Aston Martin desveló el DB5, su coche más legendario, en el Salón de Fráncfort de 1963, un coche que 60 años después sigue siendo un referente para los coleccionistas y amantes del automóvil.
Fue el 13 de septiembre de 1963 cuando abrió sus puertas al público una nueva edición del Salón del Automóvil de Fráncfort que, con el paso de los años, se convertiría en una edición histórica. Y es que allí se presentaron, ese mismo día, dos modelos que marcaron una parte de la historia del automóvil. Uno de los protagonistas de aquella edición fue el Porsche 911, el mítico deportivo de la marca alemana que sesenta años después sigue comercializándose y cada vez con más éxito en todo el mundo.
Pero otro que quizá pasó un poco más desapercibido fue el Aston Martin DB5, con el que la compañía británica, dirigida por David Brown, dio un gran paso adelante. Hasta entonces, los modelos de Aston Martin eran muy buenos, exclusivos, muy deportivos, pero la marca no dejaba de ser una más de nicho para clientes muy especiales, verdaderos expertos.
Gran salto
Sin embargo, con el DB5 la marca británica dio un importante salto hacia arriba y el modelo se convirtió en un icono de la cultura, el diseño y la innovación británicos. También posicionó a Aston Martin como una de las marcas de lujo más deseadas de Gran Bretaña.
Han pasado seis décadas, el modelo dejó de fabricarse solo dos años después, pero sigue siendo uno de los coches más icónicos y reconocibles del mundo. En el pasado festival Goodwood Revival la marca juntó una unidad del DB5 de color azul con otra de la última gran novedad de la marca, el impresionante DB12. Con ello, los responsables de la marca fundieron en una imagen el pasado más esplendoroso y el emocionante futuro.
En la conmemoración de su 60º aniversario, el presidente ejecutivo de Aston Martin, Lawrence Stroll, también propietario de un DB5, destacó que "la era de David Brown nos dio muchos grandes deportivos para la marca, pero ninguno más reconocible y venerado que el DB5, que sentó las bases de nuestra identidad como marca de lujo británica sinónimo de estilo, rendimiento y exclusividad".
Un poco de historia
Allá por el año 1963, Aston Martin vivía un buen momento por el éxito alcanzado por el DB4, lanzado por la marca en el año 1958. Pese a este buen volumen de ventas, la competencia en su segmento era cada vez más feroz, sobre todo en el continente europeo. Y hacía falta lanzar algo muy bueno, rompedor, para mantener el status de la marca. Para eso llegó el DB5, con el objetivo de recuperar posiciones en el mercado europeo, donde los fabricantes, sobre todo italianos, estaban haciendo muy buenos productos. El DB5 incorporó mucho cambios, en todo, pero sobre todo en su motor.
Primero fue la berlina cupé y más tarde la variante descapotable, que estuvieron en producción en la planta de Newport Pagnell durante poco más de dos años. Fue un periodo muy corto, pero que sirvió para crear esa reputación y esa fama como uno de los coches más deseados en el mundo.
El empujón definitivo para este modelo fue la decisión de la productora de películas EON Productions de poner al agente secreto más conocido del mundo al volante del nuevo DB5 en varias películas de James Bond. Esas imágenes del agente 007 al volante del DB5 con los diferentes equipamientos especiales, los cohetes, el asiento expulsor, los depósitos de aceite o la plancha de acero ante balas, forman parte de la leyenda. Pero 007 no fue la única "celebridad" que se ha visto al volante de este ahora icónico Aston Martin.
Muchos famosos
Tras su estreno en el Salón de Fráncfort de 1963 y el gran éxito logrado fueron muchos los actores, estrellas del pop y celebridades más famosos de la época que se hicieron con alguna de las pocas unidades fabricadas. Entre ellos, destacar a Sir Paul McCartney y George Harrison, de los Beatles, o Mick Jagger de los Rolling Stone. También el comediante Peter Sellers. Posteriormente otros muchos famosos han adquirido alguna unidad del DB5, desde Robert Plant y Jay Kay hasta Elle McPherson o Ralph Lauren. Y es que de una u otra forma, el DB5 siempre ha sido un protagonista, tanto en su versión cupé como en la variante descapotable.
El atractivo del DB5 para las celebridades resultó ser un trampolín hacia el éxito y ayudó a que Aston Martin pasara de ser un fabricante británico de coches deportivos de nicho a ser una superestrella del automóvil a nivel mundial. Esto es aún más destacable si tenemos en cuenta su escasa producción. Solo se hicieron apenas 887 berlinas DB5, 123 descapotables y otros 12 con carrocería "shooting brake", todos ellos hechos a medida. Unas cifras muy cortas si tenemos en cuenta que la producción de coches británicos ese año 1963 fue de 1,8 millones de unidades.
282 caballos
El DB5 que se desveló en el Salón de Fráncfort de 1963 presentaba una nueva versión de 4,0 litros (3.995 cc), muy reelaborada, del motor de seis cilindros en línea de 3,7 litros que impulsaba al DB4. El nuevo desarrollaba 282 caballos. Los técnicos de Aston Martin añadieron muchos elementos adicionales al vehículo, como los elevalunas eléctricos y la disponibilidad opcional de aire acondicionado, para satisfacer las expectativas de los clientes cada vez más exigentes.
Pero sin duda una de las claves de este DB5 fueron sus prestaciones. Su estilo, firmado por el carrocero italiano Carrozzeria Touring Superleggera y una velocidad máxima superior a 250 km/h llevó a que en la publicidad del nuevo modelo se calificara al DB5 como "el coche GT de 4 plazas más rápido del mundo". Este grandioso gran turismo sentó las bases para las nuevas generaciones de modelos de Aston Martin, ahora representados en el flamante DB12.