
Las acciones de los bancos italianos cotizan con relativa calma tras la rebaja de rating de Moody's a la deuda del país dejándolo a un paso de bono basura y tras ratificar Roma que no dará marcha atrás con su objetivo de saltarse las reglas de déficit. Pese al recorte, el mercado ya tiene descontadas las bajadas de nota y solo da miedo que las agencias se decanten por una perspectiva negativa de la deuda italiana.
Tras una rebaja de rating, lo habitual es que los inversores vendan los bonos del país para reducir riesgos y más cuando se quedan a falta de un escalón del bono basura. Pero la reacción de la deuda italiana ha sido muy distinta. La rentabilidad del bono a diez años cae al 3,4% cayendo la prima de riesgo por debajo de los 300 puntos.
Por este motivo los bancos italianos se mantienen firmes pese a que el desafío del Gobierno de Conte continúa tras la dura advertencia de Bruselas de rechazar los Presupuestos. El mercado ya tenía descontado el recorte de rating. Moody's ha sido la primera agencia calificación en hacerlo. Y el próximo viernes será el turno de Standard & Poor's.
Mientras se mantenga la perspectiva estable de la deuda italiana y no pase a negativa, los bancos italianos, lo mayores tenedores de bonos del país, respiran tranquilos. En la jerga de las agencias de calificación, significa que antes de rebajar al pasivo italiano habrá una advertencia más.
Según el banco de inversión Natixis, el mercado va por delante de las agencias y si sucede la perspectiva negativa se empezará a considerar a la deuda italiana como bono basura, lo que elevaría la prima de riesgo a 400 puntos.
La pérdida de grado inversión de la deuda italiana supone un duro golpe para los bancos italianos con miles de millones de bonos en balance. Impacta directamente a su capital y a su liquidez, ya que permiten obtener dinero prestado en el BCE.
Las próximas notas para Italia también dependerán de cómo se desarrolle el pulso político entre Bruselas y Roma. Hasta la aprobación del Presupuesto, hay tiempo para que el Gobierno italiano ajuste sus cuentas a un déficit sostenible y a una deuda descendente.
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, subrayó hoy que el presupuesto italiano no respeta las reglas comunes de la zona euro, pero también que no quieren una crisis con su Gobierno y que van a mantener "un diálogo constructivo" tras el ultimátum de este mediodía.
Lo máximo que podemos hacer es pedir que Italia vuelva a someter otro presupuesto
Moscovici, en una entrevista a la emisora "France Inter" explicó que después de su visita a Roma este fin de semana, ahora espera del Ejecutivo italiano "las respuestas para mediodía", y puntualizó que además de su contenido la Comisión Europea tendrá en cuenta "el espíritu de las respuestas".
Sobre la posibilidad de que Bruselas retoque el presupuesto, dijo que "lo máximo que podemos hacer es pedir que Italia vuelva a someter otro presupuesto", un escenario que no se ha dado nunca hasta ahora. Eso tampoco sería "el fin de la historia", puntualizó.
El comisario europeo justificó sus objeciones al presupuesto italiano, en primer lugar porque en lugar de disminuir en 0,6 puntos el déficit estructural como estaba previsto inicialmente, lo aumenta en 0,8 puntos. También por el riesgo de que la deuda pública, que ya es del 132% del producto interior bruto (PIB), siga aumentando y porque las hipótesis de crecimiento no son creíbles.
Hoy Italia ha recibido un nuevo varapalo desde instancias europeas el déficit de Italia en 2017 fue del 2,4% del Producto Interior Bruto del país, tras revisar las estimaciones anteriores Eurostat, que situaban el déficit en el 2,3%, en línea con los datos proporcionados por Roma.
La Comisión Europea espera la respuesta italiana al rechazo del presupuesto de 2019 con una carta. El viceprimer ministro italiano, Luigi Di Maio, ha afirmado que el gobierno enviará una carta a la Unión Europea clarificando las razones para el objetivo de déficit del 2,4%.