
Grupo Segura, uno de los mayores proveedores valencianos de la industria del automóvil, con plantas de estampación en Valencia y en Hungría, se ha hecho con una unidad productiva de Plastic Omnium en Galicia a pesar de la incertidumbre que rodea al sector. Con ella el grupo familiar supera los 200 millones de euros en ventas y los 1.100 empleos.
¿Cómo afronta el Grupo Segura el la transformación de la industria del automóvil con la electrificación?
Para toda la industria auxiliar del automóvil es un reto, es un nuevo paradigma en movilidad. En lo que nos afecta a nosotros, que trabajamos sobre todo en carrocería, el cambio más importante es la caja de baterías para soportar el peso de esos componentes. Ya estamos haciendo la caja del Ford Kuga híbrido. Somos una de las pocas empresas que tiene experiencia en ese producto y estamos intentando trabajar con otros fabricantes. El coche eléctrico todavía tiene muchas incógnitas. Una es el despliegue de la infraestructura de recarga. Y los fabricantes están fijando unos plazos muy agresivos: entre 2030 y 2035 todo lo que salga de fábrica serán eléctricos.
¿Cuál es la estrategia del grupo para responder a esos cambios?
Creo que va a haber un factor fundamental que va a ser la descarbonización. Nuestros clientes nos están marcando unos plazos para intentar que toda la cadena de valor llegue prácticamente a emisiones cero. Ya nos están planteando que toda la compra de energía sea 100% renovable, algo que podremos salvar porque en España tenemos una alta producción renovable. Pero va a estar más complicado en lo que es nuestro suministro, sobre todo acero, porque el acero verde es muy escaso y resulta carísimo. Y muchos clientes ya nos advierten que suministrar a largas distancias va a ser harto difícil por las emisiones del transporte.
¿Ha sido una de las razones de la compra del negocio de metal de Plastic Omnium en Vigo?
Hace un año renovamos nuestro plan estratégico valorando ese factor de la descarbonización. En el plan también fijamos el crecimiento inorgánico como uno de nuestros objetivos. Surgió la oportunidad de Vigo, y la sección de metal de Plastic Omnium nos permite abastecer a Stellantis allí, que era un cliente con el que no trabajábamos hasta ahora. Para nosotros supone incorporar 110 empleos y unos 30 millones de facturación, además de un gran avance en diversificación. Stellantis tiene plantas en Madrid y en Zaragoza, además de en el resto de Europa. Nosotros contamos con una planta muy importante en Hungría y Stellantis ha mostrado interés en que podamos optar a suministrar a distintas plantas europeas.
Ya trabajamos en los cambios que puede conllevar incorporar depósitos de hidrógeno a la carrocería
En ese nuevo plan estratégico, ¿qué objetivos se marcan y qué vías se plantean para conseguirlos?
Necesitamos crecer en volumen, en facturación y clientes. Ese camino ya lo hemos iniciado con la compra en Vigo y es una vía por la que intentaremos seguir. En cuanto a electrificación, tenemos muy claro que surgen oportunidades, como la de las cajas de baterías. En una visión más a medio plazo consideramos que el hidrógeno también va a ser clave en el automóvil y ya estamos trabajando en los cambios que puede conllevar incorporar sus depósitos en la carrocería. El hidrógeno puede ser un complemento a la electrificación y creemos que va a haber un mix en sistemas de propulsión.
Quieren seguir con compras ¿dónde se van a enfocar?
Pensamos que Centro Europa sería muy interesante, porque nos permite atender mucho al problema de la huella de carbono que nos plantean los clientes para crecer. Junto con España es la zona europea donde se están fabricando más unidades de vehículos y tenemos que entender que cuanto más nos movamos al norte más posibilidades de suministrar vamos a tener.
Hace unos años se planteaban el salto a Asia y América. ¿Ahora está descartado?
A fecha de hoy, sí. Durante años trabajamos en internacionalizarnos en otros continentes e incluso llegamos a hacer una joint venture en China para un proyecto muy interesante de Volvo. Pero hoy en día la globalización se ha modificado drásticamente, ya no consiste en la producción local para el suministro mundial, el suministro ahora tiende a ser regional. El concepto ha cambiado y hoy debemos concentrarnos en Europa, aunque eso no quita que sigamos en contacto con empresas de otros continentes.
¿Grupo Segura tiene mucha dependencia de Ford y de la planta valenciana de Almussafes?
Nuestra dependencia de Ford al cabo de los años se ha ido reduciendo. El crecimiento impuesto por los accionistas se basa en diversificar para no tener gran dependencia de ningún cliente. Sabemos todos que Ford está bajando producción y fruto de ello va a hacer unos recortes muy agresivos, pero tenemos que mirar de forma positiva y creer que es para conservar el negocio y el futuro de la planta de Valencia.
¿Ese recorte de producción les afecta como proveedor?
A fecha de hoy tenemos bastante claro lo que en principio va a ser el volumen de negocio para los próximos años y confíamos en que no haya sorpresas. Esperamos que más pronto que tarde la fábrica valenciana empiece a hablar de nuevos modelos y vehículos que es lo que deseamos todos.
Volkswagen ya es cliente suyo. ¿La gigafactoría de Sagunto les abre la vía a diversificar en baterías?
Es una cuestión muy interesante porque a fecha de hoy tanto para nuestra empresa como para el clúster regional Avia es uno de los retos que tenemos: averiguar que podemos aportar a esa cadena de valor que se va a generar tan cerca. Ojalá podamos incorporarnos porque va a ser un volumen de negocio muy importante.
Con la diversificación, ¿se plantean crecer fuera del automóvil?
Nosotros no. Sabemos que el automóvil está en un momento difícil, pero pensamos que es un bache y que cuando las cosas se aclaren y empiecen a salir los vehículos eléctricos volverá a estabilizarse y creemos que debemos seguir ahí. Somos una empresa que lleva más de 50 años que debemos focalizarnos en lo que sabemos hacer.