Economía

Brasil elige al ultraderechista Jair Bolsonaro: objetivo privatizar el sector público

  • España es el segundo país europeo más expuesto a la economía brasileña

La tranquilidad y la calma tardarán en regresar a Brasil. El triunfo del ultraderechista Jair Bolsonaro podría significar un golpe para las libertades y el Estado de Derecho. Hasta preocupa que el gigante pudiera abandonar la liga de naciones democráticas.

Jair Bolsonaro se ha alzado con la victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil con un 55,1% de los votos, según el Tribunal Electoral. Su rival, el candidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, ha logrado un 44,9% de los votos.

Aunque el controvertido candidato Bolsonaro se ha ido moderando en los últimos días mostrándose más "presidenciable" quedan en la memoria sus frases incendiarias y polémicas. Si no hubiera ganado Bolsonaro, el resultado de una Brasil en manos de Fernando Haddad del Partido de los Trabajadores podría haber sido objetado por los muchos simpatizantes y seguidores del ex oficial paracaidista produciendo olas de tumultos.

¿Qué implicará la victoria de Bolsonaro para la economía de la primera potencia América Latina?

Pero, ¿qué implicarán estos comicios para la octava economía más grande del mundo? ¿Está el próximo presidente dispuesto a pagar el coste político del imprescindible saneamiento de las finanzas? Haddad defendía una mayor intervención del Estado y prometió derogar todas las medidas de ajuste fiscal adoptadas por el presidente Michel Temer para sanear las cuentas públicas. En cambio, el hasta ahora insignificante partido del vencedor Jair Bolsonaro, el Partido Social Liberal, es ahora la segunda fuerza política más fuerte en el Congreso. Con ello aumentan las posibilidades de que pueda lanzar una agenda de reforma liberal con menos resistencia en la legislatura.

Tomó al banquero Paulo Guedes, un multimillonario de 69 años, como asesor económico y le prometió el ministerio de Economía, aunque este nunca ha dirigido un ministerio ni ha negociado con un Congreso. El plan es hacer reformas integrales: quiere vender todas las empresas estatales, y así pagar las deudas del Estado. El actual seguro de pensiones, que funciona según un sistema de reparto, será reemplazado por uno de cobertura de capital.

El sistema de pensiones de Brasil es impagable. Se calcula que en cinco años colapse el presupuesto estatal para pagos de pensiones. Bolsonaro excluye de la privatización a empresas estatales fundamentales, como Petrobras o el Banco do Brasil. Pero no entra en sus planes recortar los privilegios de los militares. Las sobredimensionadas prebendas de que gozan militares y funcionarios en Brasil son pagadas a expensas de la población.

El hecho de que Bolsonaro como senador haya votado siempre a favor de los intereses de los consorcios estatales, los funcionarios públicos y los militares en sus seis mandatos genera desconfianza entre los inversores extranjeros.

Standard & Poor's clasifica una presidencia de Bolsonaro como un "mayor riesgo" para la economía que una presidencia de Haddad. Por su parte, Moody's teme que la creciente polarización en el Congreso dificultará que el próximo mandatario implemente reformas que básicas para un crecimiento sostenible. Desde el banco de inversiones Morgan Stanley se asegura que Brasil se encamina a una crisis financiera. Expertos de JP Morgan advierten que el país tiene uno de los déficits presupuestarios más grandes del mundo.

La deuda pública es del 80% del PIB. Hay trece millones de desempleados y 26 millones de subempleados. No todo es negativo: la agricultura y la minería equilibran la balanza de pagos con sus ingresos en dólares. Solo ligeramente endeudado en el exterior su Banco Central puede mantener las tasas de interés bajas y mantener la inflación bajo control, pese al estancamiento.

España es el segundo país europeo más expuesto a la economía brasileña y tercero del mundo

Conviene recordar que España es el segundo país europeo más expuesto a la economía brasileña y tercero del mundo. En la actualidad, en torno a 500 compañías con sede central en España constan como instaladas en el mercado carioca. Brasil es asimismo el principal destino de exportaciones españolas en América del Sur. Las empresas españolas - bien establecidas en Brasil - mantienen su confianza.

Debe tenerse en cuenta que no se vislumbra una estabilidad política inmediata. Se ha llegado a la situación presente por la conjunción de dos factores. Por un lado, una grave crisis política que ha entrado en su quinto año. En especial el mayúsculo escándalo de sobornos y corrupción que estalló en torno a Petrobras. Por otro, el enorme poder de destrucción de las fake news y las campañas de odio. Brasil no es el primer país en el que se orquestan estas campañas digitales. Sin embargo, el gran alcance e importancia de Twitter y Facebook fueron desestimados tanto por los medios tradicionales como por el Tribunal Superior Electoral.

En cierta manera lo ocurrido trae a la memoria la campaña de 2016 a favor del Brexit. Es decir: la realización profesional de propaganda digital lanzando impunemente un bombardeo de noticias falsas a sabiendas de que los desmentidos no bastarían para evitar la confusión creada por la desinformación.

Un camino complicado

Tres factores complican la presidencia de Bolsonaro. Primera: se enfrentará a una enorme resistencia en segmentos representativos del Parlamento y la sociedad civil. Segunda: dados los problemas de salud que ha tenido tras sufrir un atentado con un cuchillo en septiembre, no se puede descartar que su controvertido vicepresidente, el general de reserva Hamilton Mourao, termine asumiendo sus responsabilidades ejecutivas. La tercera y de mayor peso: la denuncia por manipulación electoral ante el Tribunal Superior Electoral. A Bolsonaro se le acusa de haber aceptado el apoyo de una empresa que divulgó noticias falsas masivamente en las redes sociales incluso antes de la primera vuelta de los comicios presidenciales del día 7 para apuntalar su campaña.

Si las investigaciones comprueban esta imputación, tanto la candidatura de Bolsonaro como las mismas elecciones presidenciales podrían ser anuladas retroactivamente. Si eso sucede Brasil no estaría solo haciéndole frente a la manipulación electoral de índole digital. Se convertiría en una referencia del triunfo de la democracia sobre las fake news y los predicadores del odio en las redes. Asumiría un papel pionero en la necesaria reglamentación de Facebook, WhatsApp y Twitter.

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