
En la historia reciente, Estados Unidos ha contribuido en gran medida al auge de la economía china. Hace cuarenta años de la normalización de relaciones entre China y el país norteamericano, cuando Richard Nixon y Deng Xiaoping decidieron acercar posturas para beneficio mutuo de ambos países. Hoy Donald Trump y Xi Jinping están ante otra oportunidad de limar asperezas y remarcar las reglas que afianzan su asociación estratégica.
El mercado respondió en positivo al posible aplazamiento de la entrada en vigor de la subida de aranceles prevista para el 1 de marzo, en especial, el mercado local chino. El sector de la automoción y los componentes fue ayer el más alcista de la bolsa europea, con un ascenso del 2%, impulsado por los repuntes de firmas francesas y alemanas, como Daimler, Michelin, Renault, Valeo o Volkswagen.

En Wall Street, el optimismo geopolítico también contagió a los principales índices, que a media sesión se revalorizaban en torno a un 0,5%. En particular, el S&P 500 se acercó hacia el ecuador de la jornada a los 2.815 puntos, nivel clave que podría otorgar al indicador un margen de subida de en torno al 5% adicional.
La superación de esos 2.815 puntos "sería una clara señal de fortaleza que pondría sobre la mesa la posibilidad de que el rebote se dirigiera verticalmente a recuperar toda la caída desde los máximos históricos que se alcanzaron el pasado mes de octubre", explica Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader. No obstante, el experto defiende que "operativamente, a estas alturas hay que tener paciencia y esperar a una corrección que, a día de hoy, podría llevar los índices a un 8% más abajo".
Además, "las bolsas europeas necesitan como agua de mayo que las bolsas norteamericanas logren batir resistencias, para poder sustentar el rebote ya que, como se puede ver durante las últimas fechas, les está costando un imperio seguir el ritmo imparable de Wall Street", advierte Cabrero.
Mientras algunos índices europeos, como el EuroStoxx y el Dax, mostraron ligeros avances, el Ibex 35 cerró plano y fue incapaz de sostener las alzas iniciales que lo llevaron a presionar la resistencia clave de los 9.260 puntos. No obstante, un 65% de los expertos consultados la semana pasada por elEconomista todavía pronostica que queda recorrido en bolsa los próximos meses.
El pacto podría estar cerca
Como ya descontaba el mercado, el presidente Donald Trump consideró a última hora del domingo que Estados Unidos "había hecho progresos sustanciales" en sus negociaciones comerciales, incluyendo algunos de los temas estructurales como la protección de la propiedad intelectual, la transferencia forzada de tecnología, agricultura, servicios, divisas "y muchos otros asuntos", para extender la tregua en curso que comenzó el 1 de diciembre.
En un tuit, el republicano calificó las conversaciones de "productivas" y condicionó que estas avancen antes de planear una próxima cumbre donde él y su homólogo chino cerrarán filas y blindarán un acuerdo concreto. "Si todo marcha bien, vamos a tener grandes noticias en la próxima o dos semanas", señaló posteriormente en un evento con gobernadores.
Aun así, ni el republicano ni la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) ofrecieron detalles sobre cuánto tiempo se extenderán las negociaciones y si Washington seguirá adelante con su amenaza de incrementar los aranceles sobre un catálogo de productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares.
"El buen progreso de las conversaciones comerciales ha fomentado un aumento en la inversión de acciones, especialmente en China. A partir del 15 de febrero, las entradas netas de capital en los mercados de acciones A han ascendido en más de 134.000 millones de dólares", estima XD Chen, economista jefe de BNP Paribas en China, quien se muestra optimista de que se logre un acuerdo "razonable" en marzo.
La presión de Trump por lograr un acuerdo recae ahora en el equipo negociador estadounidense, liderado por el representante comercial, Robert Lighthizer. En general, todavía existen ciertas reservas sobre el compromiso real de China para acometer reformas que terminen con los subsidios a las empresas patrias, la transferencia forzada de tecnología o con los ciberataques respaldados por Pekín.
También preocupa el marco de supervisión que asegure que se cumple con los compromisos. Washington quiere una fórmula que garantice que los pactos se cumplan, mientras que Pekín insiste en un proceso justo y objetivo. Lighthizer com- parecerá ante el Congreso mañana miércoles para ofrecer más detalles sobre la negociación.