
Las negociaciones entre la dirección de la factoría de Ford y el comité de empresa de la factoría de Almussafes para fijar un marco laboral que garantice la llegada de los futuros modelos eléctricos de la marca siguen sin avanzar. De hecho, la empresa dio un nuevo giro de tuerca en sus peticiones al pedir que no se aplique la subida del IPC de 2021 tal y como contempla el actual convenio en vigor de la compañía, según han confirmado varias fuentes sindicales presentes en la reunión.
La petición de Ford supone tensar la cuerda después de que en las siete reuniones celebradas hasta ahora ni empresa ni los trabajadores hayan acercado posturas en una negociación que la propia dirección de la planta considera fundamental para garantizar la competitividad de la factoría valenciana y la adjudicación de alguno de los modelos eléctricos que la marca producirá en Europa.
El actual convenio incluye una revisión salarial con carácter retroactivo del IPC real más el 0,5%. Según explican desde los representantes de los trabajadores, esto supone que en estos momentos la subida retroactiva con cargo a 2021 se situaría en el 6%. Una actualización que normalmente se hace efectiva en el mes de marzo.
Sin embargo, en la reunión celebrada este jueves la empresa planteó que no se aplique, alegando la situación actual de la factoría y del sector de la automoción por la crisis generada por el Covid 19 el año pasado y los problemas de suministro de chips y componentes.
Una propuesta que ha chocado frontalmente con la posición de todos los sindicatos con representación en la planta, que consideran inadmisible renegociar aspectos incluidos en el convenio pasado cuando la mesa de negociación precisamente se convocó para tratar el nuevo marco a partir de enero, cuando deja de estar en vigor.
La empresa insiste en la necesidad de reducir salarios y ampliar los tiempos de trabajo del actual marco laboral para mejorar su competitividad. Aunque ninguna de las partes ha cuantificado públicamente esa rebaja, sí que los sindicatos han dejado claro que consideran desproporcionados los planteamientos de la empresa e instan a buscar acuerdos sin tocar los salarios.
Desde los sindicatos se considera que el argumento de los costes salariales no es válido para medir la competitividad de la factoría valenciana, fundamentalmente si se comparan con los costes laborales de Alemania, donde Ford mantiene otras de sus dos plantas en Europa. En una de ellas, la de Colonia, Ford ya ha anunciado una inversión millonaria para fabricar su primer modelo eléctrico en Europa.
Sin planificación para el inicio de 2022
A todo ello se suma la incertidumbre sobre el futuro inmediato por la situación internacional del suministro de los semiconductores. Aunque la planta ha anulado tres de los cuatro días de Erte previstos para la próxima semana, la compañía aún no ha comunicado la planificación de la actividad para 2022, que en principio debería arrancar el 2 de enero. La dirección ya dio por hecho que no habrá turno de noche en las líneas de ensamblaje de vehículos.
Ante la situación generalizada del sector, con buena parte de las plantas españolas que han prolongado sus Erte para el próximo año, es muy posible que la planta valenciana también vuelva a recurrir al ajuste temporal para adaptar su producción en el próximo trimestre. De momento la empresa ha pospuesto la presentación del calendario laboral a la próxima semana.