
El mensaje de Christophe Morel, economista jefe de Groupama Asset Management, es claro: nada indica que estemos a las puertas de una recesión y el escenario central hasta 2020 es que el ciclo alcista continúe... pero existen múltiples riesgos sobre la mesa. El principal es la reducción de la liquidez a nivel global, "actualmente no es un problema", pero suele preceder a las recesiones.
En, al menos, las dos últimas grandes crisis (la que se produjo tras el estallido de la burbuja tecnológica y la de 2008), se ha repetido la misma pauta desde el punto de vista macroeconómico: la oferta supera a la demanda en los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), "y esa sobreproducción no se da actualmente", advierte el experto. Tampoco se observa un exceso de stocks ni de inversión, y mientras eso continúe así las perspectivas del ciclo seguirán siendo favorables, según Morel, que visitó Madrid para presentar las perspectivas de la entidad de cara a 2019.
Ahora bien, uno de los principales riesgos a los que apunta el economista jefe de Groupama es la reducción de la liquidez a nivel global. "En el punto en el que nos encontramos, la contracción de la liquidez no es un problema", pero, agrega, "es necesario monitorizar este riesgo, que a menudo ha sido catalizador de crisis internacionales".
Según los cálculos de Groupama, la reducción interanual de la base monetaria es otra de las pautas que, de forma recurrente, han precedido a las recesiones. Así ocurrió en la crisis latinoamericana de 1980; en la explosión de la burbuja inmobiliaria y financiera japonesa en el 91; en la crisis asiática de los noventa; en la explosión de la burbuja tecnológica en la década del 2000 y en la más reciente crisis financiera global de 2008. Actualmente, la liquidez no está retrocediendo de forma alarmante, pero sí ha caído considerablemente desde los máximos alcanzados en la última década.
A este mismo riesgo aludía Álex Fusté, economista jefe global de Andbank, en una entrevista que concedió a elEconomista el mes pasado, en plena corrección de Wall Street. "Ésta no es una corrección por problemas de solvencia, sino por la falta de dólares en el mundo; mientras los agentes privados de la economía de EEUU exigen un aumento de dólares del 5,5% (que es lo que crece el PIB nominal), la Fed les está ofreciendo un 2% de liquidez [por la reducción de balance que está llevando a cabo la Reserva Federal]. Por ese motivo, muchos agentes privados están vendiendo activos, y de ahí la actual corrección", explicaba Fusté.
Más allá de este riesgo, Christophe Morel apunta a otro escenario adverso que podría producirse: en los países desarrollados, la subida de los salarios está sustentando el consumo, una buena noticia, pero que tiene también una lectura negativa: un alza notable en los salarios pesaría en los márgenes de las compañías y, en consecuencia, también afectaría a la demanda, tal y como ha venido ocurriendo desde los años ochenta.