
La obligatoriedad de que todos los vehículos sean eléctricos para 2035 supone que la transición a la movilidad 'cero emisiones' es imparable. Sin embargo, las inquietudes de los usuarios alrededor del coche eléctrico son incontables.
La principal es la autonomía con la conocida "ansiedad por distancia" (Range Anxiety, término acuñado en EE.UU.). Una intranquilidad que se ha ido sosegando con el lanzamiento de modelos con autonomías superiores a los 500 km, teniendo en cuenta que las distancias medias recorridas a diario son de unos 100 km.
A ella, se unen otras preocupaciones como la capacidad de recarga de los coches y también la de la red eléctrica española. Pese a que las autonomías dejan de ser una preocupación, la "ansiedad por la carga", referida a la incertidumbre sobre el acceso o uso de un punto de carga, se mantiene como una barrera que impide fomentar la propiedad de eléctricos.
Cabe destacar que esta última preocupación no reside solamente en la ubicación de los puntos, también a su fiabilidad. Esto incluye las largas colas durante las horas punta, equipos rotos, software o hardware poco fiables, o incluso a encontrar un punto de recarga ocupado por un vehículo de gasolina o diésel.

Y es que, según los últimos datos disponibles, España cuenta con 34.049 puntos de recarga de acceso público, con un 26% del total inoperativos. Concretamente, hay 25.180 puntos instalados en España hasta septiembre, y adicionalmente hay 8.869 que no están prestando servicio para la recarga de vehículos eléctricos. También hay que tener en cuenta que el 74% de estos puntos son de baja potencia.
Ahora bien, Iberdrola es la energética que más infraestructura pública tiene, con un total de 10.600 puntos, e inversiones previstas de 150 millones en electrificación del transporte y la instalación de 110.000 puntos de recarga para el periodo 2023-2025. Más allá de la propia red de la empresa vasca, la compañía ha anunciado una empresa conjunta con bp pulse. Se invertirán 1.000 millones de euros con el objetivo de desplegar 5.000 puntos de carga para el año 2025 y 11.700 para el año 2030.
Tal es su avance que quisimos recorrer los 400 kilómetros entre Madrid y Bilbao con Carlos Pérez, responsable de recarga privada, y Ainhoa Garmendia, responsable de recarga pública, en un coche eléctrico y por supuesto, parando a recargar en las estaciones de Iberdrola.
La palabra para definir el proceso de carga es fácil. La recarga con Iberdrola es tan simple como descargarse su aplicación, aunque previamente hay que registrarse y añadir una tarjeta de crédito. Una vez hecho esto, se podrán reservar puntos de recarga, planificar una ruta, establecer la recarga en casa... Ahora, también se podrá recargar simplemente añadiendo el código que se puede ver en el cargador o escaneando el QR.

Una vez conectado, solo habrá que esperar. En nuestro caso, solo hicimos una corta parada en unos cargadores de 150 kW. Tras llegar con una autonomía del 25%, el coche se había recargado casi al 100% en una media hora, lo que nos dio la autonomía necesaria para llegar a Bilbao sin ninguna preocupación.
Origen renovable
Todos los puntos de recarga de Iberdrola suministran energía de origen renovable. En nuestro viaje pudimos visitar la subestación de Abadiño, donde evacúa el parque eólico de Oiz. El emplazamiento de 6 Mw dispone de una capacidad de almacenamiento de 3,5 Mw por hora. Esto supondría una potencia para unos 70 vehículos.
Estas baterías que operan como sistemas de almacenamiento tienen dos funcionalidades clave: arbitraje, que gestiona la producción en función de la demanda a lo largo del día y los servicios de red, que ayudan en la regulación de frecuencia para el equilibrio de la producción y demanda de forma instantánea.
Esta subestación con las baterías es un proyecto piloto y se trata de la primera batería de almacenamiento eólico de España, aunque la compañía espera que se aumenten en el futuro. Fue instalada en 2021 y puesta en marcha el año pasado.
En pos de la sostenibilidad, Iberdrola inauguró la primera estación de recarga en España que utiliza baterías usadas de vehículos eléctricos en 2021. Situada en el km 175 de la A-3 (Cuenca), tiene una potencia de 100 kW y puede dar servicio a cuatro vehículos a la vez. En esta misma línea, Iberdrola instalará a principios del próximo año otra en Pamplona y dos más a lo largo del 2024.
Laboratorio Smart Mobility
Más allá de incentivar la transición a la electromovilidad con infraestructura, Iberdrola pone a prueba todos sus cargadores antes de establecerlos en la carretera en su laboratorio de Smart Mobility. Este testeo es clave en la prevención de averías, ya que les permite reproducir problemas que no se puedan resolver en remoto o de inmediato, y anticiparse a los mismos.

El laboratorio que dirige Iván Pagazaurtundua cuenta con un total de 400 kW de potencial total y más 30 puntos de recarga (pública y privada) de distintas potencias. También ayudan a los fabricantes de coches poniendo a prueba la recarga de sus modelos en colaboración con Wallbox (Iberdrola tiene una participación de casi el 10% en la empresa), Ingeteam, Circutor-Circontrol, ABB o Powerelectronics.
"El objetivo de esta instalación pionera no es solo comprobar la viabilidad de la integración de los nuevos modelos de cargadores eléctricos en nuestro sistema de movilidad inteligente, también busca conseguir actualizar los equipos que ya tenemos en el mercado con pruebas constantes de carga y de comunicación", apunta la compañía.
Relacionados
- Coches eléctricos: se da con la clave para la recarga sin cables
- La cuota de eléctricos en la UE supera por primera vez a la del diésel hasta octubre
- La investigación de la UE derrapa: China aumenta las exportaciones de coches eléctricos a Europa
- ¿Por qué España no alcanza el mismo nivel de fabricación de coches eléctricos que el resto de Europa?