Antolin rozó la rentabilidad en el ejercicio 2023. La multinacional burgalesa de soluciones para el interior del automóvil tuvo el año pasado un resultado atribuido negativo de 6,7 millones de euros, un 97% menos en comparación con 2022, cuando la compañía perdió 225 millones de euros.
Todo ello debido a una mejora generalizada del negocio a lo largo del año pasado. Así, el resultado bruto de explotación (ebitda) creció un 10%, hasta situarse en los 328 millones de euros. El margen ebitda, por su parte, alcanzó el 8,1%, lo que supone 1,1 puntos porcentuales más que en 2022, si se excluyen los gastos extraordinarios y se incluyen las sinergias asociadas al plan de transformación.
La facturación de Antolin en 2023 se situó en los 4.617,4 millones de euros, un 3,7% más que el año anterior. Este crecimiento sería del 10% ajustado por el tipo de cambio y a efectos comparables tras la desinversión de la planta austriaca de Ebergassing a finales del año pasado.
Por regiones, los ingresos en Asia crecieron un 3%, hasta alcanzar los 756 millones de euros. En Norteamérica, las ventas se mantuvieron planas, con 1.571 millones de euros, al tiempo que la cifra de negocio en Europa y el resto del mundo se situó en los 2.286 millones, un 6% más en tasa interanual.
Durante el año pasado, Antolin logró una cartera de nuevos proyectos por valor de 5.500 millones de euros. De este monto, más de un 25% están localizados en Asia y un 11% están vinculados a negocios con los fabricantes chinos de automóviles. La compañía avanza así en su objetivo de ampliar su negocio en el mercado asiático con el foco en China e India incrementando y diversificando su base de clientes.
En total, Antolin tiene una cartera de pedidos para los próximos cuatro años por valor de 20.000 millones, que aseguran un crecimiento sostenido, rentable y diversificado a medio plazo.
En cuanto a la plantilla, Antolin finalizó el año pasado con una fuerza laboral de 26.815 trabajadores, lo que supone un 9% menos en comparación con 2022.
La ratio de apalancamiento de la compañía el año pasado se situó en las 2,8 veces.
La deuda financiera bruta de la compañía al cierre del ejercicio se situó en los 1.217,6 millones de euros. De este monto, los préstamos bancarios, bonos y otros valores ascendían hasta los 1.204,8 millones, mientras que 12,8 millones correspondía otras obligaciones financieras. Así las cosas, la deuda financiera neta de la compañía burgalesa al cierre de 2023 era de 926,2 millones de euros, un 9,6% más en comparación con 2022, cuando se situó en los 844,9 millones.
Ernesto Antolin, presidente de la compañía, ha explicado que "durante 2023 hemos avanzado en las principales líneas estratégicas y hemos logrado importantes proyectos con clientes, lo que nos permite tener una base sólida de crecimiento futuro en la nueva movilidad".
Previsiones
De cara al presente ejercicio, Antolin prevé seguir incrementando su ebitda y rentabilidad, así como la generación de caja, con el objetivo de alcanzar un margen ebitda de doble dígito a medio plazo.
Como parte de su plan estratégico, la compañía avanzará en la desinversión de ciertos activos para reforzar el balance y redirigir los recursos a negocios de mayor retorno y potencial de crecimiento. Así las cosas, la multinacional burgalesa estima lograr 150 millones de euros entre este año y el que viene por la venta de activos no operativos, como terrenos y edificios o la venta y arrendamiento posterior de edificios operativos.
En cuanto a los ingresos, Antolin prevé que se sitúen entre los 4.300 y 4.600 millones de euros. En cuanto a la rentabilidad del negocio, la compañía prevé que se sitúe en el 9%, al tiempo que considera que la ratio de apalancamiento se situará en las 2,5 veces.
