Bolsa, mercados y cotizaciones

Test de estrés para el Ibex en los 100 días de elecciones entre México y Brasil

  • Mapfre, Dia y Prosegur se juegan una sexta parte del beneficio
  • Las 'blue chips' llegan en mínimos a la cita electoral
  • Santander, BBVA y Teléfonica afrontan un punto de inflexión

Lo que suceda en los 100 días que van entre el 1 de julio y el 7 de octubre podría dar la estocada definitiva al Ibex, que se sumaría a las crisis que comparte con el resto de bolsas como son la guerra comercial impulsada por EEUU, la situación política en Italia y el retraso en la subida de tipos en la eurozona.

El periodo entre urnas se prolongará desde las elecciones generales que México celebrará en una semana-con Manuel López Obrador como claro favorito- a los comicios en Brasil -donde el posible vencedor sería Luiz Inácio Lula da Silva de no ser porque probablemente su candidatura no salga adelante ante una condena de 12 años de cárcel por corrupción-. Ninguno de ellos, frente a lo que pudiera parecer en un principio, sería el mal mayor para los mercados. El problema vendría si el resultado electoral fuera algo indeseado, lo que llevaría a los grandes valores del Ibex a una situación de estrés superior a la que ya de por sí acusan en sus cotizaciones actualmente.

La acción de Santander y BBVA se compra hoy con la expectativa de recuperar lo invertido por la vía del beneficio en menos de 9 años, la menor ratio desde diciembre de 2016. Telefónica, tras las últimas caídas, cotiza con su PER más bajo desde diciembre y la mayor rentabilidad por dividendo en año y medio -del 5,5 por ciento-. Esta situación es extensible también a otras firmas expuestas a Brasil y México, como Mapfre, Dia o Prosegur, cuyas acciones, como las de las blue chips, cotizan en mínimos anuales, lo que supone, en la mayoría de casos, un buen punto de entrada considerando que la cita con las urnas se convierta en un catalizador alcista en bolsa, según los expertos.

Primera votación: México

El próximo 1 de julio Andrés Manuel López Obrador se convertirá, previsiblemente, en el nuevo presidente electo de México -cuenta con casi el 50 por ciento de intención de voto- entonando aquello de que a la tercera va la vencida. Hostil para el mercado, en los últimos meses el candidato del denominado Morena (Movimiento Regeneración Nacional) -que acude en coalición- ha querido firmar la paz con los empresarios mexicanos enviando a sus colaboradores a centenares de reuniones dentro y fuera del país. Y lo ha conseguido, mientras los dos candidatos de la derecha mexicana han encarnizado su lucha e, incluso, Ricardo Anaya -más moderado que José Antonio Meade- ha sido acusado de blanqueo de dinero.

López Obrador tomará las riendas de un país golpeado sin mesura por Donald Trump. Desde su llegada al poder, el peso mexicano se ha depreciado un 14 por ciento frente al euro, en plena cruzada contra sus exportaciones que ha llevado a hibernar al Nafta.

Segunda cita electoral: Brasil

A falta de que en agosto se oficialicen las candidaturas a la presidencia, el expresidente Lula parte como claro favorito gracias al voto de la clase más pobre, que en Brasil supone un tercio de la población. Aunque lo cierto es que lo que se presenta a los comicios es un pastiche de candidatos con poco prestigio y menos -si cabe- respaldo popular, lo que hace que en Brasil ya se hable del vuelo de la gallina para referirse a la recuperación económica del país -salió de la recesión en 2017- que podría durar muy poco si el nuevo presidente no adopta las reformas necesarias. El desempleo actual, en el 13 por ciento, está 4 puntos por encima del máximo alcanzado durante la crisis financiera.

La principal amenaza sería la victoria del Trump brasileño, Jair Bolsonaro, calificado de xenófobo, machista, homófobo... y una larga ristra de fobias entre las que no se incluye su inclinación hacia la vuelta a una pseudodictadura militar. El favorito del mercado es el liberal Gerardo Alckmin, gobernador del estado de São Paulo, que ni siquiera aparece en las encuestas.

BBVA sufre la caída del 14% del peso en la era Trump

BBVA tiene una doble cita con las urnas en solo una semana. Este domingo se celebran los comicios en Turquía -que representa un 12,3 por ciento de su beneficio, con datos a cierre del primer trimestre del año- y el próximo 1 de julio serán en México -su mayor negocio, pues aporta el 34,9 por ciento de las ganancias- donde el candidato de izquierda, Manuel López Obrador, que se ha acercado descaradamente a la clase empresarial mexicana en los últimos meses, tiene las encuestas de su lado con casi el 50 por ciento de la intención del voto.

Con independencia de quien gane, aseguraba hace un mes Gloria Couceiro, directora de relación con inversores de BBVA en una entrevista a elEconomista, "lo que más está penalizando a la acción es la incertidumbre por las elecciones en México" que también se ha contagiado a "una ralentización del crecimiento del crédito en el segmento de las empresas". Esta situación, según Couceiro, se acabará una vez que se conozca el resultado electoral, con independencia de quién sea el ganador de la contienda.

BBVA es, de hecho, el banco que se compra más barato por beneficios de la bolsa española. Cotiza a un PER de 8,3 veces -el más bajo desde diciembre de 2016-, con un descuento respecto al sector europeo del 42 por ciento, lo que ha llevado su rentabilidad por dividendo a cotas del 4,7 por ciento, también la mayor en año y medio. Si la acción cayera un 5 por ciento más desde los mínimos -de febrero de 2017- a los que cotiza, el retorno para el accionista superaría el 5 por ciento por la vía del dividendo.

Más allá de las elecciones generales, los expertos coinciden en que el principal riesgo para BBVA es la depreciación del peso mexicano. La divisa arrastra una tendencia a la baja desde 2015 y retrocede, de hecho, un 14 por ciento frente al euro desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca el 9 de noviembre de 2016. Este es el principal escollo para una economía mexicana que está llamada a seguir creciendo a un ritmo del 3 por ciento los próximos años. "Este trimestre le va a seguir pesando en las cuentas la caída del peso", reconoce Alejandro Varela, gestor del fondo Renta 4 Latinoamérica.

"Ahora mismo, tienen mucha más importancia los problemas comerciales con EEUU que la incertidumbre política que va a desaparecer ya", concluye. Para cubrir el riesgo divisa, Couceiro aseguraba que la ratio de cobertura del beneficio -de media, entre el 30 y el 50 por ciento a 12 meses vista- alcanza el 70 por ciento en el que caso de México.

Bancomer, su filial mexicana, tiene a su favor la evolución de unos tipos de interés al alza. Desde 2014 se han incrementado en 13 ocasiones, la última este mismo viernes elevando la tasa hasta el 7,75 por ciento, en un entorno en el que la inflación sigue a la baja-en el 4,5 por ciento-, aunque lejos del objetivo de Banxico (Banco de México) del 3 por ciento. Esta situación ayuda al margen de intereses de los bancos mexicanos. BBVA -que no desglosa los ROEs (retorno sobre el capital) por áreas geográficas- registra en México rentabilidades superiores al 20 por ciento, las mayores del resto de regiones. El grupo cerró 2017 con un ROE conjunto del 6,4 por ciento.

Santander, penalizado por el desplome del real

Santander es, por detrás de BBVA, la entidad nacional con el PER más bajo de la bolsa española. El accionista que compre hoy acciones del banco aspira a recuperar, por la vía del beneficio, su inversión en menos de una década, frente a los 14 años que ofrece, de media, el sectorial europeo. Además, entrará en una compañía cuya rentabilidad por dividendo se encuentra en la cota más elevada desde finales de 2016, al borde del 5 por ciento gracias a que la acción cotiza en mínimos de entonces, sobre los 4,7 euros, todo esto pese a mantener el crecimiento de las ganancias, que alcanzarán los 9.800 millones en 2020.

Brasil supondría para la entidad presidida por Ana Botín un punto de inflexión en su cotización, aunque fuentes próximas al banco reconocen que, "aunque un mal resultado en las elecciones no ayudaría, el sector se encuentra penalizado por lo que realmente pesa: la guerra comercial -y una futurible recesión mundial-, Italia [dada la cartera de bonos soberanos del banco] y el retraso en la subida de tipos en la UE".

El problema que se deriva de los comicios brasileños no es en sí el nombre de quién será el nuevo presidente, sino las medidas que vaya a adoptar, necesarias para consolidar la recuperación de su economía. "Existe un riesgo importante para Santander en caso de que el crecimiento de Latinoamérica, y especialmente de Brasil, sea inferior al esperado", apuntan los expertos de JP Morgan, quienes insisten en que el banco sigue estando claramente "infravalorado" por el mercado, con un potencial alcista del 50 por ciento -hasta los 7,10 euros-.

Brasil aportó al beneficio del grupo el 27,3 por ciento a cierre del primer trimestre y junto a América Latina esta partida se eleva hasta el 43,1 por ciento -con México (un 7,1 por ciento), Chile y Argentina- de los 2.482 millones de euros que registró el banco. El principal problema para las firmas extranjeras sigue siendo el real brasileño, con pérdidas del 26 por ciento desde que empezara a caer en febrero de 2017.

Por cuota de mercado, Santander es el tercer actor más importante en Brasil, con un 9 por ciento, y también en México, donde alcanza el 13 por ciento, aunque desde el propio banco reconocen que el potencial de crecimiento es muy elevado ante la escasa bancarización de las economías, sobre todo de América del Sur, donde se sitúa en cotas próximas al 30 por ciento sobre el PIB. Y la recuperación que vive Brasil ayudará, salvo que se trunque por el camino. "El buen momento macroeconómico continuaría respaldando el crecimiento del volumen de crédito esperado, del 10 por ciento entre 2018 y 2020", aseguran los analistas de Banco Sabadell, que contemplan también una mayor demanda de préstamos "ante la caída de los tipos de interés".

El Banco Central de Brasil ha bajado en hasta 12 ocasiones el precio del dinero desde 2016 hasta la cota actual del 6,50 por ciento, un nivel lo suficientemente atractivo para que un banco sea rentable. A cierre del primer trimestre, Santander Brasil logró un RoTE (retorno sobre el capital tangible) del 19,9 por ciento -en México fue del 20 por ciento-, por encima de la financiera, en el 16,6 por ciento, o de España, en el 11,1 por ciento.

Telefónica mira a octubre

El estrés al que está sometida la acción de Telefónica hace que cotice hoy en zona de mínimos del año 2003 -sobre los 7,4 euros-. Fuentes próximas a la teleoperadora justifican la caída con una penalización, dicen, que es similar a la del sector. Y es cierto que es lo que está sucediendo en el año -pierden más del 10 por ciento en ambos casos-, pero no si se echa la vista atrás en el tiempo.

A mediados de 2014, la teleoperadora comenzó a abrir un hueco respecto al Stoxx 600 de telecomunicaciones que hoy es ya de 24 puntos porcentuales, con una caída del 40 por ciento para los títulos de Telefónica por sólo el 15 por ciento que sufren, de media, sus pares europeos que se explica por las particularidades propias de la compañía: una deuda muy elevada -43.975 millones de euros, 2,67 veces el Oibda (beneficio bruto) del grupo- y su exposición a Latinoamérica, de donde proviene casi el 47 por ciento de sus ganancias.

La firma española presenta un descuento por PER del 33 por ciento respecto al sectorial, con un multiplicador de beneficios en las 10,4 veces, en base a ganancias que siguen creciendo. Se espera que lo hagan un 46 por ciento hasta el año 2020 -respecto a 2017-, cuando ganará más de 4.000 millones de euros por primera vez desde 2013, aunque la clave pasará por la evolución que logre, sobre todo, en Brasil -en clara recuperación de la economía y, por ende, del consumo de los hogares- y en Argentina.

El real y el peso fueron los responsables del 80 por ciento del impacto negativo que tuvo en el OIBDA del grupo la depreciación de las divisas durante el primer trimestre -los ingresos cayeron en 1.130 millones y el beneficio bruto en otros 372 millones de euros, según la firma-. "Descontamos un escenario de divisas muy similar al del primer trimestre, con un leve deterioro en el peso argentino y del real brasileño tras haber seguido depreciándose. Esperamos que el mayor impacto negativo en resultados se produzca en el segundo trimestre de este año tras el fuerte deterioro sufrido en el arranque", apuntan los analistas de Renta 4 que califican como uno de "los catalizadores principales" la posible recuperación de las divisas latinoamericanas ya para el segundo semestre del año.

En este sentido, Pablo Eguirón, director global de relación con inversores de Telefónica, reconoció en una entrevista en elEconomista, que "el impacto de la moneda es alto en la facturación, pero a medida que bajas en la cuenta se va reduciendo. Es cierto que los ingresos son más bajos, pero también pagas el opex [gastos operativos] en reales brasileños, por lo que el impacto en ebitda es menor. Gran parte del capex [inversión en bienes de capital] también es en moneda local. Y lo mismo pasa con los intereses, impuestos y pago a minoritarios".

De que Brasil consolide su recuperación económica depende los segundos mayores márgenes de la teleoperadora, por detrás de los que logra en España -el 39,5 por ciento, a cierre del primer trimestre-. Telefónica, primer teleoperador brasileño tras la integración de GVT en 2015, alcanza un margen bruto del 36,3 por ciento en su negocio brasileño. Sin embargo, un contrapeso negativo podrían ser "los cambios regulatorios en tarifas que se han acometido en países como Brasil, México y Perú", apunta Renta 4.

Mapfre, Dia y Prosegur se juegan una sexta parte del beneficio

Más allá de las grandes blue chips del Ibex 35, compañías como Mapfre, Dia y Prosegur también se juegan parte del pastel de sus beneficios en las elecciones brasileñas. Por exposición, Brasil representa para Mapfre un 14,8 por ciento de su resultado atribuible -un 11,7 por ciento menos debido a la caída del real brasileño-, la mayor partida de Latinoamérica que, en conjunto, aportó el 25,9 por ciento del beneficio a cierre del primer trimestre del año. En los últimos meses, a la aseguradora el castigo de las divisas le ha venido por múltiples frentes. Por un lado, Brasil con el real cayendo un 9,2 por ciento en el año y, por otro, EEUU, donde el dólar comenzó una senda alcista en febrero en su cruce con el euro que le ha llevado a intercambiarse desde los máximos en 1,25 dólares hasta los 1,16 actuales. La compañía calcula que por cada apreciación del 1 por ciento de la divisa estadounidense supone un impacto de entre el 0,25 y el 0,3 por ciento de sus fondos propios.

Actualmente, la acción de Mapfre cotiza en mínimos de finales de 2016, incapaz de cerrar el hueco que abrió con el sector el verano pasado cuando en España cotizaba el independentismo de Cataluña. El sectorial europeo, plano en el último año, contrasta con las pérdidas del 16 por ciento que registra Mapfre, con un PER de 9,2 veces, un 31 por ciento inferior al del sector.

Dia cuenta con el 33,8 por ciento de sus ventas brutas bajo enseña en las dos grandes economías de Iberoamérica, siendo Brasil el principal, ya que representó a cierre de marzo el 17,8 por ciento de los ingresos totales del grupo (2.269,5 millones de euros) frente al 16 por ciento de Argentina, de donde le han venido los últimos quebraderos de cabeza ante el desplome del peso. Dia, a 20 céntimos de mínimos históricos, acumula pérdidas en el año del 38,5 por ciento, según Bloomberg, el mayor de sus pares europeos -también del Ibex- y eso que los bajistas se están cebando con el sector en el último año. Prueba de ello es que la francesa Casino se deja un 30,7 por ciento en 2018 o su compatriota Carrefour un 16,3 por ciento, después de la presentación de dos profit warning en el último año.

El problema es que a Dia, más allá de la competencia de las cadenas online, le han crecido los enanos en los últimos meses: sus márgenes -históricamente elevados-están en mínimos de su periplo como cotizada desde 2011 y la depreciación de las divisas ha hecho mella en sus cuentas. En el primer trimestre, las ventas brutas bajo enseña de la compañía cayeron un 9,3 por ciento, que sin efecto divisa hubieran crecido un 0,2 por ciento.

Para Prosegur Iberoamérica representa el 55,6 por ciento de sus ventas consolidadas -con datos a cierre del primer trimestre del año cuando ascendieron a un total de 1.008 millones de euros-. La compañía, que no da los datos consolidades por países, sí reconoce que son Brasil y Argentina las dos mayores economías en cuanto a aportación a sus resultados. En todo caso, Prosegur se ha convertido en líder en la región y su expansión le ha llevado a 14 países, y entre las últimas incorporaciones figuran México y Centroamérica, con Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua o Costa Rica. Prosegur es la única recomendación de compra de las tres. De hecho, Dia y Mapfre ostentan algunas de los peores consejos de venta del Ibex.

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