
Medir cómo va una cartera en comparación con el resto del mercado no siempre es fácil si en ella se combinan acciones y bonos. Entre otras cosas porque no siempre existe un índice de referencia con el que cotejar las rentabilidades que se adapte a cada perfil de inversor. Sin embargo, una herramienta poco utilizada para ello, aunque útil, se encuentra en hallar las rentabilidades medias que obtienen los fondos mixtos este año, básicamente porque se agrupan en tres categorías que representan los tres perfiles de inversor más habituales. Están los defensivos, que destinan como mucho un 35 % a la renta variable; los moderados, entre un 35 y 65 %; y los agresivos, más de un 65 %.
Saber sus rendimientos permite al inversor auto examinar la evolución de su cartera, y conocer con qué rentabilidad debe conformarse en un año en el que prácticamente toda la cartelería de productos sufre pérdidas, salvo contadas excepciones como Brasil y Estados Unidos (pero en dólares).
La nota de corte ha bajado mucho, en parte porque la vuelta de la volatilidad ha añadido un grado de dificultad respecto a 2017. Aunque se la esperaba desde hace tiempo, por eso de que estaba anclada en zona de mínimos históricos, no ha sido hasta este año cuando de verdad ha despertado -aunque esta semana ha vuelto a coquetear con bajar del 20%, algo que históricamente ha sido positivo para la tendencia alcista de las bolsas, como explican en Unicorp-. Su subida se produjo después de que el mercado comprase con fuerza el mensaje de que los bancos centrales, y en concreto la Reserva Federal (Fed), puede subir los tipos de interés más veces de las previstas este mismo año a raíz del último dato de inflación en Estados Unidos, que ha desatado la tormenta en el mercado de bonos -llevando la rentabilidad del diez años americano a rozar el 3%- y también en el de renta variable, que ha afrontado su mayor corrección en dos años concentrada en un corto periodo de tiempo, a pesar de que en los últimos días ha recuperado terreno.
Dónde está el 'aprobado' técnico
Aunque para los expertos se trata de caídas saludables por eso de que no van acompañadas de un deterioro de los fundamentales (sobre todo en un mercado como Wall Street, que sube más de un 200% desde 2009), lo cierto es que han provocado el efecto de que sean las carteras más defensivas, las menos expuestas a la bolsa, las que mejor aguantan el tipo en lo que va de año. No es que escapen de los números rojos y sus resultados tampoco se parecen a los de antaño -en 2017 se revalorizaron casi un 2% de media-, pero sus pérdidas son más limitadas en comparación a las que asumen los inversores más proclives a asumir riesgo.
En concreto, retroceden un 0,83% de media este año según datos de Morningstar -en este cálculo no se tienen en cuenta los rendimientos de los fondos que, a fecha del jueves, no tenían disponible el valor liquidativo del lunes y, por tanto, tampoco refleja los últimos movimientos del mercado-. Siguiendo la lógica anterior, todo aquel que tenga una cartera conservadora, donde prime la renta fija y no la bolsa, debería perder, como mucho, un 0,8% porque de lo contrario lo estaría haciendo peor que el mercado.
De aplicarse el mismo ejercicio a las carteras donde la renta variable adquiere más peso pero sin llegar al cien por cien, hablamos de aquellas que, por ejemplo, tienen entre un 35 y un 65% en bolsa, la referencia para saber si uno aprueba o no se encuentra en el -1,57%, que es lo que se dejan de media los 57 fondos mixtos en euros de este tipo en lo que va de año, aunque en algunos las pérdidas suben hasta rozar casi el 5%.
Es evidente que en este arranque de año, las grandes perjudicadas están siendo las carteras menos diversificadas, que invierten prácticamente todo en bolsa. Dentro del universo de los mixtos, este perfil encajaría con los productos más agresivos en los que al menos el 65% busca oportunidades en la renta variable. A pesar de que los expertos coinciden en que hay motivos para pensar que la corrección actual es solo un alto en el camino, ese alto ha costado que este tipo de fondos retroceda más de un 2% en 2018 (2,29%), aunque la mitad de ellos acusa caídas mayores, que pueden llegar a superar el 4% en el peor de los casos.
Hay algún notable...
Claro que no todos los inversores construyen su cartera mediante la inversión directa de acciones o bonos, también existen aquellos que se aproximan a ambos activos a través de los fondos de inversión. Siguiendo con el ejemplo de los mixtos, aunque las tres categorías que representan los tres perfiles de inversor más habituales registran pérdidas de media, también hay excepciones que consiguen un sobresaliente (resisten en positivo en el año) o un notable (caen menos que el resto del mercado).
Dentro del perfil más defensivo, existen nueve productos de más de cien que escapan de las pérdidas. Los dos más rentables son Renta 4 Pegasus, que recibe cuatro estrellas sobre cinco Morningstar, y Gesconsult Renta Fija Flexible (con tres estrellas), ambos con un retorno del 0,4%. La estrategia del primer fondo durante el año pasado fue la de preservar el capital, tomando menos riesgo del habitual en cartera debido a que "el riesgo de muchas inversiones hoy no está pagado adecuadamente", explica su equipo gestor en el último informe disponible a cierre de 2017. De ahí que mantuvieran en activos monetarios (véase depósitos y pagarés) al menos la mitad del fondo el año pasado, el resto de la cartera está formada principalmente por bonos corporativos. "Esta liquidez podría ser invertida si continúan al alza los tipos o hay una mayor apreciación del euro. Los bonos americanos a 10 años al 2,8% es una estrategia que estamos considerando implementar en una cartera que hoy tiene una duración de 1,1 años", apuntaba Miguel Jiménez, su gestor, en enero.
Respecto al de Gesconsult, su cartera, explican, lleva meses orientada a un escenario de tipos más altos, por lo que no se está viendo afectada por la volatilidad actual. "Todo lo contrario, la baja duración de la cartera (1,17 años), el posicionamiento en flotantes y las coberturas sobre la deuda alemana a diez y a dos años, permiten al fondo beneficiarse de este entorno de subidas de tipos de interés", dicen.
En cuanto a los moderados, el más rentable es el que gestiona José Ramón Iturriaga, Kalahari, que suma casi un 4 por ciento. A día de hoy, el 60,4% de su cartera está en renta variable, con Europac, Merlin, Lar España, Prisa y Bankia entre sus principales posiciones; mientras que en torno al 38% se encuentra en bonos.
De los más agresivos, en cambio, solo hay dos que aguanten en positivo: Bona-Renda (cuatro estrellas), de GVC Gaesco Gestión, que repunta un 0,52%, y Bestinver Mixto (tres estrellas), que suma un 0,11%. Según los últimos datos disponibles en Morningstar, es el primero el que tiene una mayor exposición a bolsa -65,7%- frente al 57% del segundo. Los sectores que más ponderan en el fondo de GVC Gaesco, que tiene sobre todo presencia al mercado europeo y americano, son el tecnológico y el industrial. El fondo de Bestinver está más enfocado, sin embargo, a la renta variable ibérica.