
Desde que a finales de febrero quedó constatado que el Gobierno del PSOE no iba a poder aprobar los presupuestos generales ante la falta de apoyos para alcanzar la mayoría suficiente y que España estaba abocada a las terceras elecciones en cuatro años -moción de censura mediante-, el Ibex 35 ha matizado el rebote que protagoniza desde los mínimos de la semana de Nochebuena algo menos de un 1 por ciento (gana un 8 por ciento en 2019), y se ha descolgado cerca de un punto porcentual -ver gráficos- del ritmo del EuroStoxx 50, la principal referencia europea, que repunta un 0,2 por ciento en este mismo periodo de apenas tres semanas (y que avanza un 10 por ciento desde que empezó el año).
El grado de incidencia de la incertidumbre política que representa la convocatoria de elecciones para el 28 de abril en esta inminente brecha entre la bolsa española y la del resto del Viejo Continente es tema de debate para los expertos, pero lo acontecido desde 2011 demuestra que el Ibex pierde alrededor de 4 puntos de media frente al principal índice europeo en los dos meses previos a las comicios, y cerca de 2 enteros en los dos siguientes, mientras que el estudio desde 1993 apunta a un impacto neutral en el periodo preelectoral y a una descorrelación negativa de 2 puntos en los 60 días posteriores.
La primera premisa que refuta el peso de la inestabilidad política en el comportamiento del Ibex 35 es que el mercado rechaza "cualquier tipo de incertidumbre", según recuerda Javier Niederleytner, profesor del máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB, y, en el contexto actual, la electoral es especialmente reseñable.
Por una parte, por el pantanoso calendario que sigue al 28 de abril, con las elecciones al Parlamento Europeo -en las que se teme un fuerte ascenso de fuerzas euroescépticas de ambos extremos del espectro ideológico- y con los comicios a los ayuntamientos y a la mayoría de comunidades autónomas de España convocados el mismo día, el próximo 26 de mayo. Por otro lado, por la fragmentación a la que está condenado el Congreso de los Diputados tras la irrupción de organizaciones políticas como Podemos y Ciudadanos, hasta convertirse en socios necesarios durante los últimos años, lo que ha llevado a la Cámara Baja a una dimensión desconocida desde la Transición, donde "los pactos son indispensables", según remarca Josep Bertrán, responsable de programas financieros del EAE Business School, tanto para formar gobierno como para sacar adelante iniciativas legislativas. Algunas tan cruciales como los propios presupuestos.
"La diversidad es enriquecedora si existe voluntad de diálogo y negociación, pero lamentablemente no existen alternativas políticas suficientes con este talante como para que la fragmentación funcione como es debido", observa Juan Llona, gestor de fondos de Imantia Capital. Por esta razón, y aunque es "muy precipitado hablar de una italianización de la política española debido a que la crisis del país transalpino ha sido mucho mayor y ha venido acompañada por una gran subida de la prima de riesgo, que llegó a tocar los 327 puntos básicos a finales del año pasado -la española se encuentra por el contrario cerca de mínimos del último año en torno a los 100 enteros-", según apunta Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, la incertidumbre electoral no se puede obviar, ante una situación en que "la gran diversidad de encuestas que estamos conociendo no dan ningún vencedor claro", remacha Javier Niederleytner, del IEB.
"La fragmentación parlamentaria es un proceso global que todavía tiene recorrido porque las nuevas tecnologías permiten a los partidos políticos hacer una segmentación de clientes cada vez más exhaustiva y eso posibilita que surjan partidos de nicho capaces de llegar a colectivos concretos que se sienten identificados con mensajes que penetran de manera individualizada", explica Juan Llona, de Imantia Capital, quien advierte de que "esto tiene sus riesgos", ya que "la probabilidad de decepción aumenta, porque venden una solución personal y, por eso, no es una locura pensar en un exvotante de Podemos que elija a Vox en estas elecciones".
Mejores y peores escenarios
Bien es cierto que, en los últimos meses, el Ibex 35 se ha visto mermado frente a Europa, principalmente, "por el peor comportamiento de la banca mediana debido a la política de tipos del Banco Central Europeo (BCE)", según continúa López-Gálvez, de Self Bank, ya que "hay que recordar que el sector bancario pesa casi un 30 por ciento en el índice", añade Ignacio Perea, director de inversiones de Tressis, así como que "la mayor parte del valor en grandes compañías españolas como Banco Santander, BBVA, Repsol, Iberdrola o Inditex reside en sus operaciones internacionales, alejadas del ruido electoral local", asegura Juan Llona, y, por último, que "el crecimiento en España sigue siendo fuerte y el país puede soportar cierta inestabilidad política", suma Eirini Tsekeridou, analista de Julius Baer.
Sin embargo, asumiendo estas realidades del mercado español, "los inversores suelen preferir gobiernos conservadores a gobiernos más escorados hacia la izquierda", comenta Josep Beltrán, al partir, en teoría, de planteamientos fiscales contrapuestos, más restrictivos o más expansivos, respectivamente. "Una subida de los impuestos para poder financiar un crecimiento del gasto social y unos mayores presupuestos podría perjudicar a la economía nacional y restar atractivo a las empresas extranjeras para invertir en España", reflexiona López-Gálvez.
"Con independencia de ello, es mejor visto uno que tenga mayoría absoluta a otro que, aun teniendo mayoría, deba pactar sus políticas con otros grupos políticos", reitera el profesor del EAE Business School. Y, precisamente, los escenarios posibles tras las elecciones generales se adentran, en mayor o menor medida, en los terrenos incómodos para el mercado, fundamentalmente, cuando se atisba "la constitución de gobiernos donde tuvieran un peso relevante partidos que vengan de los extremos, como Podemos o Vox, lo que podría generar cierto nerviosismo en el sentimiento inversor",
Más concretamente, un ejecutivo del PSOE con Unidas Podemos y el apoyo de partidos nacionalistas podría impactar directamente en el sector eléctrico -"ante cualquier nueva legislación que limite los precios", según el experto de Self Bank-, en el financiero -"sobre todo por el impuesto a las transacciones financieras", continúa el analista- y en el inmobiliario -"que podría sufrir ante una profundización del intento de controlar el mercado de la vivienda", concluye-. Un efecto negativo se podrá esperar también de un ejecutivo que reuniera a las derechas (PP y Ciudadanos) y que incluyera a Vox, ya que irremediablemente avivará el conflicto catalán.
Quedan así los puntos medios como mejores soluciones: un PSOE con mayoría suficiente para formar gobierno en solitario con apoyos puntuales y procedentes de cualquier coordenada ideológica y territorial del Congreso o un PP (con o sin Ciudadanos) en condiciones similares. "ElGgobierno que estos días abandona su puesto ni era consecuencia de un mandato electoral, ni tenía mayoría suficiente para aprobar sus presupuestos, por lo que unas nuevas elecciones no tienen que significar necesariamente más incertidumbre", sostiene Ignacio Perea, de Tressis. Eso sí, por consenso, el peor escenario es una repetición de los comicios por la falta de acuerdos.