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El euro se atasca: el año pasado fue 'culpa' del dólar, este año el problema es europeo

  • El BCE ha pasado de pensar en subir tipos a tener que sacar la 'manguera'

El año pasado el euro cayó más de un 5% frente al dólar. El buen tono de la economía europea fue eclipsado por el excepcional comportamiento de la economía de EEUU con una rebaja fiscal que obligó a la Fed a subir hasta en cuatro ocasiones los tipos de interés. Este año no pinta mucho mejor para la divisa única, pero en esta ocasión el lastre es la economía de la Eurozona.

A medida que la perspectiva económica de Europa se vuelve más sombría, más fondos están apostando contra el euro. Los riesgos a la baja se ciernen sobre el Viejo Continente y si alguno se materializa estos fondos pueden ganar grandes sumas de dinero con la caída del euro. Los hedge funds y fondos convencionales que no se atreven a apostar contra el euro están optando por abandonar los activos denominados en esa divisa para reducir riesgos. 

Los contratos netos de los especuladores (posiciones alcistas menos bajistas) superan los 64.000 a favor de los inversores que piensan que el euro va a caer, niveles máximos desde diciembre de 2016. La apuesta bajista contra el euro ha ganado fuerza en las últimas semanas.

Manulife Asset Management, que supervisa 364.000 millones de dólares a nivel mundial, está recortando su exposición a la moneda única en uno de sus fondos por el empeoramiento de los datos económicos, al aumento de las incertidumbres políticas y por un Banco Central Europeo que parece cada vez más propenso a participar en una mayor flexibilización. El riesgo que supone la posesión de activos europeos está llevando al gestor de carteras de M&G Investments, Wolfgang Bauer, a recortar el euro como cobertura.

"Estamos recortando el euro frente al dólar en nuestro fondo", comenta Grant Peterkin, director general del fondo de tasas de retorno absoluto de Manulife. "Esto se debe simplemente a que creemos que los datos, especialmente en Europa central, se han deteriorado muy rápidamente. Esto, junto con un banco central que ahora tiene un tono más suave ante los pronósticos de que los datos podrían seguir empeorando en los próximos tres a seis meses".

Peterkin se ha unido a sus homólogos en Janus Henderson y Allianz Global Investors para posicionar la debilidad del euro. El BCE, que hasta hace poco se esperaba que comenzara a elevar los tipos de interés desde los niveles históricamente bajos, ahora está discutiendo la necesidad de nuevos préstamos a largo plazo para los bancos. Los datos publicados el viernes mostraron que, en febrero, las fábricas de la zona euro sufrieron su mayor caída en pedidos en casi seis años.

La moneda común ha caído un 0,9% en lo que va del año, cayendo por debajo de los 1,14 dólares. Desde el banco holandés ABN Amro han recortado su predicción del segundo trimestre hasta los 1,10 dólares frente a los 1,19 dólares de la anterior previsión, mientras que Rabobank también está pensando en rebajar sus previsión para la divisa única.

La desaceleración del crecimiento en ambos lados del Atlántico está frenando la volatilidad en el cruce euro dólar, mientras que los operadores de opciones se han vuelto más bajistas respecto al euro. 

Los precios de mercado también reflejan las crecientes dudas sobre la normalización de las políticas por parte del BCE. Los contratos basados en el índice Euro Overnight Average muestran el primer aumento de tipos del BCE en abril de 2020, mientras que en junio del año pasado se preveía que la primera subida llegase en 2019.

"El año pasado fue la fortaleza del dólar, este año se trata de la debilidad del euro", asegura Jane Foley, jefe de estrategia monetaria en Rabobank. Hablar de más flexibilización del BCE "es muy diferente a las expectativas que había a finales del año pasado".

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