Ence, que comenzará a cotizar en el Ibex 35 a partir del próximo día 24, alcanzó sus máximos históricos en bolsa en octubre tras anotarse más de un 60% en 2018 gracias a sus mejoras de previsiones, el alto precio de la pulpa y su expansión en el terreno de las renovables.
Sin embargo, desde ahí, ha retrocedido cerca de 35 puntos porcentuales en el parqué, borrando las ganancias cosechadas en el año ante el temor de una desaceleración del ciclo y una caída del consumo global de papel, lo que se trasladó en una sensación de que Ence había volado demasiado alto y los expertos lo reflejaron con su peor recomendación (de mantener) desde junio de 2014, según el consenso de analistas que recoge FactSet.
Tras esta fuerte corrección, Ence tenía que volver a dar muestras de fiabilidad al mercado con su Plan Estratégico 2019-2023, en el que mejoró sus perspectivas de reducción de costes y de ebitda -beneficio bruto-. Alfredo Avello, su director Financiero, explicaba en una jornadas sobre planes estratégicos organizada por elEconomista que "cuanta más información des a la gente, mejor van a poder ver si hay valor o no en lo recogido en bolsa".
En concreto, se han comprometido a doblar prácticamente su ebitda entre 2018 y 2023 hasta los 550 millones. No obstante, mientras que los expertos sí se creen los dos primeros ejercicios, son algo más cautos con el beneficio de 2020, que todavía sitúan en 404 millones, un 5 por ciento por debajo de la cifra facilitada por Ence. No obstante, desde este anuncio, su consejo ha mejorado hasta ser el mejor desde agosto de 2017, recuperando el cartel de compra.
Desde Santander explican que "la corrección está descontando un descenso de los precios de la pulpa que no esperamos y, que si llega, será pequeño y temporal". Esta visión es compartida por CaixaBank, que no prevé, al igual que la propia compañía, "un aumento de la capacidad, al menos, hasta 2021, mientras que la demanda seguirá un crecimiento constante estos años, lo que mantendrá el precio de la pulpa, como mínimo, en el entorno actual de máximos". Por contra, Sabadell aconseja deshacer posiciones al no confiar en que los precios de la pulpa de celulosa superen los 900 dólares por tonelada (frente a los 1.050 actuales) de forma recurrente de aquí a 2023.
También están de acuerdo en destacar que la última corrección ha abierto una oportunidad de entrada en el valor, "que cotiza con un descuento del 35% frente a Altri, su principal comparable", apuntan desde el banco catalán. El consenso de analistas que recoge Bloomberg le concede más de un 45% de potencial hasta su precio objetivo, situado en los 8,4 euros.