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Una Fed más acomodaticia y el fin de las tensiones comerciales impulsarían al S&P 500 hasta los 3.150 puntos, según Goldman

Foto: Dreamstime
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A punto de dejar atrás la mejor temporada de resultados empresariales desde 2010, los inversores comienzan a mirar al futuro a medio plazo a la hora de reposicionar sus carteras.

Con riesgos en marcha como las tensiones comerciales o geopolíticas así como las progresivas subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal, el consenso estima que las previsiones de crecimiento en el beneficio por acción se desinflarán hasta el 7% el próximo año, a medida que se esfuma el efecto de la reforma financiera aprobada el 22 de diciembre del año pasado.

Desde Goldman Sachs, sus estrategas de renta variable estadounidense destacan como buena parte de los clientes preguntan por los escenarios más pesimistas sobre todo con el pulso arancelario entre China y Estados Unidos en mente.

Según los cálculos de la entidad, si Washington acabase por imponer aranceles del 25% sobre todas las importaciones chinas, el beneficio por acción del S&P 500 se reduciría un 7% hasta los 159 dólares, es decir, "se eliminaría todas nuestras proyecciones de crecimiento para 2019", señalan.

Sin embargo, desde el banco estadounidense también reconocen como algunos de sus clientes se han interesado por lo que ocurriría bajo un escenario mucho más halagüeño, donde la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo se disipan, la Reserva Federal aligera sus subidas de tipos y el avance del PIB sigue siendo sólido.

"Utilizando este escenario optimista, nuestras proyecciones de beneficio crecerían un 3% hasta los 175 dólares", destaca David Kostin, estratega jefe de Goldman. De acuerdo con sus cálculos cualquier subida de 100 puntos básicos sobre el escenario de crecimiento base del PIB, que se sitúa en un 2,2% para 2019, sumaría 5 dólares más su objetivo de beneficio por acción de 170 dólares para el S&P 500.

Paralelamente, un dólar más bajo y una rentabilidad del bono americano a 10 años relativamente estable contribuirían para que las expectativas aumentasen, con una expansión del múltiplo así como las proyecciones de beneficios, llevando incluso al S&P 500 hasta los 3.150 puntos a finales de este año, lo que supondría una rentabilidad del 10% desde los niveles actuales. Aún así, Kostin y su equipo siguen posicionando al indicador en los 2.850 puntos para entonces.

Goldman estima que el beneficio por acción del S&P 500 crecerá en 2019 un 7% frente al consenso que, tras la buena temporada de resultados en curso, ha elevado sus perspectivas en 12 puntos básicos, hasta los 178 dólares por acción, lo que implica un incremento del 10%.

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