
El ultraderechista Jair Bolsonaro ganó esta madrugada (hora española) las elecciones generales en Brasil, tal y como descontaban las principales encuestas desde finales de septiembre y también los mercados ante la plausible –y ahora confirmada- victoria de su candidato favorito. Ahora bien, ¿hasta cuándo perdurará la luna de miel que parecen vivir el líder del PSL (Partido Social Liberal) y los activos brasileños?
Prueba de la buena relación que ha existido hasta la fecha entre Jair Bolsonaro y las bolsas es que desde los mínimos que marcara el pasado 13 de septiembre, el real brasileño –en tendencia bajista desde hace dos años frente a las principales divisas- se ha revalorizado un 18% frente al euro, hasta intercambiarse por 0,24 euros a cierre del viernes. Hoy vuelve a las subidas y ya se mueve en máximos de cinco meses.
El índice Bovespa, por su parte, ha abierto la jornada con subidas cercanas al 3% y ya avanza un 22,8% desde el suelo que marcó en junio. Y compañías españolas presentes en este mercado, como Santander Brasil sitúan el precio de sus acciones en máximos históricos, sobre los 43 reales. No es el caso de Telefónica Brasil –Vivo- que perdió el viernes los 38 reales, mínimo de marzo de 2016.
"Es muy probable que continúe rebotando en las próximas semanas, aunque eso dependerá de la solidez del contenido del mensaje económico que transmita el PSL", afirman los analistas de Bankinter.
"Probablemente la reciente recuperación de las acciones brasileñas continúe a corto plazo, ya que Bolsonaro debería disfrutar de una breve luna de miel en los primeros días de su nueva etapa"
En esta misma línea, Paul Greer, gestor de fondos de Mercados Emergentes de Fidelity, subraya cómo "el discurso de Bolsonaro tras su victoria fue pro-mercado, con el nuevo presidente insinuando una agenda centrada en unificar el país, combatir la corrupción y centrarse en una reforma fiscal muy necesaria. Esto es algo alentador y, probablemente, la reciente recuperación de las acciones brasileñas continúe a corto plazo, ya que Bolsonaro debería disfrutar de una breve luna de miel en los primeros días de su nueva Administración".
La cuestión es el timing. O saber hasta cuándo durará el rebote de los activos tras confirmarse su victoria. No hay que olvidar que Brasil salió de una recesión hace menos de dos años, con caídas del PIB del 3,5% en 2015 y 2016. Este ejercicio se espera que su economía crezca todavía a un ritmo inferior al resto de grandes regiones -como EEUU y Europa- en el entorno del 1,4% y en 2019 pase a ser del 2,3%.
"El déficit fiscal del país es del 7,3% del PIB, mientras que la relación deuda pública/PIB se sitúa en torno al 85%. En consecuencia, existe una necesidad urgente de llevar a cabo reformas estructurales, comenzando con el complejo sistema de pensiones que genera pérdidas y está consumiendo un tercio del gasto gubernamental antes de los intereses", apunta Stéphane Monier, director de Inversiones de Lombard Odier.
El contexto en el que se mueve Jair Bolsonaro no le ha impedido lanzar el mensaje de que las reformas que planteará su Ejecutivo se realizarán a la mayor brevedad posible e, incluso, ha llegado a hablar de que se llevarán a cabo las próximas semanas. Este propósito resulta demasiado ambicioso a ojos de los inversores ya que se trata de reformas de calado, como la modificación de las pensiones, la privatización de grandes compañías con presencia estatal (como Petrobras o Eletrobras) o nuevas medidas fiscales que aplaquen el déficit.
En todos los casos, distintas casas de análisis coinciden en que, de producirse, tendrían una buena acogida en el mercado, aunque no están tan seguros sobre la rapidez con la que Bolsonaro plantea llevarlas a cabo. Es un candidato que, claramente, ha polarizado a la sociedad brasileña por sus polémicas declaraciones y al que va a resultar difícil encontrar consenso en el Parlamento para sacar adelante sus ideas. "Sentimos que la controversia y división que provoca la agenda política de Bolsonaro, junto con sus altos niveles de rechazo, le impedirá aprobar los proyectos de ley necesarios en el Congreso. Esperamos que Brasil mantenga un crecimiento inferior al de su potencial y que la inflación aumente en 2019, lo que hará que el banco central aumente los tipos de interés", continúa Greer.
¿Quien dirigirá el banco central?
"Bolsonaro ha convencido a los mercados de que él es la mejor opción económica para Brasil, pero hoy la clave para ver una buena reacción de la bolsa pasa por la elección del ministro de finanzas", apunta Delphine Arrighi, responsable del fondo Merian Emerging Market Debt de Merian Global Investors, y por el nuevo gobernador del Banco Central. De momento, el primer interrogante ya está resuelto. Será Paulo Guedes, un economista respetado que fue educado en Chicago, y que tiene la ambición de colocar a Brasil de vuelta en la senda de la sostenibilidad fiscal.
El puesto de gobernador de la máxima institución monetaria del país, sin embargo, sigue en el aire, aun considerando que se contempla también la reelección del actual, Ilan Goldfajn. "Estos rumores están siendo bien digeridos por el mercado", apuntan desde Merian Global Investors, pese a que el resto de nombres que hay sobre la mesa tampoco están mal considerados por los inversores.
Arminio Fraga, apuntan en esta gestora, es uno de los candidatos. "Él garantizaría la continuidad de la política monetaria". Fraga fue, de hecho, gobernador del Banco Central brasileño desde 1999 al 2003.
Los expertos de Fidelity ponen sobre la mesa otro nombre: Rodrigo Maia. "Es el actual presidente de la Cámara de Representantes y uno de los pocos candidatos para ese rol que podría lograr el apoyo de todos los partidos a la reforma fiscal", apuntan desde la gestora británica.