
El continuo avance de la tecnología relacionada con las baterías está provocando la paulatina caída del precio de estas. En 2023, el precio de las baterías de ion litio se ha situado en los 139 dólares por kWh (127 euros por kWh), lo que supone una reducción del 14% en comparación con el año anterior.
Una situación que se debe a la caída de los precios de las materias primas y los componentes a medida que aumentaba la capacidad de producción en toda la cadena de valor, según datos de BloombergNEF (BNEF). Asimismo, el crecimiento de la demanda no ha cumplido con las expectativas en algunos sectores.
Entre ellos está el sector del automóvil que pese a ver cómo las matriculaciones de los vehículos eléctricos crecen a doble dígito —algo lógico al no existir un mercado precedente— estas no son tan positivas como se preveían.
El análisis indica que la demanda de baterías en vehículos eléctricos y almacenamiento de energía estacionario sigue en camino de crecer a un ritmo del 53% interanual, alcanzando los 950 gigavatios-hora en 2023. A pesar de este crecimiento, los principales fabricantes de baterías informaron de tasas de utilización más bajas para sus plantas, mientras que la demanda y los ingresos no alcanzaron las expectativas de muchas compañías.
Como resultado, muchos fabricantes de vehículos eléctricos y baterías revisaron a la baja sus objetivos de producción, lo que a su vez afectó los precios de las baterías. El año pasado, los precios del litio alcanzaron un punto elevado. No obstante, los temores de que se mantuvieran altos los precios han disminuido en gran medida desde entonces y los precios están volviendo a caer.
En el caso de los paquetes de vehículos eléctricos, los precios fueron de 128 dólares por kWh (117 euros por kWh) sobre una base media ponderada por volumen en 2023. A nivel de celda, los precios medios de los vehículos eléctricos fueron de 89 dólares por kWh (81,3 euros por kWh). Esto indica que, en promedio, las celdas representan el 78% del precio total del paquete. En los últimos cuatro años, la relación entre el coste de la celda y el paquete ha aumentado desde la división tradicional de 70:30. Esto se debe en parte a los cambios en el diseño de los envases, como la introducción de enfoques de célula a envase, que han ayudado a reducir los costes.
A nivel regional, los precios medios de los paquetes de baterías fueron los más bajos en China, donde se situaron en los 126 dólares por kWh (115 euros por kWh). En Estados Unidos y Europa fueron un 11% y un 20% más altos, respectivamente. Una situación que obedece a que estas regiones no han alcanzado su punto de madurez, dado que los costes de producción son más elevados y los volúmenes son más bajos, según destaca BNEF.
Temor por los tipos de interés
Los altos tipos de interés son los causantes de que los fabricantes de automóviles y de baterías hayan reducido sus previsiones. El Grupo Volkswagen, por ejemplo, recortó su margen de beneficio previsto para este año. Un recorte de las previsiones que se debe a los efectos negativos de las coberturas de materias primas al final del tercer trimestre. Algunos de esos materiales se utilizan en baterías de vehículos eléctricos.
Y es que los fabricantes de automóviles se protegen contra las oscilaciones de los precios de las materias primas y, con la desaceleración de la demanda de vehículos eléctricos, los precios de las materias primas se han suavizado, incluidas las que se utilizan mucho en baterías.
Ford fue otro de los fabricantes que a principios de noviembre recortó los turnos de producción en su factoría de Dearborn (Míchigan), donde ensambla su camioneta eléctrica F-150 Lightning.
Lo mismo sucede con CATL, el mayor fabricante de baterías para vehículos eléctricos. El gigante chino tuvo en su tercer trimestre del año el periodo más débil, ya que las ganancias tan solo crecieron un 10,7% en tasa interanual ante la desaceleración de la demanda y la dura competencia.
Baterías con química LFP
En cuanto a la química de las baterías de ion-litio, las de ferrofosfato de litio (conocidas como LFP) se han colocado por primera vez por debajo de los 100 dólares por kWh (91,3 euros por kWh). De esta manera, las baterías LFP fueron un 32% más baratas que las de níquel, manganeso y cobalto (NMC).
De hecho, algunos fabricantes tradicionales han anunciado que apostarán por las baterías con química LFP en detrimento de las de NMC debido a su menor coste. Una condición sine qua non a la hora de lograr volúmenes importantes de penetración de los vehículos eléctricos.
La responsable de almacenamiento de energía de BNEF, Yayoi Sekine, ha apuntado que "los precios de las baterías han estado en una montaña rusa en los últimos dos años. Grandes mercados como EE. UU. y Europa están aumentando su fabricación local de celdas y estamos observando con atención cómo los incentivos de producción y las regulaciones más estrictas sobre minerales críticos afectarán los precios de las baterías".