
La DGT considera que los radares de tramos están actualmente entre los más eficaces para evitar excesos de velocidad, pero también podríamos decir que son muy efectivos para recaudar multas...
Los radares de tramo resultan más baratos de instalar para la administración que un radar fijo porque lo único que se necesita es un software, un mecanismo que tiene un lector de matrículas para medir la velocidad de los vehículos. Hace el cálculo del espacio y el tiempo y calcula la velocidad. "La DGT invierte menos dinero en ellos (unos 30.000 euros), en comparación con los radares fijos, cuyo coste gira en torno a los 60.000 euros", nos aclara Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA).
El funcionamiento es bastante sencillo. En la entrada del tramo se sitúa una cámara de visión artificial infrarroja sobre cada carril, con sistema de reconocimiento de caracteres (OCR), capta el momento en el que pasamos por debajo, leyendo la matrícula y realizando una grabación en la que queda constancia del día, hora, minuto y segundo por el que el coche ha pasado.
Tras recorrer el tramo, al final del mismo se encuentra una segunda cámara interconectada con la primera, que se encarga de registrar los datos del segundo punto. En ese momento un software comprueba y calcula el tiempo y la velocidad media de cada vehículo. Si ésta es superior a la permitida, es decir, tarda menos tiempo del mínimo establecido, los datos se remiten a través de fibra óptica a la DGT, donde se pondrán en marcha los mecanismos para recibir la multa. El Comisariado Europeo del Automóvil nos da este ejemplo: el radar de tramo situado en el túnel de Guadarrama (une las provincias de Madrid y Segovia) recoge 3,323 kilómetros, en donde hay que circular a una velocidad media de 100 km/h. Si el conductor tarda menos de 2 minutos y 5 segundos en realizar dicho tramo, será multado
Algunos radares de tramo superan los 30 km
Pero no solo salen más económicos; "también son más recaudatorios, nos comenta Mario Arnaldo, porque "cae" más gente y, por tanto, se formulan más denuncias". Mantener la velocidad legal en un tramo largo que aplica velocidades diferentes es más difícil para el usuario, que aveces se despista si hay un cambio de señal de velocidad, superando por tanto la media.
De momento la cifra por multas que llega a la DGT por el radar de tramo es menor que la recaudada por el radar fijo, y es que de momento solo funcionan 92 por toda España. Hay algunos tramos que superan los 32 kilómetros (los más largos se encuentran en la provincia de Palencia, como el situado en la CL-615 de 32,89 km), en los que se mezclan tramos heterogéneos, curvas, restas… y diferentes velocidades máximas.
Esta es la razón por la que se eliminó el margen de 20 km/h para los adelantamientos en las carreteras secundarias. En este sentido, AEA denunció que determinados radares de la DGT ubicados en carreteras convencionales estaban imponiendo miles de sanciones ilegales al no haber previsto en su programación que la velocidad máxima fijada en este tipo de vías (90 km/h) podía ser rebasada en 20 kilómetros por hora por turismos y motocicletas cuando adelantaban a otros vehículos que circulaban a velocidad inferior a aquella. Por tanto, en los radares de tramo la media al final siempre salía más alta. Ahora, la DGT ya prohibe aplicar ese margen de 20 km/h en los adelantamientos.
Radares de tramo que superan los 10 km
Madrid. N-320 (11,8 km)
Las Palmas. LZ-67 (12 km)
Badajoz. N-432 (14,7 km)
Albacete. N-430 (16,3 km)
Palencia. CL-613 (17,4 km)
Palencia. CL-615 (23,1 km)
Palencia. CL-615 (32,8 km)
Los radares de tramo son más efectivos en tramos cortos y donde la velocidad es homogénea. Un ejemplo lo tenemos en los túneles de Guadarrama, en la A6, y Despeñaperros, en la A4, provincia de Jaén, donde los conductores respetan la velocidad.
La conclusión es sencilla: más baratos de instalar y más recaudatorios. Podríamos decir que son un chollo para la DGT
Radares de tramo, en entredicho
El radar de tramo que más multa en Madrid (en el km 4,000 de la A5, tanto en sentido salida como entrada) lleva cursando denuncias indebidamente desde su puesta en marcha, en abril de 2019. La razón es que la distancia real del tramo controlado no coincide con la especificada en el certificado de verificación técnica del cinemómetro, lo que invalida su eficacia en el momento de probar que un vehículo excedía la velocidad. Es el radar de tramo que más recaudó en el año 2022, y el tercero hasta el mes de junio de 2023, según el Portal de Datos Abiertos del Ayuntamiento de Madrid. La entidad de defensa del automovilista, Dvuelta, ha constatado el mal funcionamiento del dispositivo desde agosto de 2019, y ha recurrido judicialmente contra el Ayuntamiento hasta en 24 ocasiones, obteniendo el mismo número de victorias y 22 condenas en costas al Consistorio, que ha tenido que devolver las cantidades indebidamente cobradas, así como los costes derivados de la representación legal de los conductores denunciantes. En total, este radar ha cursado alrededor de 250.000 multas y unos 18 millones de euros desde su puesta en marcha. Todas ellas ilegales.
También en las ciudades
El Ayuntamiento de Madrid activó el pasado viernes, 15 de septiembre, el radar de tramo más largo de Madrid, colocado en la calle Sinesio Delgado en ambos sentidos. Sin embargo, no será hasta el 15 de enero de 2024 cuando empiece a multar. Tendrá un recorrido de 1.800 metros y no se podrá superar la velocidad máxima de 50 km/h. Las sanciones por incumplir dicha velocidad en ambos sentidos del nuevo radar de tramo de Madrid van desde los 100 hasta los 600 euros, con la pérdida de 2 y hasta 6 puntos del carné, según lo que indica la Ley de Seguridad Vial.