
La guerra comercial, la subida de la rentabilidad en la renta fija, el Brexit, Italia y los emergentes son solo gotas de agua que rebosan porque Wall Street ha tocado techo
Inevitablemente, la situación ha cambiado desde que empezamos a corroborar que Wall Street tiene un techo. No hace tanto los índices europeos trataban de construir una senda alcista que los llevase, al menos, a los máximos alcanzados en el año. Ahora, la máxima aspiración es cosechar un rebote que, además, es vulnerable. Y es que los males para la renta variable no dejan de crecer. Por un lado, la ya conocida, pero de consecuencias inciertas, guerra comercial entre Estados Unidos y China. De hecho, el Fondo Monetario Internacional predijo el martes que ambas economías se resentirán por la ola de aranceles que se han impuesto mutuamente y rebajó sus previsiones de crecimiento para los dos países. Asimismo, redujeron sus proyecciones para el crecimiento mundial en 2 décimas, hasta el 3,7%.
A esto se une la escalada de rentabilidad que está experimentado el T-Note americano, que ha llegado a alcanzar el 3,2%, algo que no ocurría desde 2011 ( ha sumado cerca de 40 puntos básicos desde finales de agosto). "En EEUU los inversores empiezan a tener vértigo tras ver unas bolsas que llevan nueve años subiendo de manera ininterrumpida. Muchos se decantarán por volver a la renta fija", indican desde Self Bank (ver página 8). Por su parte, desde ActivTrades recuerdan que "a las empresas se le hace más costoso endeudarse cuando aumentan los intereses y la tasa de rendimiento de los bonos, es por eso que las acciones han sido las principales perjudicadas, debido a que se espera una posible contracción de la economía".
En Europa los frentes no son menores. Por un lado, está el Brexit y las negociaciones para la salida del Reino Unido de la Unión Europea. El próximo miércoles hay una cumbre entre los líderes de las 28 naciones y la pretensión es llegar a esa reunión con un acuerdo entre las partes. Eso sí, desde ING Financial Research señalan que "los detalles esenciales se negociarán durante el período de transición posterior a marzo de 2019".
Por otro, Italia y su plan presupuestario. Los actuales dirigentes, la coalición entre Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte, han fijado el objetivo de déficit del próximo año en el 2,4% del Producto Interior Bruto (PIB), muy por encima de lo pactado por Bruselas con la anterior administración. Esta situación ha provocado que la prima de riesgo del país haya alcanzado los 300 puntos por primera vez desde 2013 y el bono a 10 años haya rebasado el 3,5%.
A todo este cóctel se une también la inestabilidad de los países emergentes, por la salida de capitales y las condiciones de financiacón más exigentes a las que se enfrentan. El FMI cifra en hasta 100.000 millones de dólares los flujos de capital que podrían salir de los emergentes, excluida China, un volumen no visto desde la crisis financiera de 2008.
Pendientes de grandes soportes
Con todo este contexto, la renta variable ha sido uno de los activos más damnificados. Tanto como que la bolsa europea está "aproximándose muy peligrosamente a lo que hemos bautizado como el gran soporte europeo, de cuyo mantenimiento depende que no se abra la puerta a una tendencia bajista que podría provocar caídas del 10-15% en los índices del Viejo Continente. Hablamos concretamente del soporte clave que encuentra el Dax 30 alemán en los 11.500 puntos", explica Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader.
El selectivo germano está a solo un 0,2% de ceder dicho nivel. En el caso del Ibex 35, "del mantenimiento de los 8.800 puntos, que sería el gran soporte en la renta variable española, depende que no se abra un escenario potencialmente bajista de magnitud", señala Cabrero. El selectivo de referencia español tendría que retroceder un 1,14% para que esta premisa se produzca. Por tanto, los selectivos europeos están más cerca de caer al sótano que de subir pisos, por lo que en estos momentos la ecuación rentabilidad/riesgo no es atractiva. Hacia abajo se abre una potencial caída que puede alcanzar entre el 10 y el 15% mientras que la próxima escalera alcista podría brindar un 4,5% y, tal y como indicaba el experto técnico, ese sería el techo de un rebote vulnerable.
Por ello, si finalmente este escenario se cumple, podría ser un buen momento para deshacer posiciones (siempre se puede volver a entrar en bolsa y con el cierre de estrategias se cuenta con liquidez). Para poder volver a hablar de reconstrucción alcista tanto en España como en Europa es necesario que haya un repunte del 9%.
En Wall Street, la fotografía no es mejor. "Es muy probable que hayamos visto un techo en la tendencia alcista que nació en los mínimos de febrero desde los soportes urbi et orbi norteamericanos (los mínimos del año). La pérdida de soportes a corto plazo nos invita a reducir la exposición al mercado norteamericano sin esperar a un rebote como era nuestra intención inicial", arguye Joan Cabrero.
Y es aquí donde está la atención de los inversores de todo el mundo, ya que si se pierden esos niveles se activarían las órdenes, muchas de ellas automatizadas, y se podría desatar el pánico bursátil. Hasta su suelo, es decir los mínimos anuales, Wall Street tiene, de media, una caída de alrededor del 10%, mientras que para llegar a su piso superior, el alza sería del 9%, hasta los máximos históricos marcados por el Nasdaq 100.
El país se acerca a una cita importante, las próximas elecciones para renovar la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Se conocen como midterm elections o elecciones intermedias (serán en noviembre) y de alguna manera actuarán como un referéndum sobre Donald Trump. En este sentido, desde Robeco indicaban hace unas semanas que China está centrando parte de sus aranceles en bienes agrícolas estadounidenses como la soja, para perjudicar a los estados afines a Trump y así influir posiblemente en el resultado de las elecciones.
Una Europa más barata
Mientras que selectivos como el Ibex, el Dax o el Ftse Mib italiano pierden desde enero más de un 10%, los índices de referencia norteamericanos mantienen las ganancias en el año (en el caso del Nasdaq 100 superan el 10%). Una de las consecuencias de esta fotografía es que Europa cotiza con descuento frente a Estados Unidos en términos de PER (veces que el precio de la acción recoge el beneficio).
Así, si de media el multiplicador de beneficios de Wall Street es de 17,7 veces, el de Europa es de 12,4 veces, casi un 30% menos. El Ibex (11,8 veces) y el Ftse Mib (10,7 veces) son las referencias europeas que presentan mayor rebaja, del 33 ypor ciento 40%, respectivamente. Estos datos no dejan de ser lógicos, ya que ambos índices tienen un gran peso del sector bancario que no está viviendo uno de sus mejores años. A este respecto, el sectorial europeo ya pierde desde enero casi un 20% en el que está siendo su peor balance anual desde 2011. Algunas entidades como Unicredit o BBVA se dejan más de un 20% desde principios de año.
A esto se une que la previsión de crecimiento para el Viejo Continente es menor que la del país que preside Trump. Como explica Felipe López-Gálvez, de Self Bank, "las perspectivas de crecimiento de beneficios son superiores en EEUU gracias al perfil de sus empresas, a la reforma fiscal de Trump y a la buena situación macroeconómica del país. Los valores cíclicos, que suelen cotizar con ratios PER mayores, tienen un peso muy superior en EEUU que en Europa: dentro del S&P el sector consumo pondera un 10% y el puramente tecnológico pesa un 20%, cuando en Europa apenas llega al 5%. En Europa el sector financiero, que cotiza con valoraciones bajas, pesa un 20%". No obstante, las entidades serán las principales beneficiadas cuando se produzca una subida de tipos por parte del BCE (se prevé que la primera llegue el próximo año). "En un entorno de subidas de tipos y crecimiento económico los bancos deben hacerlo bien ya que normalmente ellos repercuten esas alzas de tipos mucho antes en sus productos de activo (créditos) que en los de pasivo (coste de los depósitos), lo que incrementa sus márgenes", argumenta Juan José Fernández-Figares, de Link Securities.
Eso sí, el experto apostilla que "antes se tiene que resolver la crisis italiana, que no lo veo tan sencillo siendo dado el fuerte componente político que tiene". Según las previsiones, el sector bancario europeo mejorará este año su beneficio, en conjunto, casi un 31%, mientras que de cara a 2019 el incremento sería del 9,3%.