
Uno de los mayores empeños que se marcó Gabriel Escarrer Jaume al llegar al máximo cargo directivo de Meliá en el año 2016 fue el de maximizar la rentabilidad de su negocio, además de expandirlo por Asia, tal y como hizo su padre con el mercado caribeño.
Sacar el máximo rendimiento de lo que ya tiene pasa por aumentar los ingresos por habitación disponible y hacerlo con lo que se abrirá en los próximos años, por lo que se está focalizando en el modelo de gestora, que requiere mucha menos inversión que el de propiedad.
En este sentido, Meliá venía de conseguir unos márgenes en torno al 30% a finales de los 90 y principios de siglo. Desde ahí, esta ratio bajó hasta que tocó suelo en 2016, situándose en el 15,2%. Poco a poco, la rentabilidad se ha ido recuperando y este año, según el consenso de analistas que recoge FactSet, alcanzará el 18,6% de margen sobre el ebitda (beneficio antes de intereses, amortizaciones, depreciaciones e impuestos), el mayor desde 2008.

¿De dónde viene esta mejora? Para Francisco Rodríguez, analista de Banco Sabadell, "ha venido, sobre todo, por una evolución de precios muy favorable en España tanto en el urbano como en el vacacional y también han llegado noticias positivas del urbano europeo". No obstante, hay otros factores que también han favorecido este contexto, como el aumento de las ventas por el canal propio de Meliá y el paso del modelo de propiedad al de gestión.
La propia compañía expresa que, de esta manera, su actividad es "más sostenible y más resistente a los cambios de ciclo económico" y es que el margen operativo de este modelo duplica al que consigue como hotelera tradicional.
Desde Bankinter inciden en que "esta estrategia, focalizada en aumentar los niveles de eficiencia y la rentabilidad, hace a Meliá más resistente ante nuevas recesiones del ciclo". "Impulsará sus márgenes porque el modelo de gestión está tomando cuerpo", añaden desde Mirabaud. Mirando los números con los que la compañía cerró el pasado ejercicio, de los 329 hoteles que manejaba, 176 eran bajo el modelo de gestión o de franquicia, es decir, un 53% de los mismos. Respecto al ebitda, se situó en 323 millones, de los cuales 93,2 millones precedieron de estos tipos de actividad, lo que corresponde a un 28%.
El futuro pasa por la gestión
De cara al futuro, de los 62 hoteles proyectados entre 2019 y 2022, el 80% (50) abrirán sus puertas sin ser propiedad de la firma de los Escarrer. Esta indudable apuesta por convertirse en una gestora responde al deseo del propio CEO de la empresa, que según reconocía en una entrevista a elEconomista, "es que el 50% del ebitda sea generado por el modelo de gestora".
La ventaja clave de este modelo de explotación es que, "sobre todo, si se da en lugares donde estamos ya implantados, como en España o Cuba, un 73% del rendimiento que sacamos contribuye directamente al margen ebitda, mientras que en otros países cuesta más, como nos pasó en Zanzíbar o Cabo Verde, donde un hotel era muy costoso, pero con siete es uno de los mercados más rentables de la compañía", explicaba Gabriel Escarrer.
Otro de los caminos que Meliá quiere recorrer para mejorar sus márgenes es vender a través de su propio canal cada vez una porción mayor del total. La diferencia entre utilizar un touroperador o Meliá.com es de 11 puntos porcentuales. Ahora, estas ventas suponen un 33% del total, pero se pretende que en cuaro o cinco años se acerque al 45%.
Fuerte castigo en bolsa
En cuanto comenzaron los temores a una desaceleración del crecimiento económico a nivel tanto europeo como mundial, las compañías cíclicas, como Meliá, empezaron a ser castigadas en el parqué. Desde los máximos alcanzados en mayo de 2017 cerca de los 14 euros (altos no vistos desde diciembre de 2007), sus títulos se han dejado más de 40 puntos porcentuales, hasta situarse en torno a los 8 euros.
Además de la situación macro, "han surgido fuentes de incertidumbre, como son el tema de Cuba [Trump ha recuperado el artículo III de la Ley Helms-Burton por la cual se pueden exigir compensaciones por las explotaciones de activos expropiados en Cuba tras la Revolución de 1959] y el Brexit", señala Rodríguez.
"Aunque creo que el precio de la acción ya está descontando de sobra estos factores", añade. "Además, la recuperación de atractivo de destinos que tradicionalmente han sido competidores directos como Turquía, Egipto y Túnez lastrará sus cuentas del segmento Mediterráneo", advierten desde Bankinter.
Tras este fuerte desplome en el que se ha llegado a tocar mínimos de 2014 en el entorno de los 8 euros, los expertos han mantenido la confianza en la compañía y no le han retirado el consejo de compra desde finales de 2017. Desde los precios actuales, le conceden un potencial al alza de casi el 30%, hasta los 10,9 euros en los que fijan su precio objetivo medio de cara a los próximos 12 meses.