Asumámoslo: nos hemos convertido en seres de vida semivirtual. El común de los mortales lleva una existencia doble: anodino y gris en su vertiente analógica, mientras su doppleganger digital filosofa en Whatsapp, corteja en Tinder, se acalora en Twitter y se da aires en Facebook e Instagram. La irrupción de la tecnología 5G promete reducir al mínimo nuestra ya casi obsoleta presencia táctil y hacernos evolucionar -o involucionar- al estadio de ciberseres, plenamente integrados en una realidad flotante, el éter de Internet. Sólo nos falta un pequeño detalle: hacer que el 5G exista.
Gigantes como Huawei y Samsung ya han insinuado al mercado que lanzarán smartphones equipados con esta tecnología, y el Gobierno ha comenzado a licitar los espectros de la nueva frecuencia. Se está preparando cuidadosamente la llegada del invitado que cambiará nuestras vidas, pero de momento el 5G sigue siendo sólo un proyecto. ¿Qué podemos esperar realmente? ¿Nos convertirá en seres renacidos e ilimitados, como el David Bowman de 2001: una odisea en el espacio?

Para responder a esas preguntas, es necesario definir qué entendemos por 5G. Esta fórmula designa a la quinta generación de telefonía móvil, pero la etiqueta se le queda pequeña: su velocidad de conexión -cinco Gigabits por segundo- será diez veces más rápida que el actual 4G, lo que permitirá que varios dispositivos se conecten simultáneamente a la Red de forma más fiable. Una capacidad colosal que abrirá un mundo de posibilidades en el llamado 'Internet de las cosas' (vehículos, servicios audiovisuales inalámbricos, robots y hogares con funcionalidades de Red).
Ignacio Berberana es uno de los expertos del laboratorio 5tonic, integrado por firmas como Telefónica, Ericsson e Intel, que intenta crear un ecosistema de uso para el 5G. No tiene dudas de que la potencialidad de éste para cambiar nuestras vidas es "mucha", pero matiza que aún estamos en pañales. "En una red móvil, hay que distinguir la parte que te permite conectarte de forma inalámbrica, en lo cual el 5G es simple continuación del 4G" -explica- "Y otra que es muy novedosa pero de la cual no conocemos su potencial real, que es la utilización de frecuencias muy altas".
Las comunicaciones móviles se mueven en el rango de entre 300 megahercios y 3 gigahercios, lo que se denomina el espectro UHF. Cuanto más alta o baja sea la frecuencia, más difícil será dar un servicio móvil, pues más lejos estará aquella de la franja ideal. Sin embargo, en 5G, "esos servicios móviles sí se podrán dar en frecuencias altísimas, con mucho más espectro".
Automoción y desplazamiento: el 5G nos trae a KITT
Esta amplitud permite que, en términos cualitativos, el 5G potencialmente proporcione más capacidad, "hasta el 50% adicional cuando conectemos varios dispositivos al mismo tiempo", precisa. La evolución se hará notar en el campo de la automoción. "Con 5G seguramente tendremos capacidades de localización que dejarán obsoleto al GPS" -anticipa el experto- "Por ejemplo, en un aparcamiento, el navegador te dirá qué plazas están ocupadas, algo impensable con la tecnología actual".
Las posibilidades en este ámbito -siempre con el condicional 'potencialmente' como premisa- son inacabables. Berberana emplea otro ejemplo: "Ahora la red móvil no es lo suficientemente robusta para que, en tiempo real, un vehículo interactúe con otro y tome decisiones propias para asegurar la seguridad de los tripulantes, y eso es lo que se pretende con el 5G" -cuenta- "Si vas a una velocidad excesiva, la IA de tu vehículo será capaz de intercambiar información con el coche que tengas delante y aminorar o frenar para corregir tu error de cálculo". KITT, el coche autoconsciente de la teleserie El coche fantástico, ya está aquí.
Otra función de la alta frecuencia de datos en el campo del transporte rodado es la posibilidad de integrar en los vehículos formas de entretenimiento como cine, smartphones e incluso televisión.
Audiovisual: un duro rival para la fibra óptica
Se ha estipulado que la TDT tendrá que ceder las frecuencias que actualmente ocupa en favor del móvil de quinta generación. Esta disposición obligará a muchos hogares a resintonizar sus antenas, lo que en principio es una indudable molestia; sin embargo, una vez adaptados los receptores, la nueva tecnología nos librará de un engorro mucho peor: la instalación de la fibra óptica. "El 5G puede traer servicios audiovisuales, como canales de televisión, de forma totalmente inalámbrica, por lo que no precisarán ningún tipo de cableado", profetiza Berberana.
Nueva era para los Smartphones
José Eugenio Naranjo es coordinador del máster en desarrollo de aplicaciones móviles de la Universidad Politécnica. Como su colega, alude al estado embrionarío del 5G -"De momento, es una carta a los Reyes Magos", dice- aunque pinta un futuro más que prometedor en el área de los teléfonos inteligentes.
En primer lugar, el "enorme" ancho de banda hará posible el streaming (descarga de contenidos multimedia) en móviles, directamente desde la nube. Ésta y muchas otras funcionalidades se harán realidad gracias a la instalación de servidores en las propias antenas de telefonía, sin necesidad de instalaciones externas, "lo que evitará la saturación y mejorará espectacularmente el servicio".
El robot de limpieza habla con el lavavajillas
La revolución del 5G en el llamado 'Internet de las cosas' tiene su columna maestra en lo que Naranjo denomina "latencia mínima", es decir, la respuesta inmediata. "Si desde mi móvil quiero encender la luz de mi casa, conectar las cámaras de seguridad o encender una alarma, no tendré que esperar los uno o dos segundos que necesita el 4G". En situaciones en las que las herramientas digitales lidian con riesgo extremo, como la ya mencionada del automóvil, este lapso puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
Una vez lleguemos a casa, nos recibirán unos electrodomésticos transformados en una cohorte de mayordomos con alto grado de autonomía. La servidumbre electrónica se 'pondrá de acuerdo' para hacernos la vida más cómoda. "Todos los dispositivos se conectarán a la antena de telefonía e intercambiarán mensajes entre ellos: el televisor de la cocina sabrá qué canal tenía sintonizado el del salón, la secadorá se pondrá en marcha en cuanto finalice el programa de colada de la lavadora, la videoconsola continuará la partida dejada a medias en el PC..."

¿Y las empresas? Más productividad, mejor organización y gestión
Si la difusión de Internet fue el bautismo de la Cuarta Revolución Industrial, la tecnología 5G será su ceremonia de Confirmación. Desde la multinacional de software empresarial Sage aseguran que, por un lado, la casi desaparición del período de latencia entre la orden dada a las máquinas y su ejecución facilitará la fluidez de la producción y prevendrá los temidos 'cuellos de botella'; en el ámbito de los recursos humanos, la mayor eficiencia de las conexiones impulsará el desarrollo de la productividad "en todos los supuestos en los que el trabajo se separa del espacio físico habitual, como los viajes de negocios, los proyectos compartidos entre diferentes oficinas o el teletrabajo".
En Sage destacan la prestación de servicios a distancia como una de las actividades productivas que mejor puede explotar el 5G: "Cada vez será más frecuente ver cómo se supervisan aspectos de la ejecución de obras desde cualquier parte del mundo, médicos y cirujanos tratando pacientes en localizaciones lejanas o profesores con 110 millones de alumnos".
El Observatorio Vodafone de la Empresa amplía el alcance del nuevo paso en las telecomunicaciones. Vaticina la aparición de "nuevos modelos de negocio" y propuestas más ambiciosas en campos como los videojuegos, la robótica, los medios de comunicación y la sanidad.
Precisamente Vodafone, en colaboración con Huawei, ha instalado en la ciudad de Madrid uno de los primeros nodos 5G del mundo. Está ubicado en La Nave, el espacio de innovación urbana del Ayuntamiento.
La directora del centro, Azucena Elbaile, cree que en los entornos de trabajo "se aprovecharán mucho mejor los servicios de almacenamiento en la nube", gracias al aumento de la velocidad. Sectorialmente, señala que experimentarán una gran aceleración todas aquellas áreas relacionadas con sensorizaciones, captación de datos, experiencias audiovisuales como la realidad virtual y aumentada, la interacción con equipos remotos y, en general, "todos los que dependan de la latencia y velocidad de la red".
"Con 4G, al usar herramientas de realidad virtual parece que Internet te frene", explica. Elbaile aporta un par de ejemplos de 'startups' para las que preconiza un futuro brillante gracias a la nueva frecuencia de datos. Sus servicios no podrían ser más diferentes: "En La Nave trabajamos con InsulCloud, una compañía que proporciona dispositivos biotech de insulina, y Ludus VR, que crea entornos de realidad virtual y aumentada".
El lado oscuro del 5G: cibercrimen acelerado, terrorismo... y radiación
A mayor ancho de banda, mayor riesgo. La vertiginosa conectividad del 5G dará más opciones a los delincuentes del ciberespacio, que ya no se limitarán al envío de correos fraudulentos o a la creación de webs falsas, sino que podrán cambiar el itinerario de un vehículo o controlar los electrodomésticos de un domicilio u oficina. Asimismo, el intercambio de material ilegal en la Dark Web podría agigantarse.
El GCHQ, servicio de Inteligencia británico, declaró a finales de agosto que las redes 5G son susceptibles de ser "hackeadas por terroristas y estados hostiles". Y el Gobierno australiano ha decidido poner la venda antes que la herida: prohibió a los gigantes chinos Huawei y ZTE Corp vender dispositivos equipados con esta tecnología en en el país. Canberra teme "la falta de seguridad de estas redes", así como las posibles intromisiones del Gobierno chino en las comunicaciones.
Más allá de las amenazas que acechan en el submundo cibernético, no son pocas las voces que advierten que la transformación digital puede acarrear también riesgos físicos: especialistas como David Carpenter, director del Instituto de Salud y Medio Ambiente y colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS), opina que la instalación masiva de antenas para implantar el espectro 5G podría producir en la población trastornos cognitivos, celulares e incluso problemas de fertilidad en los varones. El Comité Científico Asesor de Radiofrecuencias y Salud (CCARS) desdeña este alarmismo y garantiza que las redes 5G son seguras.
No obstante, y pese a todos los avances, especulaciones y vaticinios, no hay que perder de vista que no estamos hablando de una realidad palpable. "La tecnología 5G está despegando en España. Hasta que no se democratice no levantará el vuelo", concluye Elbaile. La 'carta a los Reyes Magos' a la que aludía Naranjo está en el buzón, pero aún no es Navidad. Hasta entonces, toca tirar de paciencia para soportar el lag.