
Las escobillas limpiaparabrisas constituyen un importante elemento de seguridad durante la conducción. Estos otorgan visión al conductor mientras llueve, retirando las gotas de agua que caen sobre el parabrisas cada pocos intervalos de tiempo. Por ello, resulta evidente que es imprescindible conservar estos elementos en buen estado.
Sin embargo, su buena conservación esconde una particularidad. En la mayor parte del territorio, donde las lluvias se condensan en periodos cortos, los limpiaparabrisas entran en funcionamiento en muy pocos días a lo largo del año. Esta circunstancia provoca que muchos conductores no se preocupen por el estado de los limpiaparabrisas hasta que llueve, cuando ya es demasiado tarde. Por ello, resulta vital mantener estos elementos de seguridad en buen estado, especialmente en aquellas zonas donde llueve menos y de cara al otoño.
En este sentido, desde EuroTaller recopilan los errores más habituales que cometen los conductores a la hora de preservar el buen estado de las escobillas. "Cuidar las escobillas reduce riesgos ya que es un elemento vital para una buena visibilidad que no nos genere situaciones de inseguridad o nos obligue a realizar una conducción incómoda, en la que haya que hacer un esfuerzo para ver y nos produzca fatiga visual", indica la red de talleres.
Escobillas en buen estado
La primera clave consiste en limpiarlas de manera regular, tanto las delanteras como la trasera. Es importante no hacerlo con productos agresivos o con líquido limpiador de baja calidad que puedan dañar las gomas. "Para mantener y limpiar de manera correcta las escobillas es necesario pasar un trapo húmedo una vez al mes con agua o con un jabón suave y específico para este tipo de materiales, sin pulimentos ni ceras", explican desde EuroTaller.
También es importante revisar el nivel del líquido limpiador, impidiendo que las gomas actúen en seco. Además, es relevante recordar que accionar los limpiaparabrisas cuando la luna está cubierta de nieve o congelada es contraproducente para la salud de las gomas. "En caso de vivir en localidades con nieve habitual en invierno, lo mejor es adquirir unas escobillas adecuadas para este tipo de clima ya que evitan la congelación y protegen el cristal", indica la red.
Los brazos de las escobillas deben estar bien ajustados para que no se salgan de la anchura del cristal. De lo contrario, se pueden provocar daños en el mecanismo. Al estacionar, tampoco se deben dejar los brazos de los limpiaparabrisas en posición vertical durante largos periodos de tiempo. "Puede dañarse el resorte y el brazo y, por tanto, deteriorarse el ajuste de las escobillas limpiadoras a la superficie del parabrisas", explican desde EuroTaller. Del mismo modo, conviene tener en cuenta que aparcar al sol en los meses de verano también contribuirá a que las gomas se desgasten más rápidamente.
Por último, la rede de talleres recomienda sustituir las escobillas anualmente, preferiblemente después de verano. No obstante, existen algunos indicadores que nos avisarán de que es momento de cambiar estos elementos. La más recurrente es el ruido al barrer el cristal, aunque existen otras como las marcas de suciedad, las estrías o las marcas de humedad que dejan a su paso.