
Los crash más importantes del último siglo tienen algo en común. Octubre. La Gran Depresión del 29 se desató en una jornada de pánico un 24 de octubre. La crisis del petróleo de los setenta se desencadenó un 17 de octubre en 1973 y el lunes negro de 1987 tuvo lugar el 19 de octubre. Sin olvidar el octubre rojo de 2008 cuando el sistema financiero mundial quedó al borde del colapso.
Será por Halloween o por mala reputación, pero octubre tiene el sambenito de ser un mes perverso para la bolsa. Sin embargo, las estadísticas dicen lo contrario. La media histórica del Dow Jones arroja una subida en octubre del 0,6%; el S&P 500 se anota un 0,9% y el Nasdaq avanza un 0,7%. Y el rendimiento es todavía mejor para la bolsa americana si coincide con elecciones a mitad de mandato en la Casa Blanca, tal como ocurre este año con los comicios al Senado del próximo 6 de noviembre.
El estigma que arrastra octubre es porque muchas de las mayores crisis mundiales se han gestado durante este mes, empezando por la Gran Depresión de 1929. La crisis no se originó de la noche a la mañana. Tras la I Guerra Mundial, EEUU se convirtió en el principal país productor y exportador del mundo. Después del espejismo de los felices años 20, Europa entra en recesión y deja a EEUU sin hierba bajo los pies. Durante todo 1929, hay varias señales de aviso en los mercados que el crecimiento ilimitado de la bolsa no es real, ni acorde, con el fondo económico. El mercado se recupera de fuertes desplomes. Pero el del 24 de octubre fue definitivo. Conocido como el jueves negro, se desató el pánico bursátil dando el pistoletazo de salida a La Gran Recesión. Al viernes siguiente hubo una pequeña tregua, pero los días siguientes volvieron a ser para olvidar.
En una semana el Dow Jones había perdido un 30% de su valor y tres años después la bolsa de EEUU había perdido el 90% de su valor con las potencias mundiales sumergidas en una enorme recesión.
Otro episodio que contienen los libros de Historia es la fatídica decisión de la OPEP (Organización de los Países Exportadores de Petróleo) de adoptar represalias el 17 de octubre de 1973 contra países occidentales. Arabia Saudí reduce su producción de petróleo y embarga los suministros a EEUU y Holanda, por su apoyo a Israel en la guerra del Yon Kippur. Al día siguiente, la mayoría de los miembros se suman al recorte de producción y al embargo. Fue el inicio de dos años catastróficos para la bolsa estadounidense. El Dow Jones acumuló un descenso del 16% en 1973 y de un 27% en 1974.
En octubre de 1987 había cóctel perfecto para que la bolsa saltara por los aires. Wall Street marcaba máximos históricos, el petróleo estaba por las nubes, la inflación disparada y un ambiente de euforia reinaba en el mercado. El 19 de octubre de 1987 el bombardeo de plataformas petrolíferas iraníes por parte de EE UU durante la madrugada pinchó el sueño. El Dow Jones cayó en un solo día un 22,61%, superando los anteriores cracks. Para los libros de historia el día pasó a llamarse Lunes negro.
Diez años después, otro mes de octubre, Wall Street tuvo que lidiar con otra crisis bursátil. La crisis de los Dragones Asiáticos estallaba en EEUU el 27 de octubre de 1997 con una caída del Dow Jones de 554,2 puntos (-7,18%).
Para las bolsas el mes más duro de la crisis financiera que se desató en 2008 fue el mes de octubre. El 10 de octubre de ese año se produjo un crash mundial generalizado. Ya la quiebra de Lehman Brothers había puesto los pelos de punto a los inversores, pero quedaba lo peor. La constatación de que se abría una profunda crisis económica llevó al Ibex 35 a perder ese día más de un 9%. La bolsa de París registró un descenso del 7,7%, la de Milán un 6,5%, la de Fráncfort un 7% y la de Londres alrededor del 8%. Al final de esa semana el Ibex 35 se había dejado más de un 20% en el parqué.