
Prototipos de coches con recarga sin cables, por inducción, prometían desde hace una década dar la comodidad total al vehículo eléctrico, pero no podían despegar. Hasta ahora.
Nos decía el directivo de una reputada marca de coches de alto rendimiento, que sus clientes nunca querrían mancharse las manos con un cable de recarga, que siempre acababa sucio, arrastrado por los suelos. Finalmente, sus coches eléctricos nacieron con un cable, porque la prometida recarga por inducción no arrancaba.
¿Dónde pongo la cazuela?
La recarga inductiva funciona en como las cocinas: generando un campo magnético se pueden inducir corrientes en objetos metálicos cercanos. La distancia de una cazuela al "fuego" es muy reducida, por lo que la eficiencia es muy alta. Y aún más importante, no resulta complicado colocar exactamente la cazuela dentro de la superficie marcada. De este modo, la energía de electricidad que empleamos se transfiere casi íntegramente al recipiente, y se calienta. Pero, ¿cómo situar -sin visión directa- un coche con precisión de un centímetro sobre una superficie de medio metro cuadrado que está debajo, para obtener la máxima eficiencia? (cuando aparcar bien ya se antoja difícil a mucha gente). Es lo que ha resuelto la firma alemana Mahle, uno de los mayores fabricantes de pistones.

Posicionamiento DIPS
Mientras que habíamos visto sistemas de cámaras para ayudar al conductor a posicionar, láseres, la solución de Mahle emplea el mismo principio de la inducción con la que luego se hará la recarga. Se denomina DIPS (de las siglas en inglés Sistema de Posicionamiento Inductivo Diferencial) y se basa en un campo magnético que, a medida que el coche se aproxima a la superficie de recarga, establece la conexión con el dispositivo, dice su nota de prensa. Cuando la placa del coche -la cazuela- se superpone exactamente sobre la placa inductora, se consigue transmitir 11 kW con un 92 por ciento de eficiencia, anunciaba Mahle hace un año. Según SAE, la definición de este estándar de posicionamiento era un paso clave para el despegue de la recarga sin cables, dado que una incorrecta superposición de la placas conduciría a recargas muy ineficientes.
Desde la placa de recarga situada en el suelo varios anillos inductores emiten unos campos magnéticos débiles que detecta la placa inducida que va en el coche. Al modo de la triangulación por GPS, la interpretación de la diferente intensidad de estas señales debe permitir un posicionamiento exacto. A partir de este sistema de micronavegación el fabricante del coche podrá dar las instrucciones adecuadas al conductor sobre la maniobra correcta. Por supuesto, los sistemas de ayuda al aparcamiento actuales son perfectos complementos para la carga inalámbrica.
Según Mahle, su sistema funcionaría incluso en condiciones ambientales severas, como con la placa cubierta de nieve o de hojas otoñales húmedas. Las pérdidas de energía de la recarga inalámbrica, que conducen a una indeseada generación de calor, Mahle pretende que puedan servir para precalentar el habitáculo.
Válido para recarga durante la marcha
Mahle adquirió en 2019 las licencias empresa Witricity, que durante años experimentó incluso con la recarga inductiva durante la marcha, realizando diversas demostraciones públicas con Renault a velocidades en torno a 100 km/h. Se llegó a especular que su sistema podría recargar durante el tránsito por la calle de boxes a los monoplazas de Fórmula Uno o de Fórmula E. El estándar DIPS también serviría para la recarga de los vehículos durante la marcha.
Mahle -que suministraba, por ejemplo, pistones para la Fórmula Uno- aún produce componentes clave para los propulsores de combustión, aunque ofrece soluciones de recarga, baterías, refrigeración, con las se autoproclamaba en verano "campeón de sistemas de e-movilidad".