Bolsa, mercados y cotizaciones

Aún hay potencial en bolsa, en particular en Europa

  • Aún no percibimos factores que nos hagan reducir el riesgo de las carteras

El año se acerca a su recta final con importantes ganancias acumuladas en las bolsas. ¿Todavía queda margen para las pautas estacionales y el famoso rally de Navidad? El crecimiento mundial se ha fortalecido y en 2018 el ciclo expansivo debería continuar. A la mejora de la actividad en EEUU y la eurozona, se une la estabilidad del crecimiento en China y, sobre todo, que otras grandes economías emergentes han abandonado la recesión: nos referimos a Brasil y Rusia, que vuelven a contribuir positivamente al PIB mundial.

Estas buenas perspectivas para la actividad, derivan también en unos beneficios empresariales en aumento y que el próximo año avanzarían un 10% para el MSCI World. Con estos dos factores de fondo, ciclo económico en expansión y beneficios empresariales al alza, las bolsas deberán seguir soportadas.

El mes que acabamos de comenzar, a pesar de contar con menos días hábiles dado las fiestas navideñas, estará cargado de referencias.

En EEUU, tendremos dos citas relevantes cuyo desenlace debería ser positivo para los mercados. Por una parte, esperamos que finalmente el presidente Trump logre desbloquear por completo su reforma fiscal, lo que impulsará una revisión al alza de los beneficios esperados para las empresas del S&P 500. A ello se unirá la última reunión del año de la Fed, para la que no se esperan sorpresas: seguirá con su hoja de ruta y elevaría otros 25 puntos básicos los tipos oficiales.

La confluencia de estos acontecimientos debería frenar la depreciación del dólar. La percepción sobre la economía americana mejorará si se consiguen las reformas necesarias para aplicar una política fiscal expansiva y, por otro lado, niveles por encima de los 1,20 dólares por euro tendrían efectos negativos sobre la inflación de la eurozona, complicando la retirada de estímulos del BCE. Con estos factores en mente, nos sigue pareciendo atractivo mantener posiciones en dólares y nuestro escenario es de una ligera apreciación hasta niveles entre 1,15-1,18 dólares por euro.

En el Viejo Continente, la formación de Gobierno en Alemania debería avanzar dado el aparente cambio de postura de los socialdemócratas que se muestran ahora más abiertos a renovar coalición con Merkel. Respecto a España, los mercados se mantendrán a la espera de conocer el resultado de las elecciones autonómicas en Cataluña. La incertidumbre generada ya comienza a mostrar su efecto negativo sobre la actividad y, de perdurar esta tensión tras los comicios, volveríamos a tener rebajas adicionales en las previsiones de crecimiento.

Con todo ello, las próximas semanas podríamos tener repuntes de la incertidumbre, pero que, en conjunto, no deberían hacernos olvidar la mejora de los fundamentales económicos. Aunque las valoraciones de las bolsas son ajustadas, todavía no percibimos factores que nos hagan reducir el riesgo de las carteras.

Particularmente interesante nos parece la renta variable europea. El peor comportamiento relativo el mes pasado lo afrontamos como una oportunidad de construir posiciones, más que como una tendencia negativa.

La apreciación del euro, unida a algunas decepciones en la última temporada de resultados empresariales, derivó en una rebaja de las previsiones de los analistas para los beneficios de las empresas del Viejo Continente. Sin embargo, este movimiento nos parece exagerado -el EuroStoxx 50 cayó un 3% en noviembre mientras que el MSCI World ganó un 2%- ya que las grandes compañías exportadoras europeas se beneficiarán también del incremento del comercio mundial y, en muchos casos, el alto valor añadido de sus ventas al exterior permitirán paliar el efecto de la apreciación del euro. Además, no debemos olvidar que las empresas europeas se beneficiarán de unas favorables condiciones de financiación: el BCE, al contrario de la Fed, no subirá el precio del dinero en el próximo año. Existe, por tanto, un mayor potencial de sorpresas positivas en los mercados europeos y su valoración relativa es más atractiva, lo que nos lleva a recomendar mantener más exposición a este mercado.

A nivel sectorial, favorecemos la exposición a aquellos sectores más sensibles a la mejora del ciclo económico como el industrial, el tecnológico y el financiero. Combinando estas posiciones con otros sectores más defensivos como la salud o el consumo básico, que nos permitan mantener una mayor estabilidad en las carteras y exposición a la tendencia de largo plazo de incremento de la clase media en las economías emergentes.

En renta fija es cada vez más complejo encontrar oportunidades. El ciclo de políticas monetarias expansivas está de salida y, aunque esta reducción de los estímulos será gradual, las valoraciones actuales de los bonos soberanos de mayor calidad crediticia son excesivas y no reflejan la mejora del crecimiento mundial y la menor intervención de los bancos centrales.

En este entorno, recomendamos cautela evitando la exposición a bonos soberanos con duraciones altas por el riesgo de repuntes de los tipos de interés. Sin embargo, todavía apreciamos valor en deuda privada y en la de economías emergentes, ya que los diferenciales nos permiten captar un cupón positivo en los tramos cortos. En resumen, el posicionamiento en renta fija es el de primar una mayor exposición al riesgo de crédito reduciendo los vencimientos de los bonos en cartera.

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