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George Saffaye: "EEUU ya está en el 5G y China trata agresivamente de lanzar sus redes"

  • Saffaye es gestor de estrategias de inversión global en Bank of New York Mellon
George Saffaye, Global Investment Strategist en Bank of New York Mellon.
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El trabajo de George Saffaye es investigar las tecnologías que se están desarrollando de forma simultánea y cambiarán la manera en que nos movemos por las ciudades y, sobre todo, lo que los datos a partir de nuestras actividades diarias nos dicen de nosotros mismos. Sensor es la palabra de moda en la industria y la habilidad para capturar datos está aumentando enormemente. "Vamos a rastrearlo todo, desde edificios a fábricas, ganado y automóviles con el fin de construir mejores ciudades, intersecciones, infraestructuras y diseñar mejores servicios", observa Saffaye.

¿Se necesita de más inversión pública o más privada?

Los gobiernos son el aspecto regulatorio de todo esto. Ciertamente, los gobiernos van a impulsar la construcción de infraestructura [como las calles] y las empresas privadas no van a estar involucradas necesariamente en la construcción de las intersecciones en las calles, que van a necesitar sensores en los semáforos, en las calles... Todas las partes serán importantes en nuestra habilidad para abordar soluciones de movilidad cruciales.

Entonces, ¿hablamos de un aspecto más interno del funcionamiento de las ciudades que externo?

Francamente, depende de cada ciudad. Lo sabremos conforme comencemos a trabajar y a actualizar esas calles, que no se verán de repente llenas de sensores. Conforme construyan señales de tráfico, semáforos y demás se irán incrustando en ellos los sensores. Estos sensores monitorizarán las calles y esos datos nos ayudarán a identificar plazas de aparcamiento; esos datos alimentarán una nube y, gracias a la intelilgencia artificial, toda esta cantidad masiva de datos será desmenuzada y convertida en información muy importante que se podrá usar para observar patrones de comportamiento.

¿Y cómo afectará a la movilidad?

La movilidad va a ser crucial a la hora de transformar la forma de movernos, como no hemos visto en cien años. La última gran transformación ocurrió cuando pasamos de los caballos a los automóviles y aquí estamos cien años después con un nuevo cambio que va a ser espectacular y disruptivo. En el centro estarán los vehículos eléctricos de conducción autónoma: nadie comprará coches y se pasará a modelos de subscripción [para el uso de vehículos]: se tratará de modelos de coche compartido, de tener conductores a no tenerlos...

¿Será el coche sin conductor más popular que el coche eléctrico?

Está ocurriendo de forma simultánea. Estamos desplegando vehículos autónomos en zonas limitadas, pero ya lo estamos haciendo en las calles, como hace Weymo, una división de Google, en Phoenix [Arizona]. Veremos a gente comprando más coches eléctricos que autónomos porque, francamente, creo que no se venderán vehículos autónomos al público durante un tiempo. El despliegue de estos vehículos empezará por las empresas que ofrecen servicios de movilidad. Pero tendrá un gran efecto impresionante porque ya hemos visto la predisposición de los consumidores hacia los vehículos autónomos. La gente está sintiéndose más cómoda con la idea de los coches sin conductor. Cuando miras el sistema de un vehículo autónomo no se trata de un solo sistema que mueve el vehículo; es un sistema complejo de subsistemas; tiene tecnologías como el radar, el lidar [detección y localización por ondas luminosas], sensores de ultrasonido, cámaras... La idea de usar más de un sistema no solo es que existe la duplicación de funciones, sino que ayuda a ajustar y compensar los fallos de los otros sistemas. En realidad, no pones coches autónomos en la calle sin un plan. La forma de sacar partido de la manera más eficiente a las capacidades de la conducción autónoma es conectando los vehículos a la nube y las redes. Hasta que no tengamos la tecnología 5G no tendremos la potente red que necesitamos. El 5G en sí mismo es un subtema muy importante y lo es porque el aspecto revolucionario es la velocidad. Va a ser diez veces más rápido que el 4G. Sin embargo, el futuro del 5G no es sobre el consumidor, sino sobre las empresas. Es un modelo de negocio completamente nuevo para las compañías de telecomunicaciones. Los consumidores han sido, típicamente, los impulsores del 3G, del 4G... Pero ahora va a tratarse de comunicación de máquina a máquina, redes fiables que ayudarán a las empresas a no solo ser capaces de monitorizar sus productos en tiempo real, a estar en contacto con sus vehículos 24 horas al día, sino a tener sus fábricas conectadas con la dirección de la cadena de suministro, con lo que los vehículos eléctricos autónomos que traigan materias primas y elementos importantes a la factoría lleguen a tiempo.

Sin embargo, vemos que muchos países están posponiendo la implantación del 5G.

El 5G, lo creamos o no, va a ser muy importante a la hora de hacer que este mundo conectado avance. Conforme los países y las empresas empiecen a construir esta plataforma, cada vez más de estas compañías podrá competir mejor y de forma más eficiente. Por ejemplo, si aporta nuevas capacidades que ayudan a bajar el coste y fabricar productos más baratos. Y si se duda sobre si implementar esto en la economía, lo que se arriesga es perder competitividad frente a Estados Unidos y China, que ya están en camino de construir sus redes. Tenemos una 'teleco' en Estados Unidos que ya ha lanzado la tecnología 5G en cinco ciudades y lo hará en treinta más este año. Además, China está tratando de lanzar sus redes de forma agresiva.

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