
Un grupo de entusiastas ingenieros de Nissan pensaron que, si Audi podía triunfar en raids con su propulsión eléctrica y un motor de gasolina generando la electricidad, ¿por qué no probarlo con un X-Trail que funciona de forma similar?
Durante décadas, ingenieros y técnicos de las marcas de coches han competido en carreras con coches de la empresa para la que trabajan. Preparando el coche fuera de horarios, con cierta aquiescencia de los jefes, que miran hacia otro lado si usan algún recurso de la empresa. En el Centro Técnico de Nissan de Barcelona llegaron a participar en una carrera de 24 horas a bordo de un Nissan Leaf, al que un grupo de esos apasionados técnicos habían dotado de una segunda batería para duplicar su autonomía.
En 2023, siete ingenieros del NTCE-S (de Nissan Technical Centre Europe – Spain), decidieron adaptar un Nissan X-Trail a una de las pruebas más exigentes en cuanto a dureza: la Baja Aragón, 500 kilómetros por pistas desérticas de los Monegros en pleno verano.
Audi jugó la misma baza motriz para ganar el Dakar
El Audi RS Q e-tron con el que Carlos Sainz venció en el último Dakar se basa en el mismo esquema de propulsión que el Nissan. Cierto, están en galaxias diferentes -el Audi es un vehículo concebido para raids, un Fórmula Uno para terrenos desérticos-, pero tiene el mismo planteamiento mecánico que el X-Trail de serie.

El motor de gasolina se encarga exclusivamente de producir electricidad. En el X-Trail es un tres cilindros turbo 1.5 capaz de proporcionar hasta 204 caballos. Por reglamento, el motor del Audi está limitado a 335 kW (455 CV). El motor térmico produce electricidad con la que activar los motores eléctricos y/o recargar una batería (diminuta en el Nissan, con 2,1 kWh, frente a 52 kWh en el Audi). En ambos casos, la tracción está garantizada gracias a los dos motores eléctricos, uno por eje, que proporcionan una entrega de potencia casi instantánea y potencias también en dimensiones diferentes.

Si el motor de Audi está tomado de las carreras en circuito del campeonato DTM, el motor de Nissan también es especial. Tiene una característica diferencial con cualquier otro motor convencional, porque puede modificar su relación de compresión de manera mecánica entre 8:1 y 14:1. Con ello es capaz de maximizar el aprovechamiento del combustible con diferentes grados de carga y de revoluciones.
Un X-Trail prácticamente de serie
Para poder modificar elementos que pudieran comprometer el llegar a la meta, se tuvieron que inscribir en la categoría "Open". "Trabajaron tan duro para llevar esta idea loca a la realidad…", era las orgullosas palabras de Miquel Sasot, responsable en Nissan del Grupo de Potencia ("Powertrain Group"), ese que debía mirar hacia otro lado. En competición se puede ganar reputación, pero también perderla. Así que, cuando se demostró la viabilidad de competir con el X-Trail e-4ORCE, pidieron autorización al vicepresidente de Nissan para la región AMIEO (Europa, África, Oriente Medio, India y Oceanía), quien comprendió que era "una gran plataforma para demostrar la robustez del propulsor".
Terminar ya es un gran resultado
Los técnicos de Nissan no perdieron la reputación, porque llegaron a la meta. En la preparación del vehículo no se alteró la parte correspondiente a la propulsión (motores y batería), aunque sí mejoraron la refrigeración.

También dotaron al X-Trail de una suspensión y neumáticos capaces de soportar el paso a alta velocidad por agreste firme. El resto de modificaciones tenía relación con las medidas de seguridad obligatorias, como el arco antivuelco o un depósito de combustible de competición, que obligaban a desmontar parte del interior.

Piloto y copiloto ya venían curtidos como probadores en Nissan. Jonatán Gijón provenía del departamento de Dinámica de Chasis y César Fernández del equipo de puesta a punto de motores. Después de tomar el pulso a esta competición, en Nissan ya están pensando en preparar la siguiente edición, esta vez, inscritos en la categoría "Stock", de coches de serie. Este reto puede ser aún más fascinante.