
El banco británico avisa de que los indicadores macroeconómicos más recientes son motivo de preocupación para el Banco Central Europeo (BCE) y cree que un frenazo en el crecimiento impedirá que el organismo suba tipos de interés: esperan ahora un incremento en la facilidad de depósito en 2019 de 15 puntos básicos, y no más movimientos, al menos hasta 2021.
Los síntomas de debilidad han vuelto a Europa y algunos expertos creen que es posible que el BCE no vaya a poder mirar para otro lado cuando tenga que tomar sus decisiones sobre los tipos de interés. En las últimas dos semanas se han publicado algunos datos macroeconómicos de peso para la eurozona, y el panorama no es alentador: el PIB de la región avanzó durante el tercer trimestre un 0,2%, frente al 0,4% de los tres meses previos, la cifra que los expertos encuestados por Bloomberg esperaban que se repitiese en esta ocasión.
Además, la encuesta PMI sobre el sector servicios y manufacturero cayó hasta los 53,1 puntos en octubre, desde los 54,1 que se tocaron durante el mes previo. Es cierto que los expertos esperaban un avance inferior, de 52,7 puntos, como también lo es que el último dato es el más débil que se ha visto en la encuesta desde finales de 2014, muestra de la debilidad que están viendo los empresarios en el Viejo Continente.
Si la debilidad persiste, como creen desde HSBC, será difícil que el BCE normalice su política al ritmo que espera el consenso de mercado. "Los datos macro y de encuestas durante el verano apuntaban a una estabilización del crecimiento en la Eurozona, después de un mal inicio de año, pero los datos más recientes han renovado las preocupaciones", señalan desde el banco británico.
"Las exportaciones siguen debilitándose por las turbulencias del comercio mundial, y un euro más fuerte podría meter presión a las empresas a la hora de invertir, particularmente en Alemania, donde el comercio y la inversión corporativa están correlacionadas con fuerza", explica el banco, que también cree que "las presiones inflacionistas siguen siendo apagadas, y vemos muy pocas pruebas de que el reciente aumento en el crecimiento salarial vaya a generar una inflación más elevada".
Una subida en la facilidad de depósito, y se acabó
Este panorama es suficientemente sombrío como para impedir que el BCE suba los tipos de interés el año que viene, creen desde HSBC. "En octubre Mario Draghi declaró que estabas confiado en que el crecimiento y la inflación estaban bien encaminados, pero en diciembre, cuando lleguen las próximas previsiones macroeconómicas, el organismo puede tener que cambiar su perspectiva", señalan.
De hecho, en la última rueda de prensa que dio el presidente algunas preguntas de los periodistas convocados mostraban cierta sorpresa por el optimismo del economista italiano. Él se limitó a explicar que en diciembre, con el nuevo cuadro macroeconómico del organismo disponible para analizar, se tendrán más datos para poder analizar la situación económica de la eurozona.
Ahora, HSBC incluye el impacto de la política italiana dentro de los problemas económicos de la eurozona: "El anuncio de una expansión fiscal en Italia está preocupando a los mercados de bonos soberanos, y metiendo presión a los bancos, lo que está contribuyendo a que las condiciones financieras se endurezcan en la eurozona". Todo esto desembocará en que "el BCE tendrá problemas para subir los tipos de interés tras el próximo verano [el organismo ya ha avisado de que no empezará con este proceso antes de que termine esa estación], y sólo vemos una subida de 15 puntos básicos en el tipo de facilidad de depósito el próximo verano, y ninguna más, ni en 2019, ni en 2020", destaca el banco británico.
La importancia de esta previsión no es desdeñable, teniendo en cuenta, como señalan desde Bloomberg, que HSBC fue uno de los pioneros en prever con acierto que el BCE implementaría un programa de compras de deuda (QE) similar al de Japón y al de Estados Unidos.