
Enero tocó ayer a su fin y con él un mes que, pese a que ha sido el mejor inicio de año desde 2011, con un avance del 6% para el Ibex 35, la última sesión dejó un sabor agridulce en el mercado.
Los bancos fueron los protagonistas, para mal, de la última jornada, después de que Bruselas amenazara con una multa histórica a ocho entidades del Viejo Continente. El sector fue el más bajista de la región, dejándose un 2,6%, si bien llegó a caer el 3,2%. El banco peor parado fue Commerzbank, ante los rumores de una posible fusión con Deutsche Bank, que cedió el 4%.
La banca italiana tampoco se libró del castigo bursátil y UBI Banca, Banco BPM, Intesa y Unicredit retrocedieron entre un 4% y un 5%. Por si las últimas noticias fueran poco, en Reino Unido Metro Bank se desplomó un 12%, después de reconocer que el Banco de Inglaterra ha descubierto un problema en la forma en la que clasifica sus préstamos, lo que supuso otro golpe para un sector fuertemente castigado. En España, Sabadell es la entidad que sufrió la mayor caída, dejándose el 2,8%, y siendo el único banco del país que ha caído más que el sector. Mientras, Bankinter ha retrocedido un 2,4% y CaixaBank, Banco Santander y BBVA han perdido en torno al 1,7%. Bankia se dejó menos del 1%.
El retroceso que sufrió ayer el índice nacional lo llevó incluso a perder, momentáneamente, los 9.000 puntos, lo que de haberse mantenido al cierre, "habría puesto en jaque la continuidad del rebote que nació en los mínimos marcados en Nochebuena", explica Joan Cabrero, jefe de estrategia de Ecotrader.
"Mientras se mantengan estos soportes, así como los 11.000 puntos del Dax, no se podrá descartar otro tramo al alza, probablemente el último antes de que veamos una correción", añade Cabrero.
Al otro lado del Atlántico, Wall Street es la plaza más alcista dentro de los mercados desarrollados -la rentabilidad del Nasdaq 100 se acerca al 10%-. La buena acogida de los resultados de las blue chips, la flexibilidad que mostró Jerome Powell en su último discurso y la esperanza de un acuerdo comercial entre China y EEUU han sido los principales catalizadores.