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Cómo pastorean al mercado la Fed y el BCE

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En el nuevo año que comienza lo que hagan los principales bancos centrales va a ser de vital importancia para los mercados. Tanto el Banco Central Europeo (BCE), como la Reserva Federal estadounidense (Fed), encaran un ejercicio de cambios sustanciales en sus políticas: el organismo europeo está arrancando en su proceso de desmantelamiento de los estímulos, a diferencia de la Fed, que, después de varios años normalizando su política monetaria con subidas de tipos de interés, empieza a vislumbrar el momento de parar este camino. Los cambios de política de los ganaderos del dinero pueden tener un impacto especialmente destacable en los mercados de renta fija.

La diferencia de rentabilidad con la que cierran los títulos de deuda con vencimiento a 10 años en Alemania y en Estados Unidos es un buen indicador de los distintos momentos del ciclo en los que se encuentran la eurozona y el gigante norteamericano. Gracias a los estímulos que todavía mantiene Mario Draghi en el Viejo Continente, la deuda soberana de la eurozona todavía ofrece rentabilidades escasas: mientras el Bund alemán se mueve en el 0,25 por ciento a 10 años, y todos los bonos de Alemania con vencimiento inferior a los 8 años tienen intereses negativos, en Estados Unidos el T-Note (bono con vencimiento a 10 años) se mueve en el 2,8 por ciento, muestra de que la Fed no está tan presente en este mercado.

Muchos expertos avisan de que el menor crecimiento continuará en Estados Unidos y en la economía en general, lo que presiona a la Fed para frenar la subida de tipos, pero también avisan de que una recesión no es inminente. Desde Schroders señalan que "a pesar de que se ponga fin a la política monetaria acomodaticia, los bancos centrales pueden seguir adelante con su retirada gradual sin correr el riesgo de asfixiar la actividad económica". El proceso de retirada de estímulos no es bueno para los alcistas en renta fija, pero los expertos no descartan que todavía haya algunas oportunidades en este tipo de activo.

Dónde se debe invertir en renta fija

De esta forma, en Janus Henderson reconocen que están "indagando más allá de EEUU en busca de oportunidades más atractivas, concretamente en economías que sufren un deterioro, donde los bancos centrales tienden a mantener estables los tipos o a reducirlos. Dos ejemplos son Australia y Nueva Zelanda", señala la gestora. En deuda privada también hay sitios interesantes donde invertir, explican, señalando como "fuentes interesantes de generación de rendimientos" a "las empresas cuasi soberanas, o a los sectores estructuralmente avanzados, como el bancario y las infraestructuras".

Desde Credit Suisse apuntan a la deuda corporativa como la más interesante: "En la medida en que la economía mundial evite una contracción en 2019, tal como esperamos, nuestro análisis sugiere que la renta fija privada debería ser más rentable que los títulos del Tesoro". Y avisan especialmente del riesgo de invertir al alza en bonos de la eurozona, de Japón y de Suiza: "Dado que los rendimientos en estos mercados siguen estando sumamente bajos, cabe esperar rentabilidades débiles o incluso negativas en 2019".

Los bonos de mercados emergentes también son interesantes para 2019, después de un mal 2018, en el que el índice de deuda emergente denominada en dólares es uno de los que más ha retrocedido. Andbank destaca cómo "tras la corrección de 2018, prevemos rentabilidades positivas para los bonos de mercados emergentes". En Credit Suisse también se ven estos títulos con buenos ojos, especialmente los denominados en divisa extranjera: "Si se materializa nuestro escenario base y disminuye la presión sobre la Fed para que endurezca su política, los bonos de emergentes en hard currency deberían tener una rentabilidad relativa superior".

Poco espacio para maniobrar

El peligro de que se produzca un frenazo en el crecimiento económico en los próximos meses no es desdeñable. Ante esto, desde Wells Fargo analizan cuánto espacio tienen las grandes economías del mundo para maniobrar con dos herramientas: la fiscal y la monetaria. Para la primera ponen en contexto el déficit presupuestario actual de cada economía frente a su evolución desde 2001, y en el segundo comparan los tipos de interés reales (tipos de referencia menos la inflación) actuales con los que ha habido también desde 2001. Este análisis les lleva a determinar que el BCE no tiene apenas capacidad para poder pelear contra un frenazo económico, ya que está usando la política monetaria al 90 por ciento de su límite.

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