
La subida del precio de los vehículos (del 3,3 % interanual, según la última actualización del Índice de Precios de Consumo) conlleva, irremediablemente, que los impuestos asociados a su compra también engorden aun más la factura.
Para conocer exactamente el desglose de conceptos por los que se está pagando, desde el blog de la red de talleres Midas han realizado una recopilación de los impuestos a los que hay que hacer frente en España a la hora de adquirir un vehículo.
Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA)
El más obvio es el Impuesto Sobre el Valor Añadido (IVA), ya que es el que graba todos los productos sobre los que se realiza una transacción.
En el caso de los vehículos, el tipo es del 21 % "independientemente de si es un vehículo de primera, segunda o tercera mano", detallan desde Midas. No obstante, puntualizan que existe una excepción: los vehículos adaptados a personas con movilidad reducida tienen un IVA del 4 %, al considerarse un bien de primera necesidad para estas personas.
Impuesto de Matriculación (IEDMT)
Otro de los más conocidos es el Impuesto Especial sobre Determinados Medios de Transporte (IEDMT), aunque popularmente nos referimos a él como Impuesto de Matriculación.
En este, no existe un único tipo, sino que existen distintos tramos en función de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) por kilómetro que emita el vehículo.
Los que están por debajo de 120 gramos de CO2 por kilómetro (gCO2/km) están exentos de pagar este impuesto. Los que se sitúan entre 120 y 160 gCO2/km abonan un 4,75 % más sobre el precio de venta. Entre 160 y 200, un 9,75 %, y por encima de 200, un 14,75 % adicional.
Impuesto de Circulación (IVTM)
El último de los 'populares' es el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), aunque comúnmente recibe el nombre de Impuesto de Circulación. Tal y como su apodo indica, se aplica a los vehículos que pretenden circular por las carreteras del país y se debe abonar anualmente.
Su cuota varía en función de la potencia del vehículo, del tipo de automóvil y de la comunidad autónoma en la que esté registrado. Además, cada ayuntamiento puede aplicar un coeficiente de incremento máximo para la tarifa definitiva.
Así, los precios pueden variar desde los 12 euros hasta los 25 para un coche nuevo. Sin embargo, la cifra aumenta considerablemente según el vehículo envejece. Por mencionar un ejemplo, en Vitoria se pagaba 348 euros en 2020 por un coche de más de 20 años.
Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP)
Este último solo afecta a los vehículos de segunda mano en operaciones de compraventa. Los baremos son establecidos por Hacienda en función de la depreciación de cada vehículo. Por lo general, oscila entre el 4 y el 8 % del valor total del vehículo.
"Ten en cuenta también que hay ciertas comunidades autónomas que no cobran este impuesto si el vehículo pasa los 10 años de antigüedad, por lo que deberás consultarlo a la administración", añaden desde Midas.