehículo que tanto ha trabajado por recuperar.
El Land Rover Santana, una marca histórica originaria de Linares, ha sido un símbolo de fortaleza y resistencia desde su creación en 1956. Fabricados en la misma línea, estos vehículos han pervivido como herramientas indispensables para agricultores y como preciadas piezas de colección para amantes del motor. A pesar de haber dejado de producirse, su legado sigue vivo.
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