
El Banco de España ha alertado en su informe Situación y perspectivas de la economía mundial a principios de 2018 que el esperado cambio en "la combinación de políticas macroeconómicas en EEUU y en otros países avanzados hacia una política fiscal más expansiva y una política monetaria menos laxa.... podrían generar episodios de inestabilidad en los mercados financieros internacionales". No obstante, el BdE destaca que las condiciones financieras a día de hoy "siguen siendo favorables" y se espera que el crecimiento mundial continúe a corto plazo, aunque advierte sobre las amenazas del proteccionismo o de un sobrecalentamiento en EEUU que podrían generar incertidumbre a medio plazo.
"Las perspectivas para 2018 apuntan a una continuidad de estas tendencias globales, con un nuevo repunte del crecimiento mundial y un lento avance de la inflación". Pero dicha estabilidad se mantendrá de forma segura en el muy corto plazo.
En el informe del Banco de España (BdE) se analizan con detalle algunos de los factores que podrían condicionar a medio plazo esta evolución, como pueden ser el proceso de normalización monetaria, el proteccionismo o un sobrecalentamiento de la economía de EEUU.
Por ejemplo, "el proceso de normalización de la política monetaria en Estados Unidos", cuyo recorrido no estará exento de baches como se ha demostrado en este comienzo de año.
"El año 2018 ha arrancado con turbulencias en las bolsas de Estados Unidos, que se han extendido rápidamente y con intensidad a otros mercados bursátiles, lo que, por una parte, parece apuntar a unas condiciones financieras globales menos favorables a futuro y, por otra, alerta sobre los riegos asociados a un ajuste brusco en los mercados financieros internacionales", destacan los economistas del instituto monetario español.
"El impulso monetario sin precedentes implementado a lo largo de la pasada década se materializó en un elevado volumen de liquidez en los mercados financieros y en tipos de interés a largo plazo muy reducidos, lo que se ha traducido en una laxitud de las condiciones financieras y crediticias, y en una creciente búsqueda de riesgo por parte de los inversores", sostienen los expertos del BdE.
A nivel global, estas condiciones se han traducido en "elevados niveles de las cotizaciones bursátiles", una mayor emisión de deuda corporativa de alto riesgo, fuertes flujos de capital hacia los mercados emergentes y solo una modesta reducción del endeudamiento privado y público, que además se ha producido sólo en algunos países.
Adiós a los estímulos
Los estímulos de los bancos centrales han estado durante años inundando los mercados financieros. Sin embargo, esta tendencia se está revirtiendo en medio mundo a la par que en EEUU y Japón se espera una políticas fiscal más expansiva a través de fuertes recortes de impuestos.
Si esta situación no se gestiona bien con unas políticas monetarias muy progresivas y una comunicación transparente, las turbulencias podrían invadir los mercado: "Una corrección brusca podría tener lugar ante un incremento de la prima de plazo de las rentabilidades de la deuda pública en EEUU, actualmente muy comprimida, o si la política monetaria sorprendiera con una normalización más intensa de lo esperado, asociado, entre otras, a una mayor inflación consecuencia de un potencial recalentamiento de la economía americana".
No obstante, desde el BdE piden calma: "De momento, la política de comunicación de la Fed hace poco probable ese escenario (forward guidance), aunque no es descartable, como ocurrió en 2013 (taper tantrum)".
Sin embargo, otros factores que podrían desencadenar una reacción similar de las primas de plazo serían "una reducción de las tenencias de deuda de EEUU por parte de no residentes, el final de la divergencia de política monetaria con el inicio de la normalización de la política monetaria en la zona del euro y Japón, o un repunte de volatilidad no ligado a la política monetaria por un incremento de tensiones geopolíticas de naturaleza diversa", sentencias los economistas del banco español.